El Baile de los Pastores del Niño Jesús de El Limón, es una tradición arraigada desde hace 101 años en el municipio Mario Briceño Iragorry, en el estado Aragua, para venerar y agradecer al Niño Dios los favores y deseos concedidos en este año que culmina.
Una colorida y alegre fiesta celebran los habitantes del sector Niño Jesús desde el año 1914, época en que la tradición llega a la población, desde Aguas Calientes, estado Carabobo, para quedarse en el sentir cultural y religioso de los aragüeños.
La tradición forma parte de la mezcla de culturas, algunos dicen que proviene de España y otra versión dice que es una tradición netamente venezolana, por lo que se encuentra en proceso de investigación.
La manifestación también se celebra en la localidad de Chuao, en el eje costero aragüeño, así como en San Joaquín del estado Carabobo; San Miguel de Boconó, estado Trujillo y de forma más reciente en Los Teques, estado Miranda.
Una gran fiesta patronal acompaña al baile de los pastores, cada segundo o tercer fin de semana de diciembre, que con adoración y fe organizan los habitantes de Niño Jesús, meses antes.
Este año la celebración se realiza este 19 de diciembre, en horas de la noche, con la participación de unas 500 personas, entre bailadores, pagadores de promesas y colaboradores.
“Este baile se origina tanto aquí, como en Aguas Calientes por el cultivo de la caña de azúcar, para que la cosecha no se perdiera. Los pobladores de aquel tiempo, deciden agruparse y rendirle ese baile al santo Niño Jesús, pidiendo que se diera la cosecha”, relata Jonathan Sifontes, cultor aragüeño y vicepresidente de la organización de los Pastores de El Limón.
Historia del baile
Sifontes cuenta que en el cerro Periquito, ubicado en la zona, los antiguos jornaleros de los cultivos de la caña de azúcar, se conectaban con los del municipio Diego Ibarra, estado Carabobo, por lo que comenzó el intercambio de saberes y la creación de este baile.
La señora Jovita Colmenárez fue la persona que trasladó el baile en 1914 desde Aguas Caliente, hasta la población de Niño Jesús, desde aquel entonces se construyó la capilla en el que se mantiene la imagen del Niño Dios.
Al presidente de la época, Juan Vicente Gómez, le llamo la atención la colorida manifestación, por lo que su esposa, Doña Amelia De Gómez, les obsequió a los habitantes la imagen de Niño Jesús.
Cohetes, fiesta, alegría y adoración al Niño, dan la bienvenida a la navidad en la población de Niño Jesús, tradición que se ha convertido en un punto de referencia cultural en el país.
Baila la esperanza
Renovar nuevos deseos, agradecer por los ya cumplidos y mantener ese vínculo espiritual con el Santo Niño, son los motivos por los cuales años tras año, los pastores de El Limón fortalecen esta fe que data de un siglo.
“Por la parte espiritual, sentimos esa noche lo mágico religioso y esa conexión. Durante semanas damos el todo al Niños Jesús, para la organización de estas fiestas. Le entregamos esa devoción y fe en los preparativos, en los trajes que lucimos y en las promesas que pagamos como fieles creyentes”, expresó Sifontes.
En el baile, se representan los personales de El Cachero, quien es el guía de la formación que dirige el orden de los bailadores, las Pastorcillas y Pastores. Mientras que El Titiriji un ave nocturna, mantiene la alegría y entusiasmo en el baile.
La Vieja y el Viejo, son otros de los personajes, que bailan al son del cuatro, furro, tambor y güira, para dar una totalidad perfecta y única en cada localidad en la que se celebran los pastores.
“En el caso de nosotros, las pastorcillas es el hombre vestido de mujer. En aquel tiempo en 1750 cuando la manifestación estaba iniciando, querían prohibir el baile, porque se decía que el hombre y la mujer no debían bailar juntos, era algo pecaminoso. Fue cuando el hombre tomó el rol y vestimenta de mujer en el baile”, explicó el bailador y organizador Sifontes.
El pastor que lleva un instrumento que se llama el gajillo, que lo percute contra el piso y emite un sonido. La vestimenta es un sombrero de cogollo que va adornado con flores o alusivo a la navidad, además de un vestido o vestimenta tipo llanero. En el caso de El Limón es el único que permite que bailen las mujeres.
Durante la ceremonia hacen diversas figuras como la Cruz, en la cual se mezclan Pastores y Pastorcillas, el Caracol, la Escuadra, 2 y 2 y el Ganchillo para finalizar el baile.
Promesas cumplidas
Los bailadores antes de iniciar la tradición, realizan la ceremonia para pagar los favores concedidos por el Niño. En las afueras de la capilla Niño Jesús, los pastores recorren un espacio de rodillas antes de ingresar a la iglesia.
Una vez iniciada la ceremonia, la imagen del Niño Dios, recibe las oraciones de fe, el encendido de velas y flores, así como obsequios de oro, dinero y hermosas vestimentas.
Los adoradores del niño piden por la protección de ellos y sus familiares, salud en todo el año y la prosperidad en el nuevo camino que comienza.
Otras actividades festivas, acompañan la tradición de los pastores de El Limón, lo que la convierte en una verdadera fiesta, con la elección de la reina, presentación de grupos musicales y actividades formativas en las comunidades.
Para Jonathan Sifontes, la esencia del baile y la manifestación, es la transferencia de estos valores culturales en los más jóvenes. El día domingo 20 participan los niños de la comunidad en el mismo baile. “Ellos son la semilla que mantiene viva nuestra tradición, para que así pueda perdurar en el tiempo y sea lo más real posible”.
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