Debido a que la Revolución Bolivariana emprendió una la lucha por la suprema felicidad de los pueblos, la reivindicación de los valores que impregnan de esencia humana: amor, solidaridad, humanismo, entre otros haciendo énfasis en los sectores más excluidos, con ese propósito el Comandante Eterno, Hugo Chávez creó la Misión Negra Hipólita, el 14 de enero del año 2006, con el objetivo de atender a personas en situación de calle y otras carencias, víctimas de las políticas de exclusión y desidia de gobiernos anteriores.
A propósito de su lanzamiento, en 2005, el comandante Chávez explicó que se trata de un programa dirigido “especialmente a la población en situación de extrema vulnerabilidad: niños de la calle, indigentes, los indígenas, las mujeres embarazadas en situación de pobreza, de miseria; las personas con discapacidad extrema, discapacidades físicas, mentales. En fin, es una misión muy cristiana, sumamente humanitaria”.
“No nos hagamos los ciegos ante los marginados, que son víctimas de la miseria, la exclusión y las drogas”, insistía el Comandante en su programa, Aló Presidente del 8 de enero de 2006.
La búsqueda de soluciones al problema de las personas en situación de calle, abandono y extrema pobreza llevó la propuesta de la Misión Negra Hipólita, donde organizaciones públicas responden ante este problema.
Se trata de trabajar en la reincorporación de las personas afectadas a la vida productiva y devolverlas a su núcleo familiar, cuando es posible. Es un programa especial destinado a responder a las necesidades acumuladas de trabajo, alimentación, calidad de vida, vivienda y salud de la población en situación de extrema pobreza.
Garantizar el proceso de inclusión social de ciudadanos y ciudadanas, a través del trabajo en conjunto con el resto de las instituciones y el Sistema Público Nacional para el Tratamiento de las Adicciones.
Esta acción constituye un paso más en el propósito del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela de saldar la enorme deuda social, contraída durante décadas, con los ciudadanos y ciudadanas de este territorio. La filosofía de la misión reposa en el recuerdo del rol adoptado por la esclava que amamantó al Libertador y logró, con su amor, que el Padre de la Patria, fuera un ser humano pleno, capaz de soñar un mundo distinto, un país libre.
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