miércoles, 25 de mayo de 2016

Manifiesto de los Sueños, La Azulita

POR CARLOS ANGULO
El ser al soñar, sueña en códigos originarios, se imagina a sí mismo como hacer colectivo. Imaginario sustentado por el sólido sustrato de sabiduría antepasada, que acampa alerta y disponible, en el ADN. Espera entre otras cosas, una señal clandestina, impaciente por la necesidad de liberarse, puesto que se asume la lucha desde una individualidad perturbada por razones de colonización y debido a nuestra condición de objeto. Quizás por esta última acepción en la que estamos formados, habría que sospechar hasta de lo que suponemos que somos raíz, sobre todo en su transculturización y gen mutado en poder dominante, aunque no en su determinación ancestral
De ahí, que entre abriendo una de las aristas de la visual personal, habrá que ir develando la instancia de la conciencia colectiva, en espacios de comunión. Intimar con ese sustrato ancestral contra hegemónico, para que impulse la emancipación de las relaciones sociales bancarizadas
En la conjunción comunal, la praxis del recuerdo de lo que fuimos iniciáticamente, puede lograr la alegría básica, pero si el poder convencional del que termina colgando de una soga la sociedad privatiza los sueños, secuestra el sentimiento político de lo que se hace desde el hálito común, en lo adentro pudiese estarse confabulando un dron piramidal de la vida cotidiana. La incipiente totalización de las diferencias, en el fondo es creer que se puede controlar la diversidad o el miedo, lo que por sus partes recubre y socava, y agencia la apariencia y la insinuación de conducir una transformación por decir lo menos, pero sin el latido de los que transforman, hacer para la gente pero sin ella, ni sus temores o dolores, sus padecimientos y contradicciones. O la mínima libertad de participar en la ignorancia, pero incluido en las decisiones y su batalla por horizontarlas
El todo es más que las partes, pero nunca será más que los juntos en la política de la invención social y en el acierto cultural del desprendimiento. Sin solidaridad consensual de clase, será imposible crear las condiciones subjetivas y objetivas que desaloje el Caballo de Troya de la agonía
La necesidad impostergable de una manera distinta de existir para ahondar acompañados, desborda inevitablemente una bonitura contradictoria y conflictiva, la evidencia de una declaración de guerra contra los antivalores y la desolación. Activar, por la inminente opción de ubicar la humanidad en lo humano, no es armónico. Menos, ante la ultranza de un enemigo imperial que hiede espuma por la boca cuando le quitan la silla giratoria, donde descansan sus glúteos. Un contrario que se escuda tras la pólvora y la imagen cosificante, la instalación diversa de múltiples cables masificadamente subliminales en el cerebro y el estómago del conglomerado, y esencialmente las minas personales de la tentación que rodean a la gente para garantizar el escudo defensivo de su confort, algo ennervia
Igual recreo y vale el insomnio por compartir alguna vez, lo bello y profundamente sencillo de la personalidad del ser nuevo, probablemente demostrable sin esfuerzo frente a la pasarela individualista que modela a babor, el pos-tre del modernismo
Expropiar para fortalecer un país céntrico, es caer sin las botas puestas en la ideología como máscara, reproducir lo que nos hace mercancía. El estado como institución policial, lleva atado sus demonios, el dinero y su dios. Y aunque el ordenamiento no altere los factores, no es un fin que nos pueda quitar el sueño, siempre y cuando comprendamos lo que ha padecido el mundo bajo la impresionante comandancia arrogante del status quo babélico, la represión ciega y confusa nada más por emitir su negación, en el desorden subversivo de los sentidos
Todo lo que pesa invierte su vida en sostenerse o caer, lo que no es más que una excelente definición del origen de las prisiones. El poder al no ser colectivo se infla y estalla. Difícil estar en la cúspide sin una emoción que no compita. Unicamente lo diseminado no cae, porque es horizontal
Cuando esperas lo que amas y sin existir razón para el traspiés, inesperadamente te sorprende y derriba con argumentos amarrados a la punta de un cabello, llévate la tristeza bajo la luz de la luna y conversa seriamente con la soledad. Mas, si tu pueblo, intenta ser abatido por la arrogancia imperial, por favor no te vayas. Entra a sus cimientos, es tan débil su moral que la impenetrable, imponderable oscuridad que lo envuelve e intimida, se abre apenas con la llama de una vela
Las Causas injustas no tienen amores. Fuera de esto, quizás la vida de los juntos está en otra parte
En fin, contando cuántos no han estado por estas luces donde cantan los sueños, estimo si todos estos años también nosotros igual habitamos dentro de una realidad, que ha pesar de no haber parado la insistencia de celebrar la fiesta de la meta es el camino como destino, era lo mismo de frustrante al parecer que podía más el final que el andar. Sin embargo, desde cualquier punto de vista que se le quiera ver, lo que se ha hecho está consumado Confirmamos al menos, después de sumar horas y días innumerables llevando adelante lo que andamos, si deseas que los sueños pasen al plano real, despierta en la lucha
No obstante, frente a estas aguas y verdes y esta internacionalidad de nuestros afectos, versos, y canciones, imagen y cuerpo en la inocencia de la risa, dejamos registro en la histórica Azulita y su azulada historia, que los sueños como emancipación no entran en la compra y venta, al decir que soñar no cuesta nada. Mas, políticamente ancestral nadie sueña solo sino en colectivo, porque al soñar se sueña con el insumo de los dolores y los llantos de los pueblos pero también de todas sus victorias
Nos veremos quizás entonces, verdaderamente juntos y en paz, como seres nuevos o como niños, cuando en los genes vengamos colectivos, mientras tanto amor no pasarán
Hacia el Día Internacional de los Sueños
La Azulita, Mérida 3 de Diciembre 2015

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