El Imperialismo norteamericano y el gobierno capitalista ruso, aliados y confrontados en Siria, suscribieron el lunes 22 de febrero un acuerdo de alto al fuego en la República Árabe a entro en vigencia el sábado 27/02/2016. Poco después del anuncio de alto el fuego, el presidente sirio, Bachar el Asad, convocó elecciones legislativas para el 13 de abril que fueron luego postergadas.
El alto el fuego solo es de aplicación para las partes en conflicto —Ejército sirio y sus aliados rusos, iraníes y libaneses (Hezbolá), de un lado, frente a los grupos rebeldes no calificados como terroristas (oposición laica, islamista "moderada" y kurda) — “que hayan indicado antes del mediodía del viernes que respetarán y aplicarán sus términos”, reza el comunicado conjunto. Una fuente de la oposición siria citada por Reuters aseguró en Líbano que la tregua tendría una duración inicial de dos semanas, que se prorrogará por acuerdo de las partes.
Pero ¿Cómo es que el gobierno Sirio con sus aliados Rusia, Irán y Hezbolah, en momentos que llevaban la ofensiva militar sobre grupos como el Isis, Jabhat al Nusra (Al Qaeda) y ESL aceptan una tregua que le permite a los moderados como el ESL, según el Departamento de Estado, mantener el control de zonas dentro de Siria?.
La guerra en Siria comenzó como una gran protesta de masas que pronto ante la salvaje represión de Assad se convirtió en una rebelión armada que dividió al ejército gubernamental de forma horizontal con la mayor parte de las bases del lado del pueblo rebelde y del otro, la oficialidad con los restos de las fuerzas armadas. El pase de la soldadesca del lado del pueblo dotó de gran cantidad de armas al pueblo, que las usó para defenderse de los ataques de los restos del ejército sirio y avanzar sobre el mismo, por lo que Al-Asad pronto tuvo que buscar aliados en Irán y al Hezbolah, aparte de desarrollar un acuerdo de paz con los Kurdos, que le permitieses retirar sus tropas de esta zona para concentrarse en lugares considerados más importantes en ese momento.
El ISIS y otros grupos islámicos que hasta el momento de la insurrección no tenían mayor arraigo entre las masas, dotados de una gran cantidad de armamento, empiezan a crecer al presentarse como opositores a Assad. Otros sectores caen bajo la influencia de viejos oficiales gubernamentales que habían oportunistamente desertado, lo que les permitiría controlar parte de la oposición armada al gobierno y evitar su radicalización hacia posiciones verdaderamente revolucionarias.
El imperialismo debilitado por su derrota en Irak y Afganistán se ve imposibilitado para actuar con tropas terrestres en territorio sirio y para ello apoya económica y militarmente a algunos de los grupos que el mismo caracteriza como moderados a fin de hacerse de una base político social que le permita tener una opción a la hora de sustituir a al-Asad, al cual consideran que ya no le sirve a sus fines de controlar a las masas sirias y a las palestinas en su eterna búsqueda de retornar a sus tierras ocupadas por el sionismo. El imperialismo norteamericano destaca a su fuerza aérea en Irak montando un escenario donde "ataca" a los grupos que cataloga de terroristas como Al Qaeda y su derivación Isis y da manos libres a grupos como el Ejército Sirio de Liberación controlado por ex generales de Al - Asad, a la vez que deja que países aliados como Arabia Saudita realicen parte del trabajo sucio al financiar a grupos como ISIS, los cuales en la medida que derrotan al ejército sirio y asumen el control territorial donde se encuentran los pozos petroleros aumentan su capacidad financiera para sostener la guerra contra el gobierno.
El gobierno de Putín, que tiene el mismo interés que el imperialismo norteamericano en aplastar la insurrección de las masas sirias iniciada el viernes 15 de marzo de 2011, en el día bautizado como "Día de la Ira" por la salvaje represión de las manifestaciones antigubernamentales iniciadas el 26 de enero anterior, en el marco de las protestas y rebeliones inicialmente de carácter reivindicativo transformadas en políticas sobrevenidas en distintos países árabes como Túnez, Egipto y Libia en el norte de África, para evitar que se desarrollen y extiendan política y territorialmente dentro y más allá de las fronteras sirias decide, por intereses particulares de la burguesía que representa, evitar que el gobierno norteamericano anule totalmente su presencia en este país, donde mantiene una base militar, y pacta con el gobierno sirio, suministrándole un fuerte apoyo aeroespacial, coordinado con fuerzas terrestres integradas por los remanentes del ejército sirio que no se ubicó del lado de las masas insurreccionadas y de vitales fuerzas militares iraníes y de las milicias de Hezbolah, lo que le da una fuerza mucho mayor y decisiva, frente a la insurgencia de las masas, lideradas o no por grupos como el ISIS y otras independientes, como las que hasta último momento han resistido o resistieron en Alepo o en los barrios obreros de la capital siria. Es de hacer notar que las masas que luchan contra al-Asad y quedaron bajo la influencia de grupos como ISIS, pronto empezaron a rechazar los métodos terroristas aplicadas contra ellas mismas, a pesar del apoyo que le prestaban, lo que ha facilitado el avance militar de las fuerzas gubernamentales.
El gobierno norteamericano que desde el principio de la intervención militar rusa expresó su oposición a la misma, pues trastocaba los planes de derrocar a al-Asad, ante la demostración de la efectividad de esta, que incluso recibe el apoyo de países de la Unión Europea que se ha visto inundada por decena de miles de refugiados de la guerra en siria, no le queda más remedio que admitir a regañadientes que Rusia era un interlocutor de fuerza y que los planes de aplastar a las masas que resistían al ejército sirio y de derrocar a al-Asad, no se podían dar según su plan original, sino sobre un nuevo donde Rusia tenía voz y voto.
Rusia consiguió con su fuerza aeroespacial debilitar lo suficientemente a grupos como el ISIS, lo que permitió que el ejército sirio junto a las fuerzas militares Iraníes y el Hezbolah, avanzase y recuperase importantes territorios, aplastando la resistencia que se le presentaba. En perspectiva, al-Asad llevaba la ventaja. Se podía decir que en pocos meses podía recuperar las partes fundamentales de Siria en manos de los grupos opositores, cuestión contrario a los intereses norteamericanos que buscaban colocar en el gobierno un liderazgo renovado ante los ojos de las masas y que le permitiese ejercer a futuro la hegemonía en la toma de decisiones en el país.
La crisis de los refugiados es un elemento que ha jugado a presionar a la Unión Europea por una pronta salida a la crisis, pues mientras no se solucione, será imposible con métodos "normales" detener el flujo de refugiados hacia los países del viejo continente. El acuerdo recientemente firmado entre la Unión Europea y Turquía, no garantiza ninguna solución a menos que en el mismo las "letras pequeñas" le hayan asignado a Erdogán en aplicar una "solución final" a la crisis de los refugiados.
La participación victoriosa de los Kurdos en la guerra contra el Isis, que fue y es progresiva en la medida que se trata de la defensa militar de una nacionalidad oprimida por nacionalidad como la árabe siria o los turcos e Irakíes, toma otro cariz en la medida que estos dejándose arropar por los EEUU, participan en la ofensiva militar contra las masas sirias como en Alepo, pues allí implica ponerse del lado del dictador al-Asad en contra de las masas sirias. Este papel jugado por la dirección del PKK no le va a garantizar, derrotadas las masas sirias, el reconocimiento por parte de nadie su derecho a tener un territorio donde sean gobierno autónomo e independiente y por el contrario siembra la división entre el pueblo Kurdo y el sirio, lo que pondrá obstáculos en la construcción de la unidad de los pueblos árabes y el pueblo Kurdo en la lucha por el reconocimiento de una nación kurda con territorio y gobierno independiente y el problema es que solo la clase obrera árabe y turca le puede garantizar al pueblo kurdo estos y otros derechos democráticos.
Es la intervención rusa la que empuja a los EEUU a aceptar negociar en condiciones no favorables a sus planes de la salida de al-Asad. Ambas fuerzas han dado golpes mortales a corto plazo a la resistencia del pueblo sirio; Rusia con su fuerza aeroespacial y al-Asad, Irán y Hezbolah con sus tropas terrestres por un lado y los EEUU con sus aliados "moderados" y los no menos "aliados" como lo es el Isis por el otro lado han jugado un papel combinado para derrotar la insurgencia de las masas sirias. Los EEUU no quieren que sus aliados sigan siendo golpeados por el frente Rusia, Siria, Irán, Hesbolah y Rusia no desea prolongar una guerra, que habiendo cubierto objetivos centrales de aplastamiento de la resistencia del pueblo sirio y el afianzamiento de su influencia en Siria con promesas de obtener concesiones petroleras y la extensión de su mercado de venta de material militar, prefiere cobrar ahora y dedicar sus recursos a tratar de pasar la tormenta económica que se gesta en la propia Rusia.
Un balance inmediato es que Rusia y los EEUU "por ahora" han obtenido un triunfo en Siria, que no se ha cerrado pues el "Alto al Fuego" solo cubre a los aliados de ambos bloques, lo que le permitirá al bloque pro gobierno al-Asad, concentrar fuerzas contra lo que queda de la resistencia popular a su gobierno y a los EEUU reforzar a su bloque de grupos, pero hay algo cierto, son tantas las contradicciones existentes en el seno del bloque que encabeza los EEUU y las contradicciones entre este y el gobierno, que no se puede afirmar al 100% que la tregua va a garantizar la salida a la crisis política siria y menos una salida a la crisis social que es un factor importante a la hora de hablar de estabilidad en Siria y que afecta a millones de sirios que han visto perder todos sus bienes y sus fuentes de trabajo.
El alto al fuego es solo una tregua inestable, que la podemos comparar con la firmada entre Ucrania y las provincias rebeldes. La crisis mundial del capitalismo, se apresta a una nueva explosión de dimensiones imprevisibles, lo que agravará todas las contradicciones expuestas en la guerra en siria, así como en Irak, Yemen y el norte de África que van a poner nuevamente sobre el tapete la lucha obrera, campesino y popular de los pueblos árabes, kurdos, turcos, persas y palestinos. Los centenares de miles de refugiados en Europa, los cuales no pueden ser incorporados a ninguno de los países europeos, será un nuevo elemento en la crisis de esos países imperialistas que solo un partido revolucionario, uno leninista de combate, podrá resolver uniendo las fuerzas proletarias con los refugiados, los trabajadores y pueblos del norte de África y el Medio Oriente.
Andrés Santiago Álvarez
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