El embajador de Venezuela en Cuba, Alí Rodríguez Araque, participó ayer en La Habana en el programa Mesa Redonda de la Televisión Cubana. Ahí aseguró que nuestro país está viviendo “una crisis” mas “no una catástrofe”. Considera que las soluciones no solo deben estar en manos del presidente Nicolás Maduro sino que son un asunto nacional e internacional, y es enfático en sus palabras: “En medio de la gigantesca ofensiva desplegada por Estados Unidos y sus aliados en toda Nuestra América, Venezuela resiste. Resiste y vencerá.”
¿Qué desencadenó la actual situación?
Varios factores: primero, el crecimiento más lento de la economía mundial. Hay que mirar hacia lo que ha ocurrido con China y la India, hay que ver las curvas en los gráficos sobre el movimiento del PTB(Producto Territorial Bruto). No es que esté en cifras negativas. Sigue creciendo, pero mucho más lentamente. Esto impacta el crecimiento de demanda de energía pues, como se sabe, la actividad económica implica un alto componente de energía. El coeficiente energético mundial, así se llama el consumo de energía por unidad de producto, se redujo. En segundo lugar, muy relacionado con esto, está la caída de los precios del petróleo que sigue siendo la principal fuente de energía en el mundo.
¿Qué significa esto?
Para Venezuela y para todos los países petroleros, esto es un gran problema. Ha tenido un impacto muy grande en el ingreso, cercano al cuarenta por ciento. Hay que tener en cuenta que nuestro ingreso sigue dependiendo del volumen de producción y exportación y, en proporción abrumadora, de los precios petroleros.
Que el Estado tenga menor disponibilidad de recursos en dólares para garantizar el alto nivel de importaciones que caracterizan, de manera crónica, nuestra economía. A esto se agrega el problema de un bolívar sobrevaluado desde finales de los años treinta del siglo pasado y, ahora mismo, de ataques a nuestra moneda a través del establecimiento de un dólar paralelo cuyo precio se toma como referencia para la especulación comercial. Aparecen así los fenómenos muy dañinos para el pueblo y la economía; la escasez e inflación. Esta última estimulada en buena medida por el acaparamiento y el contrabando de extracción que implica volúmenes importantes de lo que importamos.
Eso obliga a hacer reajustes en el presupuesto nacional.
Lamentablemente, si no queremos endeudarnos más; o devaluar la moneda. Y a todo eso se une el factor político. En la oposición hay una mezcla de ignorancia y ocultamiento. Aunque algunos conozcan las causas de esta situación, nunca las van a explicar honestamente, por el contrario, las manipulan. Nosotros mismos tampoco estamos explicando suficientemente las causas. Deberíamos estar todos los días en todos los medios explicando. Y no solo el gobierno sino el partido, nuestros dirigentes de masas. Ahí tenemos fallas.
Aun así, ha sido tal el grado de desarrollo de la conciencia en el pueblo, sembrada por la gigantesca labor realizada por Hugo Chávez, que si bien la oposición logró un éxito no despreciable en las elecciones, no han podido imponer su estrategia en dos direcciones: la ofensiva internacional, encabezada por Estados Unidos con todo el poderío de sus medios y la ofensiva interna.
¿Y qué hacer?
Lo primero es comprender. Yo veo un encadenamiento dialéctico, si quieres, entre estudiar, analizar y comprender para poder definir el rumbo hacia donde nos orientamos. A veces incluso hay que andar en zigzags sin olvidar la dirección general. Es decir, debemos tener clara la visión general, de largo plazo, y la del corto plazo. Como cuando tú manejas de noche. Enciendes las luces altas para ver lejos, necesitas ir con la luz baja para ver lo que está más próximo. En la medida en que tienes más energía visual –que la da el conocimiento y el análisis– en esa misma medida tienes mayor capacidad para ver tanto el horizonte como el terreno.
¿Cómo caracteriza la situación actual de Venezuela?
Se ha avivado mucho la pugna debido a los problemas económicos que estamos enfrentando. Pueden agregarse nuestras propias limitaciones, como el insuficiente estudio de las cosas y la no suficiente explicación al pueblo. Esto no puede ser solo tarea del Presidente. Tiene que ser una ofensiva nacional y mundial.
Si uno compara la situación actual con lo que fue el 27 de febrero, el momento presente es más difícil que aquel, pero tenemos algo que no tuvimos entonces: el grado de conciencia del pueblo que nos ha permitido soportar hasta ahora provocaciones y acciones de todo tipo.
¿Aquel momento fue más complicado que este?
El 27 de febrero se expresó en un gran descontento del pueblo. Hoy la diferencia es la gigantesca labor pedagógica que realizó Hugo Chávez, el pueblo comprende mucho mejor la circunstancia que estamos viviendo. El pueblo sabe que en los días de abundancia, Chávez mejoró significativamente su situación, y sabe también que al Presidente Maduro le ha correspondido un momento de dificultades. Pero no hay que dejar todo a la comprensión del pueblo. Si nosotros hemos asumido el rol de vanguardia, estamos obligados a analizar y explicar los por qué, y muy particularmente qué hacer. Ahí están las dos famosas preguntas de Lenin: ¿qué hacer? y la otra ¿por dónde empezar?
¿Por dónde empezar ahora?
Hay que establecer un estricto orden de prioridades; la primera prioridad para un pueblo en esta situación es que tenga suficiente aprovisionamiento de alimentos, estimulando la producción interna e importando lo que se requiera para la dieta del venezolano. Los medicamentos, igualmente, están al mismo nivel y tienen mucha relación. Es uno de los principales retos que encara el presidente Maduro y todo nuestro pueblo. Y ya se han emprendido planes e iniciativas. Le sigue la vivienda. Había un déficit estimado en tres millones de unidades. Para este momento ya se han construido más de un millón cien mil viviendas. Y seguimos construyendo, pese a la crisis. Pero hay que decir como corolario de todo lo comentado, que en medio de las grandes dificultades externas e internas, en medio de la gigantesca ofensiva desplegada por Estados Unidos y sus aliados en toda Nuestra América, Venezuela resiste. Resiste y vencerá.
Ofensiva imperial
Para Alí Rodríguez Araque, embajador de Venezuela en Cuba, detrás del plan desestabilizador contra Venezuela están los intereses imperiales estadounidenses que buscan, por una parte, controlar las reservas petroleras y, por otra, desmembrar la “Patria Grande” que comienza en el Mar Caribe y llega a la Patagonia. “Aún no han logrado el propósito de aislar en lo externo a Venezuela y desestabilizarla en lo interno. Pero el gran conflicto está ahí, y es por el poder político, que tiene como componente principal la batalla por su gigantesca reserva petrolera, por su posición geoestratégica en relación con el resto de Sudamérica y del Caribe, y por la distribución del ingreso. Si a todo ello sumamos la labor de Hugo Chávez continuada por Maduro para lograr el ideal bolivariano de la gran nación latinoamericana y caribeña, tendremos un cuadro del conflicto venezolano. Y no sólo deVenezuela. Uno se pregunta: ¿Qué es lo que configura una gran nación? En la escuela se nos enseñó que una nación es un territorio, una población, un mismo origen histórico, la misma cultura, la misma lengua, el mismo lenguaje que es el principal factor cultural de unión del ser humano. La lengua ha sido fundamental a lo largo de esta historia de esta humanidad. Tenemos una misma lengua y un mismo código de valores desde el Río Grande hasta la Patagonia. Esto es lo que ha venido ocurriendo. Y esto es lo que busca destruir la ofensiva imperial-oligárquica”, aseveró.
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