PLAN REVOLUCIONARIO DE
EMERGENCIA NACIONAL
Luego del desastre del 6 de Diciembre pasado, hemos visto con preocupación como todos los actores toman posición para el nuevo periodo que se abre a partir del 5 de Enero del 2016.
El fascismo y la alta burguesía, afinan sus planes del desmontaje de todas las medidas que si bien es cierto, nunca llegaron a ser revolucionarias del todo, representaban un verdadero avance en defensa de los intereses de las y los trabajadores y explotados de la ciudad y el campo, abriendo un camino de esperanzas para millones y millones de latinoamericanos.
Ya el fascismo tiene una agenda política y otra legislativa que no tiene otro fin, que terminar de sepultar el proceso bolivariano inaugurado por el comandante Hugo Chávez.
Por su parte el gobierno, no termina de asumir una posición clara frente al desastre político que le puede significar, pasar a la historia como el gobierno que entrego el proceso revolucionario al fascismo.
Por una parte el Presidente habla de autocrítica, de asumir errores, de revisión y reimpulso de la revolución y por otra parte, no toma ninguna medida significativa que realmente signifique abrir los canales de participación de las masas populares que termine de enterrar toda su política reformista que nos llevó al desastre actual.
Más de dos años después de la denuncia, el Vicepresidente Arreaza aún no nombra a ninguno de los responsables del robo de 20 mil millones de dólares desde el banco central y ningún alto funcionario ha sido detenido por corrupción y expuesto aunque fuera como ejemplo al rigor que debería tener la ley con este tipo de maleantes enquistados dentro del gobierno.
Aun el Presidente, no se ha sentado en un dialogo franco con los sectores de la izquierda critica, que han formulado denuncias fundadas y responsables y que fueron excluidos, no solo de los medios de comunicación estatales, sino de ministerios, instituciones y demás reparticiones públicas, sociales y políticas, por su posición sostenida en medio de una feroz lucha de clases al interior del mismo proceso.
Los voceros públicos del chavismo, se han refugiado en las matemáticas electorales para sostener que en realidad, el chavismo mantuvo su votación y que la oposición tampoco aumento sino que se perdió porque un sector del pueblo se abstuvo de votar producto de la “guerra económica”. Argumento este último, insostenible, ya que si nos encontramos frente a una guerra económica, el gobierno no se ha dedicado a combatirla ni ganarla, como hubiera sido la confiscación de todos los medios de producción incursos en tal guerra, sino solo se ha dedicado a regularla y administrarla.
Otro sector se mantiene apelando al sentimiento emotivo que existe por Chávez y al rechazo evidente que producen las propuestas del fascismo y en una defensa de los logros alcanzados en 16 años de gobierno.
Desde el PSUV, se pusieron los cargos a disposición del congreso de delegados, tal como los cargos de ministro se mantienen a disposición del Presidente.
Se realizan asambleas y distintos voceros de los movimientos sociales, levantan su voz en defensa del gobierno y de los logros sectoriales alcanzados en este tiempo, mientras desde el sistema de comunicación pública, tratan de generar matrices a partir de lo que será la futura resistencia a los planes del fascismo y que combinan, con posturas supuestamente críticas que jamás mantuvieron en público en los años, meses y días anteriores a la desastrosa derrota.
Una de las posturas que asoma en las últimas horas, es que estaríamos frente a una derrota electoral y no política, y que en definitiva, fue la “guerra económica la que gano y no la oposición”.
Todo un aparente movimiento que no hace otra cosa que esconder la real parálisis política en que están sumergidas las direcciones tanto políticas como administrativas del país. Aparentan cambiar todo para que nada cambie en realidad.
Desde fuera del PSUV, pero siempre dentro de alianza del GPP, tampoco asoma por lo menos públicamente, una postura profunda, con críticas reales, que apunten a las verdaderas causas del desastre.
Los sectores que desde fuera de la alianza de gobierno, se presentaron como alternativa desde la izquierda a las elecciones, también han optado por huir hacia adelante, eludiendo el bulto y centrando su actividad mediática, en criticar el desastre ajeno, pero sin mencionar el propio qué significo una presencia menos que insignificante en las elecciones recién pasadas.
