martes, 17 de mayo de 2016

¿Por qué en Venezuela no habrá un nuevo 

“Caracazo”?

Sin duda la situación de nuestro país producto del bachaqueo, la alta inflación y el boicot a nuestra economía es harto difícil. Incluso a nivel internacional, sabemos que Venezuela vive un bloqueo comercial y financiero no declarado pero sí aplicado. Y es por ello que debemos apretarnos el cinturón, y asumir la crisis, como lo sugiere el ex ministro de economía y planificación, Jorge Giordani.
 
Hace algunos días, se dio en la extraordinaria cátedra de historia insurgente “Federico Brito Figueroa”, contó con una brillante ponencia de la economista Judith Valencia. Fue una conferencia titulada “Historia de los Grupos Económicos en Venezuela”, y me gustaría permitirme esbozar los puntos más importantes tocados por Valencia en su exposición.
 
Como primer punto, el estudio de los partidos políticos en Venezuela no se puede hacer desligado de los grupos de poder económicos transnacionales, los cuales establecieron el modelo de democracia representativa con la finalidad de imponer su plan de aprovechamiento de los recursos del país.
 
Como segundo punto de la exposición de Valencia, es importante resaltar como distintos grupos económicos nacionales, con el apoyo de grupos transnacionales, permearon la escena política venezolana a través de los partidos políticos, especialmente los que tradicionalmente se impusieron durante la llamada Cuarta República: Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI).
 
La llegada al poder en 1974 de Carlos Andrés Pérez fue la punta de lanza para que desde el norte se aplicara el plan que se había diseñado para tomar el control de todo el hemisferio, por lo que Venezuela tiene un cambio de ubicación e importancia dentro del continente. Esto se debe a que bajo este período se inicia en nuestro país la aplicación de las medidas neoliberales que impulsa el gobierno de Estados Unidos en todo el continente, de acuerdo a la explicación de la ponente.
 
La llegada al poder de Carlos Andrés Pérez estuvo acompañada de financiamiento de un grupo de empresarios a los que se conoció como los “12 apóstoles”: Enrique Delfino, Edgar Espejo, Concepción Quijada, Julio Pocaterra, Jesús Muchacho Bertoni, Aníbal Santeliz, Ciro Febres Cordero, Arturo Pérez Briceño, Ignacio Moreno, Pedro Tinoco, Carmelo Lauría Lesseur y Gustavo Cisneros, quienes obtuvieron los contratos más lucrativos y de allí comenzaron a tomar las riendas teniendo como fachada la democracia representativa.
 
De acuerdo a la ponencia de Valencia, en dicho período se realizó un proceso de “nacionalización” que no fue tal, debido a que muchas de las empresas estratégicas comenzaron a privatizarse, y además, se ocultó la importancia de la Faja Petrolífera del Orinoco, bajo la fachada de la Orimulsión, es así como solamente se manejó a Petróleos de Venezuela (PDVSA) con los precios reducidos del crudo y las cuotas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
 
Es importante entender como la vinculación de estos grupos económicos en las decisiones políticas que se aplicaban en el país, necesariamente implica hacer un estudio de las bibliografías de Gustavo Cisneros y Pedro Tinoco, para luego pasar a Gumersindo Rodríguez, quien era el encargado de la Oficina de Coordinación y Planificación (CORDIPLAN) durante el Gobierno de CAP y desarrolló el quinto plan de la Nación.
 
También hay que revisar el primer plan de ajuste de Luis Ugueto, en el que los social cristianos, con Luis Herrera Campíns como Presidente de la República, no aplicaron medidas sociales de ningún tipo y el 18 de febrero de 1983 se produjo la devaluación de la moneda nacional, conocida en la historia de Venezuela como el “Viernes Negro”, y empieza la otra vertiente del plan de ajuste con las privatizaciones, con el dispositivo de la deuda.
 
Cuestionó Valencia también la postura de algunos historiadores quienes hablan de que la deuda de las décadas de los 70 y 80 del siglo XX es similar a los endeudamientos anteriores. Para ella, la deuda de la década de los 70 es un dispositivo para dejar a los gobiernos que salgan electos por la mayoría sin tener con que, porque todo lo tienen para capitalizar la deuda.
 
Esas políticas de alianzas entre grupos político- económicos nacionales con transnacionales van acompañados por todo un plan de articulación del capital transnacional militar norteamericano que fue aplicado a principios de los 70 y luego del asesinato del Presidente socialista Salvador Allende; por parte del Secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, en la que inicia la “limpieza” de liderazgos de izquierda en América Latina.
 
Los grupos económicos en la actualidad tienen una función, por lo que no les importa la vida de los pueblos, debido a que tienen una articulación por el control del aparato militar mundial. Esto los diferencia de los anteriores grupos de poder económico, quienes no eran capaces de tomar acciones tan represivas contra los pueblos a menos que estos iniciaran acciones violentas primero.
 
Pero el despertar de los pueblos originarios en 1991, con la celebración de los 500 años del “descubrimiento de América”, junto al posterior proceso constituyente y las políticas públicas impulsadas por Hugo Chávez interrumpe ese proceso hemisférico, que desde 2008 nuevamente se ve amenazado.
 
Llama poderosamente la atención como Henrique Capriles y Rafael Poleo a través de su pasquines “El Nuevo País” y la revista semanal “Zeta”, preconizan de que en el país habrá un “estallido social” y un nuevo “Caracazo”. A este respecto, les respondo con una sabia conseja popular que establece lo siguiente: “Deseos no empreñan”.
 
Luego de esta introducción, y con todas las dificultades por las que sin duda estamos atravesando. Luego de una fecunda y profunda discusión con el cantautor zuliano Amílcar Briceño, de quien me precio tenerlo como camarada y hermano, pasó de seguidas a las conclusiones que, tanto Amílcar como yo llegamos, y que pese a todos los problemas que hoy atravesamos en el país, porque no ocurrirá un nuevo “Caracazo”.
 
En el país, en la República Bolivariana de Venezuela definitivamente no habrá ningún nuevo Caracazo.
 
Y esta aseveración es así, porque las razones que la sustentan son muy sencillas:
1.- Cuando el Caracazo salió a la calle un pueblo que se estaba muriendo hambre, no había colas porque no había dinero.
2.- Cuando el Caracazo no estábamos sembrados de fanáticos, escuálidos, talibanes, politiqueros, paracos, pranes y demás alimañas.
3.- Cuando el Caracazo no había una conspiración internacional todos los neoliberales contra Venezuela.
4.- Cuando el Caracazo no había tal profusión de medios de comunicación mintiendo cada segundo y poniéndonos a pelear.
5.- De ñapa el fenómeno de “ El Niño” que nada tiene que ver con los asuntos de política interna.
Lo que queremos decir, tanto Amílcar como este servidor, es que el panorama hoy es mil veces mejor que cuando el Caracazo, el pueblo sabio buscará y hallara respuesta para salir bien librado de éste percance en el que invocaron al diablo y ahora está metido por todas partes.
Ahí se las dejo.

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