Carola Chávez: Tu casa bien embargada
La ley de propiedad de la Misión Vivienda es la falsa bandera con que la oposición antichavista pretende ahora colocarse medallas con una obra que hasta ayer negaron. “La Misión Maqueta, gallineros verticales para gente, una invasión de gentuza que seca la ropa en los balcones en lugar de hacerlo en una secadora, o sea, la depreciación inmobiliaria a las urbanizaciones nice, un brutal ataque a la inversión”.
Y es que esta ley no se trata, ni de lejos, de los beneficiarios de la Gmvv que creó Chávez, sino de los intereses de los dueños del capital. Solo en Caracas, muchos de los edificios de la Gmvv fueron construidos en terrenos incrustados por la avaricia en medio de zonas populares donde la gente, encaramada en cerros precarios, veía desde su ventana cómo esos terrenos, los mejores, los que estaban a pie de calle, con acceso a todos los servicios, eran usados como depósitos de chatarra.
Por justicia esos terrenos fueron expropiados y, entonces, el antichavismo, como siempre, puso el grito en el cielo: ¿Dónde iba a guardar el pobre Lorenzo Mendoza ese montón de gaveras viejas de cerveza? ¡Libertad, libertad!
¿Qué dice la ley de propiedad que ondea el antichavismo? Que revisarán las indemnizaciones sobre esos terrenos a ver si fueron satisfactorias para quienes los engordaban con indolencia. Ley de propiedad para ricachones que ahora reclamarán “su parte” de esos edificios construidos para el pueblo.
Por otro lado, bancos e inmobiliarias salivan frente a un millón de viviendas a las que hincarle el colmillo, mientras su vocera, Adriana D’Elia, defiende en la AN el derecho a hipotecarse de quienes tengan una casa de la Gmvv, de modo que su casa ya no sea suya sino de un banco hasta que la pague… si es que puede con la letra pequeña. Así convierten un derecho en mercancía y ya sabemos quiénes son los únicos que ganan cuando de mercancía se trata. La apropiación de la renta petrolera también a través de hipotecas con resucitada cuota balón.
Esta ley no ha sido discutida en la calle. Chávez nos dio una ley que protege la vivienda principal del embargo y que, para que el derechazo dé sus lucrativos frutos, debe ser derogada, colgando así una espada de Damocles sobre todas y cada una de nuestras casas, ya sean de la Gmvv o no.
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