Eduardo Cunha presidente de la cámara de diputados suspendido por el Tribunal Supremo de Brasil
“Chao, querido”, con esa escueta frase, cargada de ironía, se burlaron miles de brasileños del presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, cuando fue apartado de su cargo por el Tribunal Supremo. Desde famosos a políticos y brasileños anónimos corearon la despedida en las redes sociales, después de que corriera como pólvora la noticia de la suspensión del mandato de Cunha, el acérrimo enemigo de la presidenta Dilma Rousseff y principal responsable de promover el proceso de destitución contra ella.
Ese “chao, querido” alude a una cariñosa frase dicha por el ex presidente Lula da Silva a Rousseff en una conversación grabada por la Policía y que se ha convertido en una mofa de la oposición al juicio político contra la mandataria.
Mientras se dirimía la suerte de Rousseff en la Cámara de los Diputados, opositores llevaron carteles con el “chao, querida”, en alusión a la presidenta, amenazada de verse despojada de su cargo.
La inquina de buena parte de la sociedad brasileña hacia Cunha no se debe solo hacia su comportamiento hacia Rousseff, sino por el reguero de denuncias de corrupción que le han salpicado y por la vida de lujos, supuestamente pagada con dinero de procedencia ilegal, que vive y que le ha destapado la prensa.
Esas denuncias de corrupción, por las que es reo en un proceso en el Tribunal Supremo, le llevaron a esa corte a apartarle del cargo, ante la eventualidad de que pudiera subir un peldaño en la sucesión de la presidencia ante la eventual destitución de Rousseff.El pleno de la corte respaldó por unanimidad la decisión del juez Teori Zavascki de separar a Cunha de su cargo por supuestamente haberse valido de su función de presidente de la Cámara de Diputados para cometer “actos ilícitos” en “beneficio propio”.
La denuncia presentada por la fiscalía es por su supuesta participación en la trama corrupta enquistada en la petrolera estatal Petrobras.
La Fiscalía sospecha además que Cunha usó su cargo para “obstruir” a la justicia y obtener dinero por parte de empresarios a cambio de interferir para la aprobación de medidas parlamentarias.
“Cunha transformó la Cámara en un balcón de negocios y convirtió su cargo de diputado en una mercancía”, afirmó Zavascki, citando el informe fiscal.
La decisión de los 11 magistrados fue celebrada con fuegos artificiales en la Plaza de los Tres Poderes, donde confluyen las sedes del Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.
“Es obvio que es una represalia”
Brasilia, EFE. El presidente de la Cámara Baja de Brasil, Eduardo Cunha, cuyo mandato fue suspendido por la Corte Suprema, anunció que apelará la sentencia, que atribuyó a su decisión de iniciar el trámite para un juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff.
El Supremo “profirió una decisión” y “respetamos a la suprema corte”, cuya sentencia “obviamente debe ser cumplida”, declaró Cunha a periodistas tras conocerse el dictamen del tribunal, adoptado en forma unánime por sus once miembros por las supuestas implicaciones del diputado en las corruptelas en la estatal Petrobras.
Cunha consideró “obvio” que sufre “una represalia por el proceso de impeachment”, que él puso en marcha en su condición de presidente de la Cámara de Diputados, tal como lo establece la Constitución.
La clave
Los brasileños también pusieron el dedo en la llaga en las formas aparatosas de las que Cunha se sirve para expresar su religiosidad, de fe evangélica. “Que Dios tenga misericordia de esta nación”, dijo Cunha en esa ocasión. “Pedido concedido”, replicaron muchos brasileños.
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