martes, 22 de diciembre de 2015

Ruiz Tirado: Estamos en mora con Hugo Chávez y Alfredo Maneiro


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Foto: El Perro y la Rana
La edición del programa de radio De Letras, Perros y Ranas del pasado martes estuvo dedicada al político comunista y dirigente sindical Alfredo Maneiro, uno de los principales impulsores de la gestación del proceso revolucionario desde la década de 1960 y fundador del partido La Causa R. Para recordarlo, contaron en el estudio en calidad de invitado con el escritor y analista político Federico Ruiz Tirado, nacido en Barinas, testigo de excepción del primer encuentro entre Maneiro y Hugo Chávez en la ciudad de Maracay en 1976, que relató en detalle. El próximo 24 de octubre se cumplen 32 años de la partida de Maneiro.

Alba Ciudad (Texto: Daniel Liendo Jiménez)
Miguel Antonio Guevara y Jennifer Yrima producen el programa De Letras, Perros y Ranas, revista cultural que la Fundación El Perro y la Rana ofrecen por el dial 96.3 FM de Alba Ciudad, emisora adscrita al Despacho del Ministro del Poder Popular para la Cultura.
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Ruiz Tirado inició sus palabras recordando a su hermano Wladimir Ruiz, quien le dio numerosos recuerdos sobre Maneiro. “¿Qué voy a decir que no se haya dicho? ‘No te olvides de los orígenes’, me dijo mi hermano. Eso me quedó grabado desde esta madrugada y quería repetir esas palabras porque de algún modo contienen una especie de resonancia existencial, poética, metafórica, tanto que se parece al comienzo de un poema de Constantino Cavafis: No te olvides de los orígenes. Eso tiene que ver con una doble reflexión que hemos hecho mi hermano y yo durante mucho tiempo, sobre todo después de la partida de Hugo Chávez”. Señaló que el origen es muy importante para todo, más allá incluso de los hombres. “Para valorar o calibrar lo que han sido las revoluciones positivas y negativas, hay que ir al origen. Para hablar de la Venezuela Bolivariana, hay que ir al origen”.
“Hay espacios en Barinas que son emblemáticos de ese origen del cual hablo”, dijo Ruiz Tirado mencionando a la plazoleta Rodríguez Domínguez, la casa de la Abuela Mamá Rosa; la biblioteca de su padre, José Esteban Ruiz Guevara y el bar Noches de Hungría. “Ese es el origen para Hugo, es parte de su conjunto y es el origen de la relación con Maneiro. Cuando yo tenía 15 años, Wladimir nos habló de la Causa R y de Alfredo Maneiro y nosotros no sabíamos exactamente a qué se refería”, ello debido a su corta edad.
“Si alguna cosa pudieramos decir de Alfredo -para que no quepa duda- es que era político y escribía como escritor”, al contrario de otros de su época que eran escritores pero escribían como políticos. “Eso era porque fue el auténtico filósofo que Carlos Marx describió cuando se refirió a que el deber y la obligación del filósofo no era interpretar sino transformar el mundo”. Indicó Ruiz Tirado que “Maneiro no fue un filósofo tradicional y clásico” sino “un filósofo en el sentido de la construcción de formas de creación política y organizativa de vida”.
Explica que en el año 1968 ocurre la división del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y se forma el Movimiento al Socialismo (MAS) con Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff y Freddy Muñoz, entre otros. Alfredo le dijo a Petkoff que había que hacer un partido de abajo hacia arriba, o sea, todo lo contrario de lo que había hecho el PCV siguiendo la línea de la Unión Soviética. “Teodoro le dijo que sí, que estaba de acuerdo y que no lo podía dejar solo en eso, pero a la hora del Congreso Fundacional hizo todo lo contrario, como Carlos Andrés Pérez”.
Ante lo anterior, “Alfredo se sale. Por eso es que él decía que La Causa R era una especie de división inexacta, como dividir 18 entre 5… es imposible”.
Relata Ruiz Tirado: “Nosotros, en la presentación de la candidatura de José Vicente Rangel (…) cuatro amigos y yo repartimos un periódico que se llamaba Catabre y que de algún modo era como el embrión del futuro, como lo dice Alfredo por allí en una alocución muchos años después”, cuando dice que había que buscar el germen del futuro en las profundidades de la realidad. Esas palabras fueron “como un epígrafe de lo que es nuestra relación con Maneiro, quien a su vez nos enseñó -sin saber quizás- una ruta que nos condujo no por casualidad, al encuentro con Hugo Chávez el 18 de mayo de 1976”.
