José Vicente Rangel: Urge la mayor responsabilidad de parte de la dirigencia nacional
*Editorial del programa en Televen “José Vicente hoy”
*¿Qué esperaba el país después de las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre? Creo que buena parte de este país acosado por la desconfianza y con graves dudas sobre el sentido de responsabilidad de la conducción política, no se hacía muchas ilusiones. Sin embargo, dada la dimensión de la crisis nacional, aspiraba a que al menos se impusiera un mínimo de sensatez para cesar, o atenuar, los efectos perversos de la exacerbada diatriba proveniente del fenómeno de la polarización. Que bajase el tono virulento del debate y se avanzara en la creación de un clima que, sin excluir la confrontación ideológica, permitiera asumir en un ambiente distendido el análisis y búsqueda de soluciones a los delicados problemas que nos afectan.
*Sin embargo no fue así. Al contrario, los fantasmas del odio, del sectarismo, de la negación a ultranza del otro, reaparecieron de inmediato. Los que ganaron la elección no supieron descifrar lo sucedido y la arrogancia los ha llevado a incurrir en reiterados actos de insensatez, y los que perdieron desprecian el resultado, le atribuyen diversos orígenes mientras dejan de lado los verdaderos, con lo cual, unos y otros, parecen empeñados en enturbiar el hermoso episodio cívico y ciudadano de diciembre
*No pretendo pontificar acerca de lo que debió darse, en función de lo que los venezolanos reclaman sin que se les oiga, porque en momentos de crisis agudas siempre lo más fácil es encerrarse en las visiones particulares de cada quien en vez de abrirse al análisis desprejuiciado, ajustado a los hechos. Es así lo que la sociedad venezolana en su conjunto pide, que no es otra cosa que sindéresis, responsabilidad, atención a los problemas concretos y más urgentes, que es lo que se expresó con nitidez en el voto del 6-D. A pocas semanas del evento comicial, esto ha sido relegado a un segundo plano, es decir, la escasez, la inflación, la inseguridad, mientras que a diario son objeto de particular consideración temas que reactivan el insulto y estimulan la ofensa con actitudes desproporcionadas, que no es lo que se necesita en las actuales circunstancias. Por ejemplo la fijación de un plazo de seis meses para defenestrar al presidente Maduro, o el retiro de los retratos de Bolívar, Chávez y Maduro de la sede del parlamento, gesto ignominioso, despreciable desde todo punto de vista, pero fundamentalmente estúpido. Del mismo modo que del otro lado del espectro político-partidista no terminan de aceptar el fracaso electoral del 6-D y las consecuencias que genera este hecho.
*Ante esta situación cabe persistir en la urgencia de mayor responsabilidad de parte de la dirigencia nacional, de vincular sus actuaciones a lo que la mayoría de la nación exige y rescatar mecanismos de diálogo. De lo contrario estaremos marchando, inexorablemente, hacia nuevas y peligrosas aventuras.
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