EL SOCIALISMO Y EL CAPITALISMO
NIEGAN LA UTOPIA
la humanidad siempre ha soñado con un mundo que desaparezca la pobreza y la miseria
ENRIQUE CONTRERAS RAMÍREZ
A lo largo de los tiempos históricos, la humanidad siempre ha soñado con un mundo que desaparezca la pobreza y la miseria, la desgracia de la injusticia social, la represión del que domina en esas relaciones de poderes perversas, el hambre y la violencia –entre otros aspectos- .
Sócrates, Platón, Aristóteles –entre otros- desde tiempos atrás escribieron, dialogaron y discutieron acerca de cómo crear la sociedad linda, pulcra y agraciada. Éste siempre ha sido el pensamiento predominante de todos los tiempos históricos. La construcción filosófica y hasta mítica, por un modelo social justo y en igualdad de condiciones para todos sus integrantes ha sido la aspiración que siempre se ha manifestado en todas las culturas del ayer y del hoy y con especial interés, cuando se observan épocas difíciles y críticas.
La propia historia nos describe y sobre todo en la Edad Media, de cuentos y leyendas nacidas del seno del propio pueblo, aspirando vivir en un modelo social y económico perfecto, cuentos y leyendas que surgían del imaginario popular donde añoraban un lugar, un espacio, un sitio carente de sufrimiento y desde luego, poder disfrutar de los placeres que se hallaban por doquier.
Es así, como poco a poco, la imaginación popular le va dando cuerpo a eso que Tomás Moro va a llamar UTOPÍA (1516), su obra se centra y se refiere a imaginarse un espacio muy hermoso donde todos los ciudadanos eran felices ubicado en ningún lugar.
A partir de éste escenario se empezó a escribir acerca de la sociedad ideal, en el de tratar de hallar una salida a tanto problema que en todos los órdenes ha encontrado la humanidad y partiendo de allí, los profesionales de la historia en sus investigaciones han tratado de ordenar, de acuerdo a los escritos localizados una clasificación en el objetivo de comprender esa UTOPÍA.
Hay quienes hablan de las utopías milenaristas (relatan principalmente planes de una vida mejor, nacidas al terminar cada milenio), proyectantes (reposan sobre bases reales, en el metódico conocimiento del mundo, de sus tinos y de sus complicaciones. Edifican propuestas ubicadas hacia el futuro mediato instaurando los mecanismos para hacerlas realidad), nostálgicas (rememoran el pasado y se sostienen en la explicación de que "todo tiempo pasado fue mejor". Aspiran cambiar el presente retornando al pretérito y de esta manera restablecer el estado natural de la humanidad).
En fin, dentro de éste caleidoscopio de sueños y esperanzas en aras de reivindicar a la humanidad, la palabra UTOPÍA, siempre ha sido la muestra de la cotidianidad histórica, que busca plantearse las diferentes alternativas a los problemas sociales, económicos y políticos de las sociedades que forman parte de nuestro mundo.
De allí, que la palabra UTOPÍA, es inmensamente subversiva para las relaciones de poder que siempre impone la clase que domina, tanto en el capitalismo como en el socialismo, ya que la utopía es parte de la identidad originaria de los pueblos, de esa condición natural que lleva la humanidad consigo, como es ese sentimiento por la justicia social, la fraternidad, la solidaridad, la convivencialidad, la búsqueda del bien colectivo, el respeto a la condición humana, ir permanentemente al encuentro de la perfectibilidad social en el marco de esa dialéctica de encontrar nuevos caminos para la felicidad de la humanidad.
La utopía es creación colectiva de los pueblos, es la rebelión del presente contra los sistemas de dominación imperantes y poder ver en el futuro la patria emancipada, la utopía subversiva es como la definiera nuestro Argimiro Gabaldón, es… “la fe y la alegría en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”.
Sócrates, Platón, Aristóteles –entre otros- desde tiempos atrás escribieron, dialogaron y discutieron acerca de cómo crear la sociedad linda, pulcra y agraciada. Éste siempre ha sido el pensamiento predominante de todos los tiempos históricos. La construcción filosófica y hasta mítica, por un modelo social justo y en igualdad de condiciones para todos sus integrantes ha sido la aspiración que siempre se ha manifestado en todas las culturas del ayer y del hoy y con especial interés, cuando se observan épocas difíciles y críticas.
La propia historia nos describe y sobre todo en la Edad Media, de cuentos y leyendas nacidas del seno del propio pueblo, aspirando vivir en un modelo social y económico perfecto, cuentos y leyendas que surgían del imaginario popular donde añoraban un lugar, un espacio, un sitio carente de sufrimiento y desde luego, poder disfrutar de los placeres que se hallaban por doquier.
Es así, como poco a poco, la imaginación popular le va dando cuerpo a eso que Tomás Moro va a llamar UTOPÍA (1516), su obra se centra y se refiere a imaginarse un espacio muy hermoso donde todos los ciudadanos eran felices ubicado en ningún lugar.
A partir de éste escenario se empezó a escribir acerca de la sociedad ideal, en el de tratar de hallar una salida a tanto problema que en todos los órdenes ha encontrado la humanidad y partiendo de allí, los profesionales de la historia en sus investigaciones han tratado de ordenar, de acuerdo a los escritos localizados una clasificación en el objetivo de comprender esa UTOPÍA.
Hay quienes hablan de las utopías milenaristas (relatan principalmente planes de una vida mejor, nacidas al terminar cada milenio), proyectantes (reposan sobre bases reales, en el metódico conocimiento del mundo, de sus tinos y de sus complicaciones. Edifican propuestas ubicadas hacia el futuro mediato instaurando los mecanismos para hacerlas realidad), nostálgicas (rememoran el pasado y se sostienen en la explicación de que "todo tiempo pasado fue mejor". Aspiran cambiar el presente retornando al pretérito y de esta manera restablecer el estado natural de la humanidad).
En fin, dentro de éste caleidoscopio de sueños y esperanzas en aras de reivindicar a la humanidad, la palabra UTOPÍA, siempre ha sido la muestra de la cotidianidad histórica, que busca plantearse las diferentes alternativas a los problemas sociales, económicos y políticos de las sociedades que forman parte de nuestro mundo.
De allí, que la palabra UTOPÍA, es inmensamente subversiva para las relaciones de poder que siempre impone la clase que domina, tanto en el capitalismo como en el socialismo, ya que la utopía es parte de la identidad originaria de los pueblos, de esa condición natural que lleva la humanidad consigo, como es ese sentimiento por la justicia social, la fraternidad, la solidaridad, la convivencialidad, la búsqueda del bien colectivo, el respeto a la condición humana, ir permanentemente al encuentro de la perfectibilidad social en el marco de esa dialéctica de encontrar nuevos caminos para la felicidad de la humanidad.
La utopía es creación colectiva de los pueblos, es la rebelión del presente contra los sistemas de dominación imperantes y poder ver en el futuro la patria emancipada, la utopía subversiva es como la definiera nuestro Argimiro Gabaldón, es… “la fe y la alegría en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”.
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