Earle Herrera: Bolívar clásico y caucásico
Andrés Eloy Blanco pedía que le pintaran angelitos negros, el presidente de la Asamblea ordena que le traigan un Libertador “clásico”. No existe tal pintura y, según Arturo Uslar Pietri, no hay dos retratos de Bolívar que se parezcan. Luego, solo uno debe ser auténtico, “clásico”, y todos los demás falsos, como se calificó al que “aventaron” del palacio legislativo en esta triste hora de la patria.
En sus Memorias, el general O’Leary describe que Bolívar tenía “la nariz larga y perfecta, la boca fea y los labios algo gruesos… la piel morena y algo áspera”. Esta descripción de quien fuera su edecán no coincide con ese Bolívar “clásico” de nuestra moneda, con ese perfil de emperador romano, pero sí mucho más con la de la poetisa María Mercedes Carranza, para quien el héroe “más que un físico a lo galán de Hollywood/ tenía el ademán mestizo de una batalla perdida”. Es este el mismo rostro que divisó Neruda “una mañana larga, en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento”, cuando le habló “mirando el Cuartel de la Montaña”.
La historia, asentó el viejo Marx, se repite una vez como farsa y otra como tragedia. Cuando murió el Libertador, la oligarquía venezolana redactó un proyecto de ley que pautaba quitarle todos los títulos de honor y gloria que se le concedieron y ordenaba “que en medio de la plaza de armas se quemen todos los monumentos de gloria concedidos a un hijo espurio que pretendió clavar el puñal parricida en el corazón de una madre generosa”. Por si no fuera suficiente, el proyecto remata: “Se tendrá por aciago en la República el 17 de diciembre de 1830 en que murió naturalmente Bolívar, cuando debió morir de una manera ejemplar”.
La historia se repitió el 12 de abril de 2002 en Miraflores y el 6 de enero de 2016 en la Asamblea Nacional. En mi más reciente libro, La espada sobre el fuego, reseño el rostro que del Libertador describieron grandes poetas de América. Todos nos aproximan al Bolívar humano, todos evitan al Bolívar “clásico” de una oligarquía “caucásica” que todavía lo odia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario