lunes, 8 de mayo de 2017

Quién es Emmanuel Macron, 
el nuevo presidente de Francia

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Por Natalia OlivaresPublicado el 07-05-2017 Modificado el 07-05-2017 en 20:02
Emmanuel Macron.REUTERS/Jean-Paul Pelissier
Con 39 años, Emmanuel Macron es el más joven presidente en la historia de Francia. 
Totalmente desconocido hasta hace dos años, ha logrado seducir a los franceses 
de derecha y de izquierda, así como a los del centro, aunque muchos de sus votos no 
son de adhesión a sus ideas ni a su programa, sino de rechazo a la candidata de 
extrema-derecha Marine Le Pen.
El ex banquero y ex ministro de Economía del presidente saliente François Hollande 
es calificado como “un ovni de la política francesa” por su recorrido atípico. Nunca 
tuvo un cargo de elección popular hasta el día de hoy. Cuando fue nombrado ministro, 
nadie se imaginaba que dos años después renunciaría para (con tan poca experiencia) 
lanzarse a la carrera presidencial.
Frente al escepticismo general, lanzó un movimiento que lleva sus iniciales “En Marche!”, 
con financiamiento privado y al margen de los partidos tradicionales que han gobernado 
estas últimas décadas.
Muchos analistas en cambio lo ven como un hombre complejo y con varios rostros, cuando 
otros lo acusan de ser un ególatra. Él mismo se califica de hombre de izquierda pero con 
una visión liberal en su libro autobiográfico “Revolución”. Pero, para la mayoría de los 
franceses Emmanuel Macron sigue siendo una incógnita.
Del banco Rothschild al Estado
Emmanuel Macron nació en 1977 en Amiens en una familita de médicos de la pequeña 
burguesía del norte de Francia. Creció con su abuela, directora de escuela que le enseñó 
el amor por las letras y la filosofía, el teatro y la música clásica.
Tras pasar por las escuelas de la élite francesa, comenzó una carrera de banquero en el 
sector privado, antes de convertirse en consejero financiero del presidente de la República, 
una función de la administración pública. Algo que sus detractores ven como dos funciones 
incompatibles y que confirman que no es el candidato “antisistema”, como pretende.
Esto ha sido un elemento de su carrera que sus rivales y sobre todo Marine Le Pen han 
ampliamente utilizado hasta llamarlo el “candidato de los bancos y de la finanza”. Macron se 
hizo famoso en el mundo de la finanza por haber logrado el acercamiento entre la empresa 
Nestlé y Pfizer. Durante sus años como banquero ganó cerca de 2,4 millones de euros 
(2,6 millones de dólares).
En 2012 decidió dar un vuelco a su carrera de banquero para colaborar con el gobierno de 
François Hollande. Inicialmente ejerció el cargo de Secretario General adjunto de la 
presidencia, después aceptó convertirse en Ministro de Economía, cargó al que renunció 
en 2016 para lanzar su candidatura presidencial.
Para paliar su falta de notoriedad, Emanuel Macron supo construir una imagen de joven 
trabajador dinámico, al estilo estadounidense, y su movimiento fue concebido con el 
concepto de las Start-Up, esas empresas jóvenes e innovadoras con fuerte potencial 
financiero.
Se rodeó de jóvenes “helpers”, esos voluntarios menores de 20 años que a golpe de tweets 
y de mensajes Facebook le han dado un impulso determinante a los mítines y a la campaña 
de Emmanuel Macron.
Ante sus compatriotas, Macron se presentó como un hombre íntegro y que asume ese 
recorrido fuera de lo común. Su estrategia fue rápidamente presentar a su esposa en las 
portadas de la prensa francesa, una profesora de teatro y de francés 25 años mayor que él: 
la ahora primera dama, Brigitte Trogneux-Macron.
Pero lo que también retienen los electores en momentos en que Emmanuel Macron se 
convierte en presidente de la república francesa son algunas de sus salidas en falso como 
cuando calificó de “iletradas” las mujeres obreras que fue a visitar cuando su empresa estaba 
a punto de quebrar y cuyos trabajadores iban a quedar sin empleo.
A pesar de sus múltiples disculpas, este episodio como otros es visto como un real desprecio 
hacia las clases sociales populares.
También, los electores podrán recordar de la ley que lleva su nombre, la “Ley Macron” 
adoptada cuando ocupaba el puesto de ministro de Economía en 2015.
Estas normativas son una serie de reformas entre las cuales se cuenta el desarrollo de una 
red de líneas internacionales de autobuses para competir con el tren y el avión o la apertura 
de los comercios los domingos. Medida que provocó manifestaciones y movilizaciones en toda 
Francia así como un fuerte debate político.
Finalmente, logró hacerla pasar por la fuerza así como su candidatura a las presidenciales, 
fuera de toda previsión. Ahora queda por ver si esta fulgurante carrera se mantiene en las 
alturas desde el Palacio del Elíseo con una responsabilidad histórica porque el fracaso de sus 
políticas sería la victoria segura de Marine Le Pen dentro de 5 años.

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