sábado, 10 de junio de 2017

Violenta ineficiencia

Hay método en la locura del terrorismo opositor. Lo decía Polonio de la de Hamlet.
Este terrorismo desconcierta, pero no es una banda loquita fuera de control sino un combo mercenario bien dirigido, incluyendo «el mismo lumpen de siempre».
Hay conductas reiterativas para causar horror, i.e. castigar al país.
Queman, queman, queman. La piromanía es una locura metódica, como toda manía. Incendian basura, árboles, edificios, vehículos, perros, gatos. Vivos. Y el corolario: gente. En vida también. El fuego destruye y mata, con un potente añadido: el horror.
Otrora aniquilaban a las brujas mediante el pavor. Así la misoginia cumplía su objetivo estratégico: mantener a las mujeres en cintura mediante el eficiente instrumento del terrorismo.
Parecido nos sucede. Atacan centros de salud, incluyendo clínicas materno-infantiles —hay que tener a raya a la mujer, ya te dije, sobre todo en su condición más límpida: la maternidad. Atacan organismos públicos. Periodistas. Centros educativos. Bibliotecas. Transporte de alimentos. Mobiliario urbano. Sin contar las fuerzas de orden público. Supongo que la mente militar que da método a esta locura está tomando nota de la admirable disciplina de estas fuerzas del orden ante las deliberadas provocaciones destinadas a que alguien pierda los estribos y obtener la imagen viral que recorra la redes.
Están enarbolando cruces templarias. Acordásevos debía de cómo terminaron los caballeros templarios cuando ya no fueron útiles: les rasparon un fósforo —hablando de llamas— el Día de la Candelaria de 1314 en la explanada de Nuestra Señora de París, mismo lugar donde hubo un atentado terrorista el martes pasado.
A esta patulea no la quemarán —creo, espero—, pero debiera cuidarse porque ya está comenzando a perder utilidad después de más de dos meses de violenta ineficiencia. Pronto ni MariCori va a querer a esas patotas. Nadie las quiere en realidad, pero aún hay quien las necesita allá lejos para usarlas aquí cerca.
Otrosí, ¿nos harán esa maniobra sorprendente en su simplonería que el lobby petrolero está haciendo a Catar? Todo puede ser en la metódica y simplona locura del Imperio. Ya están intentándolo mediante la OEA, la ONU y la UE, pero no les sale porque su locura no solo es metódica sino imbécil.

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