La guerra desinformativa contra
el gobierno bolivariano
Por Ramón Pedregal Casanova/
Resumen Latinoamericano /24 de mayo de 2017.-
“Toda dignidad, todo orgullo, reside en la independencia, estar manipulado es estar esclavizado”.
Che Guevara.
Las nuevas formas de ataque y dominación social no son tan
nuevas, aunque si es nuevo el período por el que pasamos de dominación global.
En Venezuela el imperio viene poniendo en práctica los sistemas de agitación y
revuelta criminal contra el pueblo que busca avanzar en una sociedad de reparto
más equitativo y justo de la riqueza.
Los sistemas de ataque del imperio disponen que en primera fila
guerreen los francotiradores de la prensa, pues con el lenguaje acertado pueden
confundir, generar espanto e inocular en las buenas gentes ideas y
comportamientos que les conviertan en enemigos de sí mismos como colectividad,
y sin prevenirse favorecer la guerra del imperio contra el pueblo que se
pretenda independiente. La importancia de los mercenarios informativos es de
tal calibre que los personajes tienen que trabajar encubiertos bajo el manto
ambíguo del “servicio informativo”, para que después tales francotiradores
pontifiquen como si no sirviesen a ningún interés, a ningún amo al que servir,
y no tuviesen ideología y postura politica desde la que mirar y escribir o
hablar.
Hace tan sólo unos días en los momentos de espera a una rueda de
prensa escuché contar al representante de la cadena de radio que dice ser
la más escuchada de España y forma parte del imperio PRISA, que había estado
haciendo la campaña de Capriles en Venezuela. El individuo que lo contaba a
otros soldados de la prensa reaccionaria, mientras miraba de reojo y así llamó
mi atención, lo contaba en voz baja, quizás con intención de que yo no le
escuchase, aunque lo suficientemente en alto como para que me pudiese enterar.
Le habrían puesto una medalla y necesitaba airear su hazaña, como cualquier
simple que hace ostentación de los actos al servicio del amo de la fábrica,
como quien cree que por su bajeza resulta ser un mercenario más importante. Lástima
de miseria humana en el ejército desinformativo, lástima del lacayo que hace
carrera contando de lo que es capaz para cubrir la expectativa que el gran
capital necesita, ocultando lo que ayudaría a su pueblo y a los demás pueblos.
El poder económico en Venezuela continua en las mismas manos de
siempre, y de esas manos sale el dinero para los mercenarios que se emplean en
seguir el mandato estadounidense, el “correveydile”, de la misma manera que sus
compañeros de guarimba alteran la vida social pacífica, tiene como misión
destruir cuanto pueda de las conciencias que se pueden crear y se crean con las
conquistas sociales bolivarianas. Quizás para esos francotiradores mercenarios
dejó Mario Benedetti su poema titulado “Sueldo”:
“Aquella esperanza que cabía en un dedal, / aquella alta vereda
junto al barro, / aquel ir y venir del sueño,/ aquel horóscopo de un larguísimo
viaje / y el larguísimo viaje con adioses y gente / y países de nieve y
corazones / donde cada kilómetro es un cielo distinto, / aquella confianza
donde nos cuándo, / aquel juramento hasta nos dónde, /aquella cruzado hacia nos
qué / ese aquel que uno hubiera podido ser / con otro ritmo y alguna lotería, /
en fin, para decirlo de una vez por todas, / aquella esperanza que cabía en
un dedal / evidentemente no cabe en este sobre / con sucios papeles de tantas
manos sucias / que me pagan, el lógico, en cada veintinueve / por tener los
libros rubricados al día / y dejar que la vida transcurra, / gotee simplemente
/ como un aceite rancio”.
Si quienes participan de todo ese quehacer consiguen, mediante
el engaño, como compañero de la violencia y la coherción, imponer su dominio
sobre la vitalidad y la esperanza social, entonces el pueblo es posible que no
resista, que se debilite y se divida, y que disuelva su fuerza, aceptando el
plan de los mercenarios y el imperio como inevitable; si los enemigos del
pueblo trabajador consiguen pasar por encima de la ley establecida con el apoyo
popular, entonces ese mismo pueblo verá, como su destino, la ruina del reparto
equitativo, de la justicia en todas sus dimensiones.
Los 18 años de avance revolucionario de Venezuela, de la
realización y cumplimiento, a pesar de tantos obstáculos internos y externos,
de los deseos populares inmediatos y sus proyectos de vida, han generado en el
pueblo trabajador, con Maduro a la cabeza, la unidad con la que resiste los
envites de tantas manos sucias. Las embestidas de las hordas fascistas, las
amenazas de intervención del régimen estadounidense, los ataques de los
batallones de guerra periodística, todos procuran desmoralizar a las fuerzas
revolucionarias, poner el freno al proyecto de cambiar lo que debe ser
cambiado, y todos esos preparan una cabeza de playa para que la maquinaria de
guerra estadounidense encuentre la menor resistencia posible dentro y fuera de
Venezuela al crimen imperial. Si llega ese momento, entonces redoblaran sus
golpes a la espera del pago de ese régimen global. También se suman otras
fuerzas de oligarquías vecinas a calentar la frontera venezolana, buscan
establecer otra cabeza. Los periodistas, incrustados en las fuerzas invasoras
tendrían la misión de bombardear justificaciones mediante los informativos de
televisión, radio y los periódicos a la clase obrera del mundo, para aterrarla
en sus deseos de cambio social más justo. Es trabajo de empleados en el
periodismo imperial.
Tienen que ocultar que “Cuanto más desarrollado está el
capitalismo, cuanto más sensible se hace la insuficiencia de materias primas,
cuanto más ardua es la competencia y la busca de fuentes de materias primas en
todo el mundo, tanto más encarnizada es la lucha por la adquisición de
colonias”, son palabras que escribió Lenin en “El imperialismo fase superior
del capitalismo”. Y allí van, a Venezuela, sus periodistas a “hacer la campaña
de Capriles”, el rico servidor de los amos del norte.
Sólo una pregunta vale: ¿Venezuela, su gobierno bolivariano, es
imperialista?: No se apropia del capital de otro país, no interviene
militarmente en otro país, no bloquea financieramente a otro país. ¿Y si no
invade, no axfisia, no asedia, qué hace?. Tan sólo ha venido cambiando la
realidad antígua de la desigualdad, y ha hecho que sea uno de los tres países
más igualitarios de Latinoamérica, el que ha mejorado más la vida de las clases
trabajadoras, y aun no teniendo el poder económico construye y distribuye a
quienes haciéndolo todo han sido siempre los más empobrecidos. El gobierno
bolivariano, porque él mismo ha salido del pueblo trabajador, sabe que o
resiste la guerra económica, la violencia criminal de los mercenarios del
imperio en las calles, o resiste a éste monstruo en el escenario internacional,
y procura la unidad de los pueblos sudamericanos para levantar una sola patria
frente al batallón imperial de la prensa, o esos agentes de guerra que difunden
imágenes y escritos que ocultan la verdad serán quienes abran la puerta al
invasor. Para que realicen esa tarea, cada día 29 los mercenarios reciben los
“sucios papeles de tantas manos sucias” que les pagan por.
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