Juan Carlos Parisca: La coyuntura exige más cambios
Si bien la presente coyuntura surgió a raíz de las elecciones parlamentarias, la economía venezolana venía estando fuertemente impactada por la caída del precio de su principal fuente de ingresos, el petróleo, lo que ha desencadenado una serie de problemas económicos y financieros que todavía está lejos de resolverse. La consecuencia surgida en la coyuntura, sin embargo, ha sido un inclemente castigo político, reconocido inclusive desde la Presidencia de la República, que ha generado una reacción autocrítica que hay que aplaudir. El blanco del castigo ha sido la conducción económica del gobierno, que solo en el pasado año presenció una escasez de productos primarios nunca vista en el pasado, simultánea con un enorme disparo inflacionario.
Con la coyuntura se abrió un proceso, asumido por la dirección política del gobierno, que sigue su curso y se encuentra en la actualidad en la fase de planificación y formulación de los cambios necesarios en la economía y la producción. Esperemos por el momento la culminación de ese proceso.
Mientras tanto la revolución está en la obligación imperativa de promover una discusión colectiva sobre otros problemas que deben ser objeto fundamental de cambio, de los cuales mencionaremos aquí solamente tres.
Organización revolucionaria
En primer lugar está la necesidad de contar con una organización revolucionaria de la que carece, presente en toda la sociedad venezolana. En todos los barrios, pueblos, caseríos. En todas las oficinas del gobierno. En los urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela, desde la propia fase de la construcción. En los centros de producción. En las fábricas propiedad del Estado y en las de propiedad privada. En las universidades y centros de enseñanza. En las unidades militares. Formando un entramado, un gran tejido que cubra todo el ámbito nacional. Y en todas partes asumir la coordinación de la política de la revolución en todas las fases del desarrollo y la aplicación de la línea política. En otras palabras, un partido revolucionario formado por unidades de base presentes en todo el territorio nacional.
Tarea principalísima de ese partido sería la difusión de la ideología revolucionaria y la explicación de los planes y el curso de desarrollo del socialismo.
La creación y el desarrollo de esta organización, no es responsabilidad del gobierno. Debe obedecer a un plan estratégico de largo alcance, mutuamente condicionado por el desarrollo mismo de la revolución.
Un segundo objetivo fundamental es el combate a la dispersión política de los partidos de izquierda, frentes, colectivos, comunas, consejos comunales y demás organizaciones populares. Entre éstas y el partido revolucionario tiene que existir la coparticipación y el intercambio ideológico, el compartimiento y la discusión de programas e ideas.
El congreso convocado recientemente por el Presidente de la República, es una oportunidad excelente para que las tesis de las organizaciones populares sean difundidas y discutidas. Los miembros de estas organizaciones que participen como delegados en el congreso, tienen la misión de presentar estas tesis y hacerlas objeto del debate. Y posteriormente recoger las opiniones y conclusiones y transmitirlas al seno de sus organizaciones.
Desde el comienzo
El socialismo como sistema de funcionamiento de la sociedad venezolana, fue definido desde el comienzo de la revolución. Desde entonces quedó establecido el sistema socialista como el propio de la Revolución Bolivariana. A lo largo de este largo proceso esta cualidad no ha logrado su concreción definitiva, a pesar de tener una presencia que arranca al menos desde el 2006 y que aparece con fuerza de Ley en el 2013, cuando quedó inscrito en el Plan de La Patria, Ley del 4 de diciembre de ese año, Gran Objetivo Histórico No. 2. “Continuar construyendo el socialismo bolivariano del Siglo XXI en Venezuela como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo… “.
Un tercer objetivo es el combate a la corrupción administrativa, otro de los ejes impulsores del voto castigo en el proceso reciente. En el momento actual existe un clamor generalizado que pide la erradicación definitiva de este fenómeno endémico de la sociedad venezolana. Son del conocimiento público varios casos escandalosos de funcionarios que han ocupado altos cargos, aprovechando las oportunidades que se les presentaron para apropiarse de fondos pertenecientes a la República, huyendo en muchos casos al exterior. Es impostergable someter a juicio a todos aquellos que hubieran atentado contra los bienes de la Patria, hasta el punto de que algunas figuras del chavismo han asumido públicamente una fuerte crítica ante la desaparición de al menos 25.000 millones de dólares en el esquema de control de cambios, los cientos de proyectos inconclusos y la dilapidación de las reservas internacionales.
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