Una vez Alfredo me preguntó qué creía que éramos nosotros. Así como mas de una vez lo hice con Hugo; le dije a Maneiro: ‘mira, yo creo que nosotros no somos ni un partido ni una organización, nosotros somos una forma de ser. ¡Somos como el zen!’  Y exclamó cuando me oyó decir esto: ¡Carajo! Con esta expresión que repitió durante dos años cuando se encontraba a alguien -que hoy por cierto son contrarios a nuestro proceso- les preguntaba: ‘¿Tu sabes qué somos nosotros? Nosotros somos como el zen’. Él no sabía lo que estaba diciendo al principio, pero después construyó una teoría. Un hombre con esa sagacidad no iba a representar e interpretar aquella sentencia de Marx sobre el papel del filósofo”.
El encuentro de Chávez y Maneiro en Maracay
Una de las partes más esperadas de la entrevista es el relato de Ruiz Tirado sobre el primer encuentro entre Hugo Chávez y Alfredo Maneiro, ocurrido el 18 de mayo de 1976 en Maracay, estado Aragua, en el que el entrevistado no sólo fue testigo presencial sino chef. Sobre esta fase de la entrevista, Ruiz Tirado comenzó expresando que “en política, para que se produzca una casualidad, tiene que producirse antes como quince cosas. Hugo Chávez vivía tres patios detrás de la casa de nosotros. Habíamos robado gallinas, habíamos hecho de todo y él se fue para la Academia Militar”.
Recuerda Ruiz Tirado que Maneiro recorrío puntos específicos del país: De Caracas, Catia. Visitó la clase obrera concentrada en Carabobo. En Guayana, el portón de Sidor. De Maracaibo, nada de la cosa petrolera sino la Guajira. En las universidades fundaron un movimiento que él decía que eran jóvenes hegelianos; “eran las tres patas y faltaba la pata militar”, decía Maneiro.
“Cuando le digo a Alfredo: ‘mira, yo tengo un amigo que se fue para la Academia Militar’. ¿Y quién es ese tipo?, me preguntó; ‘bueno, ese es un muchacho del barrio’. Y yo insistí, insistí, insistí, y Wladimir también insistió con Hugo pero yo no lo sabía. Nosotros hacíamos las cosas y no las decíamos porque era una organización de conjurados. Finalmente descubro todo, cuadro la reunión y nos vimos en Maracay. Yo me fui disfrazado de de clandestino, con un pantalón de kaki, una camisa blanca enrollada con unas botas del Mop (plásticas) y una boina, disfrazado de izquierdista, y Alfredo ni me tomó en cuenta. Nos vimos en el apartamento de Hugo”.
Foto: Misión Verdad
Foto: Misión Verdad
“Chávez estaba muy apurado y desesperado, porque sabía de las grietas de crisis que había en la Fuerza Armada y en el país. Alfredo también lo sabía, por supuesto. Hugo manifestó que había que acelerar el Golpe de Estado y que había que acelerar un proceso de toma del poder, a lo que Alfredo le dijo que se calmara y que él le cambiaba el tanque de guerra por un multígrafo. Eso jamás lo olvidó Hugo, tanto así que en 2004, cuando hubo ese taller a propósito de la calidad política y la eficiencia revolucionaria, Hugo Chávez dijo: ‘vamos a honrar el legado de Alfredo Maneiro’ ”.
En ese encuentro hubo un cruce de caminos, donde Ruiz Tirado hizo de chef. “Ese día hubo dos menús: uno gastronómico y otro ideológico”, relata el escritor. “Este último iba desde la Edad Media, desde Santo Tomás de Aquino hasta la debacle de la izquierda venezolana, pasando por la Comuna de París, por las revoluciones que habían triunfado pero no pudieron proseguir; por la caída del Muro de Berlín, las revoluciones negativas, hasta llegar a todo problema clave de una revolución, que es la vanguardia. Alfredo siempre ponía el ejemplo de de la Revolución Bolchevique”, que se produce en 1905 “y Lenin (Vladimir) y Trotsky (León) se retiran”. Doce años después, “Lenin se convierte en el ideológo fundamental de la Revolución Bolchevique y Trotsky en el jefe político militar del Ejército Rojo que termina de sacar a los nazis de Francia”.
