jueves, 22 de junio de 2017


LA NARANJA MECÁNICA GUARIMBERA VENEZOLANA – 

F. DAVID ARRÁEZ Y.

“La Naranja Mecánica” cuenta la historia del nadsat-adolescente Alex y sus tres amigos en un mundo de crueldad y destrucción. Alex tiene, ha escrito Burgess:”Los principales atributos humanos; amor a la agresión, amor al lenguaje y amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo tan violento. En cierto sentido vive en el Edén, y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a transformarse en un verdadero ser humano”. Escrita por  Anthony Burgess (1917-1993).
Esta historia fue llevada a la pantalla grande, con guion y dirección realizada magistralmente  por  Stanley Kubrick. Sería bueno que algún canal de televisión del estado venezolano la paute para presentarla conjuntamente con un foro de discusión, porque sin el adecuado debate pudiera confundirse con una apología a la violencia en estos momentos,  allí podemos encontrar algunos elementos y claves, pocos, es verdad, pero sirven para analizar toda la complejidad del fenómeno que se está viviendo con la violencia inducida a un sector de los jóvenes venezolanos, sobre todo los pertenecientes a la mal llamada “clase media”, también y por qué no decirlo, a niños y jóvenes pobres que han sido convertidos en mercenarios, pagados con las migajas que sobran de las grandes sumas de divisas recibidas por los responsables de esta  criminal arremetida contra el noble Pueblo venezolano. Llama la atención el uso de palos de golf  como bastones para romper cristales, equipos y mobiliario de oficinas públicas y privadas, como hemos observado en días recientes. Si nos atenemos a la versión cinematográfica de Stanley Kubrick, observamos que la película tiene varias lecturas: Política, psicológica, ética y estética entre otras.
Alex, el protagonista intenta legitimar su violencia al transgredir   las normas de un Estado Liberal Burgués en busca de su libertad individual ilimitada, pero se consigue con unas autoridades que también aplican la violencia pero, legitimadas por las normas y leyes del estado liberal, al final Alex de victimario se convierte en víctima y es sometido a un brutal y violento método conductista aplicado por un tal Ludovico, el cual intenta doblegar la voluntad de Alex y devolverlo a la sociedad ya convertido en una especie de marioneta del sistema. Aquí encontramos enfrentadas dos razones: Una, el derecho a la libertad absoluta que Alex cree poseer y la otra la razón del estado liberal (Della Ragion di Stato, Maquiavelo 1589) para mantener su orden; ambos tienen su propia razón, esto se asemeja a la Tragedia en el teatro de la antigua Grecia, en que ambas partes tienen su propia razón.
El gobierno Bolivariano de Venezuela se ha salido del dilema antes descrito y ha actuado de manera diferente a un estado liberal burgués, aunque aún conserva buena parte de esa condición, pero también se encuentra en un proceso de transición a un Estado Comunal, “Comuna o nada” fue el mandato del líder invicto  Comandante Hugo Chávez Frías, ojalá la Constituyente que se avecina de pasos firmes y audaces en esa dirección. Ahora bien, el Gobierno Bolivariano ha enfrentado esta nueva arremetida violenta y criminal contra el Pueblo Venezolano no con la violencia que legitima el estado liberal, expresado en represión y persecución, suspensión de garantías constitucionales, declaración del estado de conmoción, sino que en contrario, la enfrenta con la contención que ejercen los cuerpos de seguridad del estado, el llamado a diálogo, a La Paz y proponiendo el mayor diálogo posible en La Constitución Nacional de La República Bolivariana de Venezuela, el cual es la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, electa con el voto directo y secreto de sus ciudadanos. Como el Gobierno Bolivariano no ha escogido la violencia represiva para enfrentar la ofensiva violenta a sus instituciones, la mediática nacional e internacional arremete con una campaña por saturación (Llamado en la guerra convencional, carpet bombing)  por todos los medios posibles: Impresos, radioeléctricos y digitales para imponer la posverdad o mentira emotiva y hacer creer que el gobierno venezolano reprime y asesina a discreción, aunque la realidad es otra, la mayoría de los fallecidos son personas que no participaban en las manifestaciones o han caído por acciones de los mismos grupos violentos con armas convencionales o artesanales.
En los aspectos teatrales de los manifestantes violentos observamos también lo que llamó el sicólogo William Pollack (the Center for Men at Harvard Medical Center) el síndrome John Wayne mezclado con lo que llama quien teclea esta nota, el síndrome de Lara Croft, el primero el  personaje duro, violento cowboy machista que protagoniza el famoso actor John Wayne, sobre todo en las películas referidas al oeste de los Estados Unidos y el segundo un personaje de ficción de videojuegos creado por Toby Gard y llevado al cine, una de las interpretaciones más conocidas la hace Angelina Jolie, este personaje se caracteriza por emular las hazañas masculinas y de no ser por la belleza de la actriz, pasaría por un ser andrógino.
Por supuesto el Gobierno Bolivariano no utiliza la Novena Sinfonía de Beethoven para inducirle  la “Pulsión de Muerte” a sus oponentes y llevarlos al suicidio, como le  ocurre a Alex quien se lanza por una ventana. Por el contrario, la música en Venezuela es privilegiada y está en función de la Paz y de la Alegría, ejemplos sobran, el mundo conoce parte de ellos.
Termino esta nota con las palabras del gran patriota y revolucionario venezolano, Argimiro Gabaldón:
 “Somos la vida y la alegría en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”
@manoalza

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