No es extraño que el gobierno que más alimentó
al pueblo hoy a ese pueblo le oculten el alimento
para que tumbe al gobierno que más lo alimentó
El fin de la pobreza no está en el imaginario humano y cuidado sino es todo lo contrario.
Era un domingo, en 1988 y estábamos un grupo del Partido Comunista de Venezuela en una barriada de Caracas, recuerdo que estaba María León, Vladimira Moreno y otros y otras comuñangaras más. Fue tormentoso ver ese día como en un botadero de basura nauseabundo, un perro a furia bestial se batía por comida no con otro perro sino con un hombre. Aquel hombre tenía el rostro casi monstruo del hambre. Me vi atrapada en el infierno porque ese hecho me hizo por primera vez temerle a la vida misma.
Con el advenimiento de la Revolución Bolivariana, el pueblo, la pequeña Venecia, Venezuela, nunca había tenido un mayor nivel alimentario en toda su historia y desde hace aproximadamente tres años laboratorios monopolios, oligopolios y fuerzas corporativas e imperiales (tomando las debilidades, errores y contracciones morales del gobierno), están creando una inhumana hemorragia alimentaria, crear una criminal metástasis alimentaria. Existe una guerra alimentaria contra el pueblo donde el enemigo o autor es invisible y el sentido común (desesperado) se pregunta dónde está el gobierno, donde está el Presidente Nicolás Maduro. Esta guerra alimentaria es maquiavélicamente efectiva, ya la derecha ganó las elecciones de la Asamblea Nacional. Esta inhumana guerra alimentaria formula provocar un estallido social, para que el pueblo se lance contra el gobierno…y así dar la oportunidad a los buitres para acabar con un gobierno que valientemente asumió la deuda social partiendo la historia de Venezuela en dos.
En Venezuela existe una guerra alimentaria, el pueblo está padeciendo ciertos niveles de hambre, existen muertes debido el acaparamiento de medicamentos. Toda esta tragedia de la guerra alimentaria es política, donde el instrumento es el pueblo contra el gobierno.
El gobierno actualmente está caído, eso no quiere decir que no se puede levantar, debe surgir el genio, y eso es resolviendo el ataque alimentario y medicinal, Cómo ?, no lo sé y no pretendo presumir de saberlo pero si siento que dentro del proceso bolivariano hay gente que sabe y está entregada a resolver esta inhumana guerra alimentaria. Que no debemos ser ridículos y elocuentes desmoralizados sino mas bien armarnos de estoicidad. Refugiarnos, aferrarnos al genio creador. Hay una universalidad que nos lo agradecerá.
Asesinaron a Chávez y desploman el precio del petróleo.
Hoy el pueblo venezolano está siendo arrastrado, está padeciendo de humillación, angustia, hambre, incertidumbre, desespero, miedo. Hacer enormes colas a veces bajo un duro sol o en los sótanos de los estacionamientos. Su vida normal, cotidiana, existencial está secuestrada por la guerra alimentaria acompañada de la hiperinflación. Hay dolor, tristeza y hay gente deprimida y mucho sentimiento de frustración. Hay rabia e indignación. Madres buscando leche para sus bebes y no la consiguen, gente durmiendo en las madrugadas frente a los establecimientos para obtener algún producto. El caos y decadente escenario cuando ocurren las peleas por la comida, gente llorando buscando medicamento para un familiar. El submundo de la descomposición social del bachaqueo etc.
El proceso bolivariano, con sus defectos, es el movimiento político más valiente en todo el mundo (esto no es chovinismo). Se revela contra la tiranía neoliberal internacional. El laboratorio más visible en la memoria, es el de Henry Kissinger: -Hay que hacer chillar la economía chilena-. Esta guerra alimentaria, es una tortura colectiva, donde el gran toque de inteligencia está en la invisibilidad del torturador y esa invisibilidad del torturador, es la que convierte al gobierno en el chivo expiatorio. En el culpable de la crisis alimentaria, cuando en realidad el gobierno bolivariano es el histórico culpable e imperdonable culpable de haber osado alimentar a todo su pueblo.
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