Del Holocausto Judío
al Holocausto
Chavista
Manuel Amaru Briceño Triay
Anoche, navegando en la corriente posmoderna de la comunicación,
la internet, me topé con una conversación abierta en el libro de la cara o cara
de libro, o como traduzca el facebook. En un largo diálogo, un grupo de pilotos
del desencanto debatían sobre los caminos de esta nueva fase de
desestabilización opositora. Entre argumentos, disparates y quejas, una usuaria
lanzaba una solución para “tumbar” al gobierno pernicioso chavista, a esa peste
roja. La propuesta discurría en aplicar la shoá hebrea – la catástrofe –
o el Endlösung alemán – el genocidio, la solución final nazi.
Es decir, practicar alegremente el asesinato masivo y
sistemático de todos los chavistas o sospechosos de serlo. Niños, adultos y
adultos mayores; masculinos y femeninos. De cualquier condición racial, sexual,
económica, física o intelectual. El argumento se fundamentaba en la utilización
instrumental de la violencia para sustentar una paz candorosa para todos.
Reflexionando sobre semejante lluvia de ideas, decidimos
auscultar el tema y acércanos a él como problema. Así, desde el punto de vista
filológico, como señala Louis Weber en Crónica del Holocausto, el
término holocausto proviene de la traducción griega del texto masoreta Versión de los setenta, que traduce literalmente completamente, totalmente, todo quemado, sacrificio
consumido por el fuego.
Por otro lado, de acuerdo a las fuentes históricas fue en el
idioma inglés, como holocaust, en donde comenzó a usarse este término a
partir del siglo XVI para denotar incendios con gran cifra de víctimas. Luego,
en el siglo XVIII la palabra adquiere el significado más general de muerte
violenta de gran número de personas.
Incluso, Winston Churchill usó esta expresión en El mundo en
crisis (1923) para hacer referencia al genocidio armenio en Turquía.
Posteriormente
en la Alemania nazi, el 15 de septiembre de 1935, se dictaron las llamadas Leyes
de Núremberg (Nürnberger Gesetze); una serie de disposiciones jurídicas
de carácter racista y antisemita inspiradas en las ideas esbozadas por
Adolfo Hitler en Mi Lucha (Mein Kampf) y en el mito de la raza aria, la
supremacía blanca. Luego, en plena Segunda Guerra
Mundial (1941) el partido nazi y el Estado hitleriano, el llamado Tercer Reich,
patrocinaron como política la matanza sistemática de sus adversarios
ideológicos, culturales, políticos, raciales y sexuales, entre ellos, judíos,
prisioneros de guerra (fundamentalmente soviéticos), españoles republicanos,
partisanos, gitanos, comunistas, anarquistas, enfermos crónicos, homosexuales,
delincuentes comunes, librepensadores, discapacitados físicos y mentales y
ciudadanos pertenecientes a minorías étnicas.
Estas persecuciones, torturas, palizas callejeras, linchamientos, trabajos
forzados, torturas médicas y asesinatos por asfixia, envenenamiento por gas,
fusilamiento y ahorcamiento, entre otros métodos macabros de muerte,
se sucedieron a lo largo y ancho del continente europeo,
especialmente en Alemania, la Unión Soviética ocupada, Europa Oriental y los
Balcanes, a través de los campos de exterminio y las matanzas en fosas,
bosques, barrancos y trincheras. Todo este horror instrumentalizado por parte
de los Einsatzgruppen, escuadrones especializados de las SS, la Gestapo
y el ejército alemán. Horrendos crímenes perpetrados por los nazis y sus
colaboradores fascistas; italianos, austriacos, lituanos, letones, ucranianos,
húngaros, rumanos y croatas, entre otras nacionalidades. Así, se estima que once
millones de personas murieron a consecuencia de esta barbarie, de ellas, un
millón de niños.
Por otro lado, diversas experiencias de genocidios han conocido
los pueblos del mundo. Entre ellas:
- La conquista del continente americano por los conquistadores
europeos, que según H. F. Dobynsha
en Their number become thined: Native American population dynamics in
Eastern North America, significó la muerte de un 95% de la población total
del nuevo continente en los primeros 130 años después de la llegada del genovés
Cristóbal Colón.
- La matanza de Shanghái del 12 de abril de 1927 o incidente del
12 de abril. Acontecimiento que tuvo lugar en la urbe china en abril de 1927 en
la cual el ala política de derecha del Kuomintang, encabezada por Chiang
Kai-shek, eliminó violentamente a sus rivales de la izquierda del partido
y a los comunistas. Episodio que se cerró con la muerte de unas doce mil
personas.
- La
Masacre de la Liga Bodo. Matanza que tuvo lugar en el verano de 1950, durante
la Guerra de Corea. En ella, por lo menos cien mil personas fueron ejecutadas
sospechosas de apoyar al comunismo.
- El Terror Blanco en España. Es decir, todas las atrocidades
que el bando fascista sublevado contra la República Española y la dictadura
franquista dirigieron contra los miembros de la izquierda política;
republicanos, anarquistas, comunistas y socialistas. De acuerdo a Michael
Richards en A Time of Silence: Civil War and the Culture of Repression in
Franco's Spain, 1936-1945, las estimaciones de las muertes causadas por el
temible terror blanco oscilan entre 150.000 y 400.000.
- Las matanzas
de Indonesia. Una serie de asesinatos acaecidos entre 1965 y 1966 con
carácter de extrema virulencia anticomunista. Las estimaciones del número de
personas asesinadas es de entre 500.000 y 1.000.000. Estas masacres comenzaron
en octubre de 1965 en Yakarta y se distribuyeron, fundamentalmente, entre el
centro y este de la isla de Java, Balí y Sumatra. La cúpula del Partido
Comunista de Indonesia fue literalmente cazada, arrestada, torturada y
ejecutada sumariamente.
- Finalmente, la represión brutal y perversa de las dictaduras
militares suramericanas y centroamericanas contra las fuerzas progresistas en
los años '50, '60,'70 y '80, que dejó una estela de muertos, desaparecidos y
niños secuestrados.
Sin embargo, y a pesar de tanto sufrimiento y destrucción
orquestado por el capital internacional depredador y terrorista, en su fase
imperialista como señaló Vladimir Ilich, es bueno recalcar que en todos estos
terribles episodios históricos se produjeron respuestas de resistencia
política, armada y político-militar. Por ejemplo, contra los nazis y fascistas,
el Levantamiento del Gueto de Varsovia de 1943 y los movimientos partisanos
creados durante la Segunda Guerra Mundial en los países ocupados por Alemania e
Italia, que contaron con millones de guerrilleros. Las luchas, políticas y
armadas, por la liberación nacional y la descolonización que llevó a ganar la
independencia de muchas naciones en los años '50, '60, 70, '80 y '90. Y contra
la hegemonía liberal del Fin de la Historia de Fukuyama la constitución de
millones de organizaciones y movimientos sociales de carácter revolucionario,
reivindicativo y ecologista. De amplio sentido social, identitario y humanista.
De tal manera, que el ejemplo de millones de hombres y mujeres
de todo el mundo en lucha contra la barbarie fascista durante el tiempo
histórico nos alienta a levantar banderas de dignidad y fortaleza en todos los
puntos del orbe. Armados de una ardiente paciencia como diría Rimbaud,
con la razón como herramienta enfrentaremos a esta bocanada fascista del siglo
XXI que intenta amedrentarnos y con el Poder Constituyente activado tomaremos,
nuevamente, el Cielo por Asalto.
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