Ante esta situación de parálisis política, avance imparable del fascismo, perdida casi segura de la mayoría de las conquistas sociales de los sectores explotados, pobres y trabajadores de nuestra patria y ante la política del avestruz del reformismo, queremos proponer a las masas populares las siguientes medidas, que signifiquen su discusión inmediata para luego pasar a implementar aquellas medidas que sean resueltas en democracia directa en las distintas reuniones o asambleas a realizar de forma inmediata en los distintos sectores.
Reconocer que el carácter heterogéneo del proceso bolivariano en su gestación y posterior formación, llevo que la lucha de clases también se trasladara al interior del proceso, donde se expresaron y expresan, distintas corrientes no solo de pensamiento, sino también grupos y fracciones de poder de donde emergió nítidamente, lo que se ha llamado de forma coloquial, “boliburguesia”, que es la que ha dirigido verdaderamente en distintos periodos, el destino del proceso, en beneficio fundamentalmente de sí misma, desfigurando con su accionar, todo el germen subversivo inicial del proceso bolivariano, llevado a su parálisis y corrompiendo la posibilidad de generar los verdaderos cambios que nos condujeran a una revolución socialista.
Reconocer que el eje articulador de las distintas corrientes y fracciones que componen el proceso, era el comandante Chávez, y que al desaparecer él físicamente, se desato una política alejada ya no solo de la idea estratégica de Chávez, sino se abandonó toda pretensión estratégica de producir los cambios que el pueblo pobre y explotado reclamaba. Así vimos crecer el burocratismo, el nepotismo, la corrupción más desenfrenada, la inseguridad, el desabastecimiento, el contrabando, el bachaqueo y la especulación más descarada que un país tenga memoria, frente a la inactividad de quienes tenían el deber de proceder desde el gobierno.
Reconocer que el partido de gobierno, es parte integral de la crisis. Sus cuadros dirigentes, El GPP, y también muchos de los llamados colectivos burocratizados y alejados de toda acción política revolucionaria, lo que hace necesario repensar la organización política necesaria para este periodo que se abre con muchas interrogantes.
Reconocer que la postulación majadera de líderes continuamente rechazados por el electorado, solo trae restas no solo de votos, sino restas políticas de largo plazo, que se expresan en el tiempo de muchas formas.
Reconocer que el fomentar el clientelismo político, por medio de prebendas, regalos y reparticiones de objetos materiales, solo trajo un apoyo circunstancial al proceso, el que siempre estuvo condicionado bajo la cultura política capitalista ya bastante conocida en el pasado.
Reconocer que la política comunicacional del gobierno no solo es de vieja data e inservible totalmente, sino que se pone de espaldas a la realidad, muestra un país que no existe o en el mejor de los casos, no muestra el otro país que también existe, donde el delito, la falta de seguridad, la desidia de los servicios públicos, la mala atención, la corrupción policial, el amiguismo a la hora de repartir cargos, la opulencia de los dirigentes y las ya indisimuladas dinastías de las familias de los dirigentes que copan ministerios e instituciones públicas, se hace pan de cada día a la vista de todos, menos de quienes forman parte del Sistema de Comunicación de Medios públicos.
Reconocer que se ha usado la figura de Chávez en forma grosera, hasta para justificar lo injustificable y esconder detrás de una figura respetada por gran parte de la población, toda suerte de sujetos y figuras sin brillo propio y sin ninguna capacidad de liderazgo.
Reconocer que la política de dialogo con la alta burguesía que se llevó y se lleva a cabo, solo sirvió para desmoralizar al pueblo trabajador y mostrarse débil ante el enemigo de clase, que solo buscaba obtener más y más prebendas. Algunos de estos parásitos amparados en la falsa figura de los empresarios patriotas y otros en colaboradores del gobierno, cuando en realidad unos y otros, solo buscan asegurar el acceso a las divisas y a una proporción aun mayor de la renta disminuida por la baja en los precios del petróleo.
Reconocer que la política económica del gobierno, basada en la renta petrolera y en el uso y abuso de créditos internacionales, solo ha servido para generar una de las mayores fugas de divisas que la historia tenga memoria, en medio de un control de cambio que solo castiga y sanciona a los sectores modestos de la población, cuando en realidad los grandes empresarios siguen recibiendo un dólar preferencial, el que lo convierten rápidamente en productos y servicios a precios de dólar paralelo cuando no derechamente, los ponen en forma directa en el mercado negro de divisas.
Reconocer que los planes de seguridad del gobierno, que supuestamente buscan proteger a la población del crimen organizado o del hampa común, han fracasado estrepitosamente, producto fundamentalmente del clima de impunidad que impera en el país y que es alentando desde el sistema judicial hacia abajo, pasando por todas las policías y Guardia Nacional, donde el sistema penitenciario, cumple un destacado papel al mantener verdaderos epicentros del delito en los distintos penales del país.
Reconocer la burocratización de un número importante de organizaciones sociales, consejos comunales, organizaciones de trabajadores y otras instancias que deberían ser de participación y decisión popular.
Reconocer que lo que existe en muchos lugares, son más bien mafias sindicales al mejor estilo adeco, donde la venta de puestos de trabajo, el cobro abusivo de cuotas, imposición de negociaciones desfavorables a los trabajadores en beneficio del patrono, la organización de bandas criminales, y hasta el asesinato de dirigentes, es una práctica habitual que debería poner a todas estas organizaciones bajo investigación policial y judicial, han hecho un daño inmenso a las y los trabajadores, alejándolos de la participación clasista en lo que deberían ser sus organizaciones de lucha por excelencia.
Reconocer que la producción cultural, teórico-política, teórica-científica, y teórica-técnica, han estado muy por debajo de las necesidades de una verdadera revolución y más cercanas el desarrollo de políticas capitalistas, lo que ha llevado a la no generación de una ética revolucionaria de nuevo tipo donde el esfuerzo, el trabajo voluntario y solidario, donde la investigación y el desarrollo de tesis científicas basadas en la realidad objetiva, casi no tienen cabida. Este vacío se ha llenado con estímulos materiales principalmente y con una predilección por chabacanos espectáculos que solo estimulan el consumo en muchos casos.
Reconocer que la matrícula de un número superior a los dos millones de estudiantes universitarios, no ha significado que un número significativo de ellos se haya volcado a la organización de su propio sector gremial, ni tampoco haya entregado su energía, conocimiento y entusiasmo en las organizaciones sociales de sus respectivos sectores de vivienda, u otros de importancia vital para un mejor desarrollo del proceso. Esto ha significado en la práctica, ir perdiendo la batalla por la juventud que sufre el acoso teórico-cultural del fascismo y la derecha más retrograda de América Latina.
Reconocer que las organizaciones revolucionarias y colectivos políticos sectoriales en su gran mayoría, no hemos estado a la altura de los requerimientos que demanda convertir un proceso político social avanzado, socialdemócrata, de asistencialismo social diverso y con gran respaldo de masas, en una verdadera revolución socialista.
Muchos fueron coaptados por el sistema y se trasformaron en voceros de los grupos de poder dominantes, otros sencillamente se dedicaron a administrar pequeñas parcelas de micro poder local, la mayoría recibió prebendas de todo tipo a cambio de una lealtad mal entendida y otros, solo fuimos reflejo contestatario de lo que ocurría.
Otros tantos se dedicaron solo a pescar en rio revuelto y estar en forma oportunista, con una u otra fracción que estaba en el poder en determinado momento.
Los menos, no fuimos capaces de transformar en organización y acción política, el diagnostico que se presentaba correcto sobre lo que ocurría y si bien muchas veces fuimos asertivos en aquel diagnóstico, nos dormimos sobre aquel acierto y no avanzamos, cuando a pesar de las dificultades y los cercos de todo tipo que generó el reformismo alrededor nuestro debíamos hacerlo. La situación y nuestra responsabilidad como revolucionarios, imponía sobreponerse a todo y avanzar desde abajo y con las masas de explotad@s de la ciudad y el campo.
Reconocer que el Estado y sus instituciones, tanto antiguas como nuevas, no son otra cosa que una extensión administrativa del sistema capitalista subdesarrollado, rentista, extractivo y dependiente de los grandes centros de poder imperialista o sub imperialista. Al no tener esta lectura nunca pudimos romper las amarras al formalismo jurídico-político que implicaba, mantener instituciones que nacieron para servir a los intereses de los poderosos y que no pueden escapar a su origen generando asi una burocracia que finalmente defenderá como sea el sistema capitalista que le dio origen.
Reconocer el vínculo entre empresarios y dirigentes para hacer negocios de todo tipo, aprovechando para eso las misiones sociales, la importación de alimentos y mercancías de todo tipo, servicios y hasta con la propaganda de corte chavista. Esta relación perversa, ha generado toda suerte de corruptelas pequeñas y mayores, de fácil imitación por variados sectores que si bien pertenecen a los sectores populares, terminan comportándose cual burgués que no trepida en pasar sobre otros para asegurar sus ganancias.
Ante toda esta situación y cientos más que no se nos escapan pero que sería largo enumerar, es que hoy venimos a proponer un debate franco y abierto, donde participe todo el pueblo pobre y explotado, sus organizaciones sociales, organizaciones políticas, figuras públicas, dirigentes, individualidades y todas y todos quienes quieran aportar al debate y proponerle solución a lo enumerado más arriba y muchos y variados aportes que todas y todos quieran hacer.
Independiente que este documento sea acogido entre un mar de propuestas de todo tipo que han surgido, queremos modestamente proponer algunas medidas de emergencia ante el desastre que estamos viviendo, siendo la primera gran propuesta, el debate mismo que propone este documento.
Plan de emergencia económico. Que contemple en lo inmediato hacer público el listado de empresas, empresarios e individuos comprometidos en el robo de más de 20 mil millones de dólares al Banco Central de Venezuela. Confiscación inmediata de todos sus bienes y cuentas de todo tipo.
- Realizar auditoria publica a todas las reparticiones estatales con participación de los organismos del Poder Popular real.
- Democratizar de inmediato los medios de producción hoy en manos solo de privados y del Estado capitalista y que estos pasen a manos de los trabajadores.
- Socialización del Sistema Financiero y del Comercio Exterior.
- Reorganización total en manos de los trabajadores de las empresas estratégicas: PDVSA, CORPOELEC, de telecomunicaciones, Empresas de Guayana, Producción y distribución de alimentos.
- Decretar la Ley “Revolución contra la corrupción y el nepotismo”.
- Eliminación inmediata del Ministerio de las Comunas y pase de todos sus entes asociados efectivamente a las comunas para su dirección y manejo
- Organización inmediata de los Centros Comunales de Comercio, Abastecimiento y Precios. dirigidos y controlados íntegramente por las organizaciones sociales y populares de cada comuna o sector social. Que se encargue de la distribución de los alimentos y mercancías, vigile su precio y asegure la distribución justa de los alimentos asignados a cada sector.
- Renuncia inmediata del cuerpo de ministros y otros altos funcionarios y reorganización del Gabinete Ejecutivo y del Gobierno Nacional. Los ministros y el vicepresidente deben poner sus cargos a la orden del pueblo. Para ser designado en estas responsabilidades, deben exhibir además de su currículo que lo califique para tal desempeño, las credenciales de méritos revolucionarios y vida personal acorde con su condición de revolucionaria o revolucionario.
Sobre la reorganización del partido en el gobierno, si bien para el pueblo pobre y explotado y para nosotros, está más que clara su responsabilidad en el actual desastre, no nos pronunciaremos, ya que es una organización política independiente, que tiene sus propios estatutos y leyes internas y cada uno de sus militantes y dirigentes, tendrán que responder ante el país por sus actuaciones, tanto públicas o privadas que conlleven lesiones importantes al desarrollo nacional, a la ética revolucionaria y finalmente, al triunfo de los intereses de las y los explotados de la ciudad y el campo por sobre la burguesía.
Entregamos este documento para consideración de todas y todos quienes están empeñados en hacer avanzar la verdadera revolución socialista y no solo están atados al éxito o fracaso de tal o cual dirigente, organización o partido. Entendemos que aquí no están ni podrían estarlo, todas las propuestas ni todas las soluciones, es más, nos alegra que así sea, porque permite desde ya, abrir más aun en el debate. Este documento va dirigido tanto a organizaciones sociales, individualidades, colectivos, partidos y movimientos, pero fundamental para nosotros es que su destinatario final, sean las trabajadoras y trabajadores, las y los explotados de la ciudad y el campo, los que finalmente terminaran con este sistema de explotación y harán dejar atrás la prehistoria de la humanidad que significa el capitalismo.
¡Que nadie se sienta derrotado!
¡No estamos en el ocaso de la revolución, solo fracaso el reformismo!
¡La revolución está más viva que nunca porque esta apenas comenzando!
¡El fracaso del reformismo no es el fracaso de la revolución!
¡A organizar la victoria del pueblo pobre y explotado!
¡¡Adelante, adelante hermanas y hermanos con todas las fuerzas de la historia!!
¡¡ Hasta vencer o morir!!
MOVIMIENTO GUEVARISTA REVOLUCIONARIO
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