Luis Vicente León: Sin cambios en el cambio
El gobierno desplegó esta semana más información sobre su estrategia en materia cambiaria. El abrebocas del presidente Maduro ya permitía prever lo que terminó pasando: el mismo musiú con diferente cachimba… pero más cara.
Resulta obvio que el modelo de intervencionismo oficial, incluyendo el control de cambio, es responsable fundamental de la crisis. La excusa de la guerra económica es rechazada por casi 80% de la población, lo que por cierto habla bastante bien de su criterio económico. El argumento adicional esgrimido por el gobierno de que la caída del precio del petróleo explica el deterioro del país se cae por su propio peso al observar que ninguno de los productores relevantes presenta un deterioro ni cercano al venezolano. No hay colas de siete horas para comprar comida en Arabia Saudita. No hay ausencia de medicinas esenciales en Kuwait. No le debe a cada santo una vela Noruega. No falta el agua y la luz en Rusia ni apagan los centros comerciales en México. ¿No te parece interesante saber por qué?
Pues aunque no te guste, te lo voy a recordar. En ninguno de esos países al gobierno se le ocurre restringir el mercado de divisas, crear un mercado múltiple con diferencias brutales entre las tasas oficiales y estimular con eso el mercado negro, donde la brecha entre el oficial y el paralelo es miles por ciento, colocando de bombita todos los estímulos para que la gente quiera comprar los dólares baratos para venderlos caros, la fuente básica de la sobrefacturación, importaciones simuladas, especulación y otras yerbas aromáticas.
Con esto en la cabeza, al ver los anuncios económicos cambiarios, presentados con bombos y platillos en cadena nacional, a uno se le viene a la mente la frase célebre de Lázaro Candal: “¿qué hiciste papaíto?”.
Un análisis breve indica que ofreces subir el dólar más barato de una tasa ridícula de 6,30 a otra tasa ridícula de 10, con lo que devalúas casi 60% e impactas los costos pero no disminuyes ni un ápice la demanda de dólares en ese segmento y continúas con una matraca de sobrevaluación absurda que exige la discrecionalidad y produce la ineficiencia y la corrupción. Hablas de una tasa flotante, como diseñada en la NASA, para sustituir Sicad y Simadi. No hay que ser demasiado perspicaz para entender que la de Sicad ya no existía porque hace rato a no la dabas a casi nadie (que no fuera un relacionado), por lo que en realidad estas sustituyendo un Simadi que estaba donde empezaste la nueva y que también vendiste como flotante cuando la lanzaste al ruedo para que fracasara estrepitosamente, luego de que le colocaste un ancla del tamaño del edificio del Banco Central. La misma que, por cierto, tendrá la nueva tasa, la llames como la llames, incluyendo nombre de jarabe para la tos. Y finalmente dejas el mercado negro, negro. Es decir, mantienes el estímulo para que arbitren con las divisas, fulminen en la cadena el subsidio a la población y desestimule la posibilidad de que los tenedores de divisas en el exterior traigan sus dólares (que tú no tienes) para abastecer el mercado y activar la economía.
Vas a tener más bolívares para cerrar un pelo el déficit fiscal, eso sí y a lo mejor hasta dejas de producir por un rato dinero de monopolio en el BCV, pero ¿te has dado cuenta que la inflación de este año va a ser superior a 250% y que tus gastos también se van a disparar y esto es alegría de tísico?
De pana y todo, te reconozco la preocupación y el deseo de hacer algo, que es mejor que no hacer nada. Pero no resolverás con esto el problema grave que tenemos encima ni te van a proponer para el Nobel de Economía 2016. El problema es que la población sí va a tener más inflación, deterioro en su ingreso, desabastecimiento, frustración… y muchas más ganas de cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario