lunes, 15 de mayo de 2017

Ahora le toca al pueblo blindar la Revolución: 

Algunas consideraciones sobre 

la Asamblea Nacional Constituyente (IV)

En la entrega anterior, plantee el tema de las bases comiciales que rigieron el anterior proceso asambleario del debate constituyente en nuestro país. No para que estas normas la gente diga que esas son las que regirán el proceso de elección de los constituyentistas, pero sí sirven como referente de lo que se hizo en aquella oportunidad, y de que elementos de esa normativa se pueden tomar para el actual proceso.
Por supuesto, las bases comiciales que surjan para el proceso de elección de los y las constituyentes de 2017, deben ser mucho más amplias y mejores que la del año 1999, por los sujetos sociales que no fueron visibilizados en ese momento histórico.
Particularmente, y tal vez en esto sea estigmatizado por la incomprensión, se ha insinuado que los diferentes y las diferentes aspirantes a constituyentistas que deseen postularse, deben recoger un número de firmas. Es uno de los mecanismos válidos y que de hecho estuvo establecido en las bases comiciales que el propio Comandante Chávez propuso en 1999, pero creo que no debe ser el único mecanismo de postulación de los candidatos y candidatas a este proceso tan trascendental, desde mi óptica.
Por ejemplo, entiendo que el espíritu de esta Asamblea Nacional Constituyente no sea de la hegemonía de los partidos políticos, y debe ser así. Muchos teóricos han hablado de la naturaleza terrible del Poder Constituyente, pero es bueno que sea así. Pero, no es que tampoco los partidos no tendrán ninguna participación en este proceso, porque los mismos están conformados por seres humanos, por hombres y mujeres que tienen derechos políticos, y el hecho de que se diga que no participan o no pueden ser postulados, puede constituir un acto de profunda discriminación, lo cual está prohibido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Además, el hecho de que las siglas partidistas no se vean en este proceso de elección de los constituyentistas no es garantía per se de que los factores reales de poder, y más dentro del poder constituido, traten de colocar sus fichas, para tratar de desfigurar y de congelar el ímpetu del poder originario que se expresará en esta nueva Asamblea Nacional Constituyente.
Por ejemplo, no critico a dirigentes y a personas que aspiren en este proceso, a presentar sus nombres como posibles candidatos o candidatas a las curules "constituyentes". Eso es válido, y hasta saludable, para que nuestro pueblo, vea que tiene opciones. Pero, en algunos espacios, ya hemos podido observar, ciertas prácticas sectarias y excluyentes, algunos y algunas que ya pretenden secuestrar este hermoso proceso. Y eso se puede convertir en una debilidad que nos puede comprometer. No olvidemos que, el Presidente Nicolás Maduro, al hacer este llamado de invocar al Poder Constituyente Originario, está haciendo una apuesta muy alta.
Y es por eso, que nuestro pueblo, ya les puso nombre a estos individuos que están tratando de secuestrar este proceso, y de que el mismo se vuelva a la metodología del pasado, de que sea el "dedo" el que imponga los candidatos y candidatas al proceso constituyente. El mismo pueblo los ha bautizado como los y las "excluyentistas".
Pues bien, hago la propuesta de que nos declaremos en campaña, en una guerra a muerte en contra de los y las "excluyentistas".
Debo traer a este trascendental debate, una cita histórica, porque en este momento de debates y propuestas muy importantes, no podemos perder la perspectiva en el horizonte, ni cometer los errores del pasado. Un 22 de junio de 1826, nuestro padre Libertador, Simón Bolívar, convocó al Congreso Anfictiónico de Panamá, que le podemos dar la categoría de un proceso constituyente. Y los estadounidenses nos lo infiltraron y lograron truncar el proyecto que quería impulsar nuestro Padre de la Patria Grande de una verdadera unión e integración de nuestros pueblos, para combatir la incipiente amenaza del norte, que se venía con todo para reconquistar lo que ellos consideran como su "patio trasero".
Pues bien, casi 200 años después, estamos en una nueva ofensiva imperialista, el imperio contraataca y quiere de manera desesperada reconquistar lo que ellos consideran su "patio trasero", y esto, en el marco de la actual coyuntura, no podemos olvidarlo.
La participación o no de la oposición venezolana en el actual debate constituyente es una verdadera incógnita. Sin duda, si ellos deciden no hacerlo, sería un suicidio político muy similar a lo ocurrido en el año 2005, cuando se abstuvieron de participar en las elecciones parlamentarias de ese año, y logramos un control absoluto del parlamento producto de ese grave error político de la oposición venezolana, que supimos aprovechar. Si la denominada Mesa de la Unidad Democrática se abstiene de participar, sería el escenario ideal y el mejor de los escenarios para nosotros.
Pero, como el mismo Presidente Maduro nos lo ha señalado en sus intervenciones más recientes, y comparto completamente su planteamiento. El detalle está en que al momento de trazar nuestras estrategias, mostramos un exceso de confianza tal, que nos olvidamos que en el ring no estamos solos, que en el ring hay un adversario, y que este también tiene unas tácticas, tiene una estrategia en pro de lograr algunos objetivos.