“El otro menú fue que Alfredo empezó a mirarme y yo le conocía esa mirada a Alfredo, porque uno aprende a conocer a la gente no solo por lo que dice, sino por lo que no dice y como discípulo que fui de él, y le conocía la caída cuando tenía mucha hambre y me hizo la seña. Hugo manifestó que no había nada que comer, pero ya yo me había levantado varias veces, fui a la cocina con Nancy -su primera esposa- e hicimos una pesquisa; encontramos un frasquito de mostaza en condiciones de putrefacción, un kilo de espaguetis Ronco y mucho plátano maduro. Conseguimos un pedacito de queso que era blanco, pero se volvió como marrón. Es cuando le digo a Alfredo, lo que hay es esto y esto. ‘¡Tajadas, Federico!’ Y nos comimos aquello. Yo me fui con Hugo para Barquisimeto y él se fue para Caracas con una persona que no quiero nombrar en este momento”, pues posteriormente se pasó a la derecha.
Ruiz Tirado acotó que Maneiro, viendo unos aviones, le puso la mano en el hombro y le preguntó sí irían a llegar a algún lado con este hombre (Chávez). “¿De dónde sacaste tú a este carajo? Le dije él es del barrio y ya sabía que lo que me estaba diciendo era que se estaba armando la otra pata, a lo que le contesté: ‘bueno, yo no se tú, pero yo sí porque me voy con él para Barquisimeto’ ”.
Moratoria con Maneiro y con Chávez
Para concluir, el relator, amigo de Alfredo Maneiro y de Hugo Chávez -el Comandante Eterno- expresó que “hay tres hitos fundamentales en la obra y legado de Alfredo que hay que revisar y quizás nosotros tengamos una moratoria con Alfredo y con Hugo, porque creo que poca gente lo ha entendido, entre ellos Reinaldo Iturriza”. Ruiz Tirado recordó cuando Hugo descubrió aquel artículo del hoy ministro de Cultura sobre la politización, la repolitización y el reimpulso. “Reinaldo estaba reinterpretando, como dicen ahora, releyendo este libro que cargo aquí, que se llama Notas políticas”, una compilación de escritos, artículos de opinión y entrevistas de Alfredo Maneiro, publicada en 1986.
Señaló Ruiz Tirado que “había un vacío político que vivía la revolución, además asediada por las fuerzas de la naturaleza, el deslave, las lluvias y la reacción, y recuerdo que en Petare le dijeron: ‘aquí está Reinaldo’, a lo que Chávez respondió que no le temía a la crítica y de algún modo comenzó a revalorizarse en algunos de nuestros líderes el pensamiento y el legado de Alfredo. Pero creo que esto ha quedado en un lema, y tenemos una moratoria con los dos. En el lema de la eficacia, la calidad revolucionaria y de la eficiencia política”.
“Estamos en moratoria porque nos dejamos quitar el portón de Sidor. Los paramilitares mataron a Robert Serra en La Pastora, que es el barrio más emblemático de Caracas y eso significa que estamos asediados, lo cual requiere una profunda reflexión que nos debe conducir a la búsqueda de los precursores de esta revolución, entre otros Hugo Chávez y Alfredo Maneiro”.
Entre otros, Maneiro escribió notas sobre la división del PCV y un ensayo dirigodo al sector de la izquierda que no aceptaba la realidad de la lucha armada. En dicho ensayo, Maneiro explica por qué la misma fracasó: en su opinión, la clase campesina no apoyó a la guerrilla, y por otro lado, se hizo un traslado automático de los mecanismos de la lucha urbana al campo.
Pereira
Durante el programa, también hubo un contacto telefónico con el poeta Gustavo Pereira, quien destacó que Maneiro fue “la inteligencia más deslumbrante que he conocido en mi vida, y mira que he conocido mucha gente de talento y con inteligencia extraordinaria, pero Alfredo era un prodigio en el uso de la razón y la sensibilidad”.  Pereira dedicó una elegía a Maneiro tras su muerte en 1982.
Ruiz Tirado, quien también dirige el sitio web Misión Verdad, anunció que el próximo 24 de octubre se publicarán varios artículos y materiales sobre Maneiro al cumplirse 32 años de su muerte.

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