Hace 51 años una bala inmortalizó a
Argimiro Gabaldón, pionero de la
revolución venezolana
13 de diciembre de 2015.- Argimiro Gabaldón cayó hace 51 años en las montañas de Humocaro, estado Lara, víctima de un disparo accidental que le impidió seguir adelante con la lucha revolucionaria que encabezó contra la injusticia y la opresión del puntojismo en Venezuela.
Su breve pero apasionada vida, inspirada en la defensa de la libertad, la igualdad social y el derecho a la organización popular, comenzó el 15 de julio de 1919 en Biscucuy, zona alta de Portuguesa, y terminó el 13 de diciembre de 1964, cuando a los 45 años de edad fue herido mortalmente con una bala que inmortalizó su liderazgo en la serranía que enlaza a su tierra natal con los estados Lara y Trujillo.
Argimiro, también conocido como el Comandante Carache, o Chimiro, comenzó a militar en el Partido Comunista de Venezuela (PCV) con apenas 15 años de edad, se vinculó de manera directa con la masa campesina y creó las primeras células clandestinas del partido en Biscucuy y El Tocuyo.
En estas zonas formó núcleos de trabajo político y sembró el ideal de justicia en peones y trabajadores de haciendas cafetaleras que años después, en los 60, le acompañaron en la organización de un movimiento insurgente en armas que regó de bases guerrilleras unos 9.000 kilómetros del eje montañoso Lara-Portuguesa-Trujillo.
Desde distintas trincheras -pintura, literatura, poesía, educación- Argimiro fustigó la desigualdad, la lucha de clases, la opresión de regímenes autocráticos y se consagró como un pionero de la revolución venezolana, al plantear la necesidad de conocer la historia del país para poder actuar sobre ella.
Fue así como al momento de luchar contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez expuso al PCV que no se trataba sólo de cambiar a un gobernante por otro, sino de transformar la estructura política, social y jurídica del Estado para que los cambios fuesen trascendentes y consolidar un sistema democrático de justicia social.
En 1960 insistió en elevar el nivel de la lucha revolucionaria y propuso al III Congreso del Partido Comunista saltar a la insurgencia armada. Logró apoyo político para fundar en El Charal, Portuguesa, un destacamento guerrillero que se convirtió en el Frente José Antonio Páez, creó otro en Lara y en menos de dos años ya comandaba a jóvenes que se fueron de liceos, universidades y barrios urbanos a combatir en la montaña por las causas del pueblo.
A Chimiro la muerte le llegó en un momento de crecimiento político, cuando su visión de lucha en el seno del pueblo comenzaba a trascender y el objetivo se lograba: crear conciencia para, sobre cualquier adversidad, "avanzar espacialmente sobre el enemigo, siempre y cuando el espacio conquistado lo fuese en la conciencia y en la organización", refiere una biografía de Argimiro en el blog accioneslibertarias.
Su breve pero apasionada vida, inspirada en la defensa de la libertad, la igualdad social y el derecho a la organización popular, comenzó el 15 de julio de 1919 en Biscucuy, zona alta de Portuguesa, y terminó el 13 de diciembre de 1964, cuando a los 45 años de edad fue herido mortalmente con una bala que inmortalizó su liderazgo en la serranía que enlaza a su tierra natal con los estados Lara y Trujillo.
Argimiro, también conocido como el Comandante Carache, o Chimiro, comenzó a militar en el Partido Comunista de Venezuela (PCV) con apenas 15 años de edad, se vinculó de manera directa con la masa campesina y creó las primeras células clandestinas del partido en Biscucuy y El Tocuyo.
En estas zonas formó núcleos de trabajo político y sembró el ideal de justicia en peones y trabajadores de haciendas cafetaleras que años después, en los 60, le acompañaron en la organización de un movimiento insurgente en armas que regó de bases guerrilleras unos 9.000 kilómetros del eje montañoso Lara-Portuguesa-Trujillo.
Desde distintas trincheras -pintura, literatura, poesía, educación- Argimiro fustigó la desigualdad, la lucha de clases, la opresión de regímenes autocráticos y se consagró como un pionero de la revolución venezolana, al plantear la necesidad de conocer la historia del país para poder actuar sobre ella.
Fue así como al momento de luchar contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez expuso al PCV que no se trataba sólo de cambiar a un gobernante por otro, sino de transformar la estructura política, social y jurídica del Estado para que los cambios fuesen trascendentes y consolidar un sistema democrático de justicia social.
En 1960 insistió en elevar el nivel de la lucha revolucionaria y propuso al III Congreso del Partido Comunista saltar a la insurgencia armada. Logró apoyo político para fundar en El Charal, Portuguesa, un destacamento guerrillero que se convirtió en el Frente José Antonio Páez, creó otro en Lara y en menos de dos años ya comandaba a jóvenes que se fueron de liceos, universidades y barrios urbanos a combatir en la montaña por las causas del pueblo.
A Chimiro la muerte le llegó en un momento de crecimiento político, cuando su visión de lucha en el seno del pueblo comenzaba a trascender y el objetivo se lograba: crear conciencia para, sobre cualquier adversidad, "avanzar espacialmente sobre el enemigo, siempre y cuando el espacio conquistado lo fuese en la conciencia y en la organización", refiere una biografía de Argimiro en el blog accioneslibertarias.
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