Por ello, fue que plantee en la entrega anterior de este dossier, transcribo la pregunta que hice en aquella oportunidad: ¿Si hoy los voceros de la Mesa de la Unidad Democrática decidieran no continuar con sus actos terroristas y decidieran participar con propuestas, incluso postulando candidatos y candidatas a esta Asamblea Nacional Constituyente, que haremos nosotros? Más allá de saludar esta iniciativa, dentro del campo de la política, pregunto: ¿Y si la oposición llegase a ganar la mayoría dentro de la Asamblea Nacional Constituyente, que va a pasar? ¿Será que se destituirá al Tribunal Supremo de Justicia? ¿A los titulares de los órganos del Consejo Moral Republicano? ¿A las rectoras y rectores del Consejo Nacional Electoral? ¿Se mantendrá la actual Asamblea Nacional? ¿Una Asamblea Nacional Constituyente de mayoría opositora pudiera destituir al Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros?
Y todas las interrogantes planteadas desde la tesis del Poder Constituyente originario. Y aquí aprovecho para recomendar la lectura del discurso del Comandante Presidente Hugo Chávez en el marco de la presentación de su propuesta de Reforma Constitucional, el 15 de febrero de 2007, en la Asamblea Nacional.
Y por eso, el triunfo de una mayoría revolucionaria en la Asamblea Nacional Constituyente hay que comenzar a trabajarlo desde ya. Tener la mayoría en la Asamblea Nacional Constituyente será garantía de paz, de verdadero diálogo y de profundización de los logros revolucionarios que hemos obtenido desde hace dieciocho (18) años.
Asimismo, señale, y de esa reunión ya se va a cumplir una semana, 18 partidos políticos se reunieron con la Comisión Presidencial Constituyente, muchos de ellos opositores fuera de la coalición de la MUD, que pareciera que no solo presentaran sus propuestas a la Comisión, sino que incluso participarán postulando sus candidatos y candidatas a la Asamblea Nacional Constituyente. Por lo que las preguntas planteadas en el párrafo anterior, cobran pertinencia y vigencia.
Por ello, es que reitero que me parece que algunos no se han paseado por esas posibilidades y escenarios, y hay que hacerlo. Por eso, he expresado que el momento es trascendental.
Y aquí también hago una propuesta. Si la Comisión Presidencial Constituyente y el Presidente Nicolás Maduro ha hecho llamados para conversar con los factores de la oposición política a su gobierno, sería bueno también tender los puentes e invitar a conversar a esos factores chavistas que en este momento están muy molestos, y hasta descontentos con la gestión gubernamental, y escucharles cómo se escuchó a ciertos factores opositores la semana pasada.
Me ha llamado poderosamente la atención, más allá de la presencia de banderas del PPT o la UPV, que los otros partidos políticos que hacen vida en el Gran Polo Patriótico, por lo menos para el momento en que escribo estas líneas, no se han pronunciado sobre su apoyo o no a la iniciativa de convocatoria de esta Asamblea Nacional Constituyente.
Si leí, y es parte de una de las propuestas que formulé, que el PPT se activaría para recoger firmas, el 15% que establece el artículo 348 del texto constitucional, para apoyar la convocatoria a esta Asamblea Nacional Constituyente.
Este es el momento de una verdadera unidad revolucionaria, más allá de las siglas partidistas, del colectivo o movimiento social al cual se pertenezca. Insisto en que, para la Asamblea Nacional Constituyente, deben ir los mejores hombres y las mejores mujeres con real y verdadero compromiso revolucionario.
Basta de que lleguen los Miquilenas, los Alvarenga, los Armas, y otros tantos traidores y otras tantas traidoras que se nos infiltraron en la Asamblea Nacional Constituyente en 1999.
Además de ello, en este casi mes y medio de actos terroristas y acciones de guerra no convencional que hemos estado viviendo, y que sin duda están generando terribles y profundas heridas al cuerpo de la Nación y la República. Hay que desplegar un plan especial de emergencia económica y financiera, puesto que en el marco del plan desestabilizador, tal y como lo hicieron en la Nicaragua sandinista de los 90 del siglo pasado, pretenden llevarnos a los procesos electorales, en las peores condiciones económicas, políticas, sociales, para que, un pueblo descontento por su "falta de gestión", sea castigado electoralmente en las urnas electorales. Este es un elemento que debemos considerar para esta batalla que desde ya estamos dando en el marco de nuestro proceso constituyente.
Considero que, como complemento a las nueve propuestas que ha formulado el ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, para esta nueva Asamblea Nacional Constituyente, debería revisarse la propuesta de reforma constitucional hecha por el Comandante Chávez hace diez años. Se sorprenderán que varios de los artículos a reformar que planteo el Chávez en aquella oportunidad hace diez años, encajan perfectamente en la mayoría de los nueve puntos que ha propuesto Nicolás Maduro para esta Asamblea Nacional Constituyente.
Por ello, además de la recomendación del discurso de presentación de la propuesta de reforma constitucional de Hugo Chávez el 15 de febrero de 2007, leer también los discursos de su toma de posesión como Presidente de la República, tanto el del 2 de febrero de 1999 como el del 10 de enero de 2007; y el discurso de juramentación de la Comisión Presidencial para la Reforma Constitucional y del Consejo Presidencial del Poder Comunal en el teatro Teresa Carreño, el 17 de enero de 2007. Materiales ambos, producidos por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (MINCI).
De momento, creo que está bien que dejemos esta entrega hasta aquí. Estos dossiers están llegando por ahora a su final, pero atentos y atentas, porque este debate, sin duda, cambio totalmente el panorama político de nuestro país.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!

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