El elefante
bocarriba
CARTA DEL ENEMIGO INTERNO A SU PAREJA
Federico Ruiz Tirado
Lolo, esta vez debes usar los lentes para que silabees
bien esta carta, y la leas bien, con aumento, en alta o baja voz, porque ni el
amor que nos tuvimos, ni las panquecas con miel y curruchete trujillano que
tanto te gustaban; ni los boleros de Felipe Pirela acompasados con champagne
que bailamos, ni los polvos que nos cargamos en Curazao y en Mónaco, que
siempre recuerdas como “los más fenomenales” cuando te emborrachas en las
parrillas que hacías en la casa de la Vieja con tus compañeros de partido; ni
ella (ella, menos), ni nada ni nadie podrán despejar este sentimiento de odio
que he comenzado a sentir por ti; malquerencia que hago extensible a la madre
que te parió, porque como bien sabes, ella es más ladrona que yo (“la ideal”,
“la clásica”, como tú la llamas a la hora del té, de su habilidad para
arrebatarme las colosales licitaciones en mi cara, seduciendo a funcionarios
que fungen de contralores, falsificando firmas, con o sin empresas de maletín).
Ya no lo resisto. Y a ella menos. No la quiero ver ni en pintura. Creo que he
comenzado no sólo a odiarte, sino que, y te lo voy a confesar: cuídate, porque
a mí no me vas a joder con una migaja de la torta que tu Madre se lleva para
echonearse con la gentuza esa de la MUD o de AD. No. A mí no me vas a echar por
tierra mis sueños de vivir, y mi importa un carajo si Dios existe o no, a quien
tanto te gusta encomendarte cuando hay peligro, ya que si me jodes, te mato, y
aunque, cierto es, traté de parecerme a eso que tú dices que es “mi mejor
imagen”, ya no soy ni esa ni tampoco la que hasta hace poco creía que era.
Soy mala,
sabes, y ahora más, que me has traicionado, que no me paras bolas, que te
dejaste embaucar por el indio ese que se disfraza con plumaje y guayuco,
¿Liborio es que se llama?, tan poco serio, que ni siquiera contesta el celular
y se salió de la “agenda”, como tú, que ahora vives dizque “conspirando con la
loca esa de Ramos Allup, bebiendo Etiqueta Negra y por él me diste la espalda
en este Despacho donde me ponen a organizar vainas contra Obama. No te extrañe,
Lolo, que el día en que aparezca en una
foto vestida con una franela roja y la estampa de Maduro en las tetas en
Ultimas Noticias o en esa paginucha llamada Misión Verdad, ese día, Lolo, ese
mismo día, me vuelva loca y diga toda la verdad sobre nuestras andanzas y la de
los abogados, así vaya presa o la vida se vuelva metafísica, dispersa,
traicionera, y ese sueño absurdo tuyo de morirte de viejo en Ginebra llegue
hasta eso, hasta un sueño lagañoso, porque ese día, conmigo, o te vas para la tumba o
para el calabozo. ¿“Llorarán los caballos
de Patroclo cuando sientan caer a su amo”, no es así que declamabas después
de redactar los decretos para los diputados de la AN en el bufete de los viejos
leguleyos que, por cierto, ya los pilló Elías Jaua, todos embriagados y soñando
con la Ley de Amnistía? ¿La Ilíada, la Odisea, la no sé qué coño, como es que
sentenciabas al final de la cita?
Pues bien, ese día me declararé desheredada y cantaré
todo: encenderé el ventilador y hasta tus negocios con la banda de los mineros del
oro, tus socios, las marramuncias con De Grazia y sobre todo con ese a quien
tanto admiras y jalas bola porque te saca artículos en su periódico con
seudónimo; todos saldrán disparados como meteoritos. Allá Luisa Ortega, el Sebin,
el gobierno, si los deja ir por aire, por tierra o por mar o cuando termine la
guerra.
Claro, todo este pronóstico cambiaría si reconoces
que, primero, tu Madre es una desgraciada conmigo y, segundo, si llegamos a un
arreglo.
Te ruego no te pongas hercúleo conmigo, Lolo: admítelo.
No sabías que yo tenía dobles intenciones. Tú eres de los que piensan que el
“enemigo interno” es un simple asalariado que puede escabullirse entre el
colectivo y conformarse con un solomo de cuerito, un apartamentico en Sabana
Grande, o en El Rosal, por donde camina Chataing, o caminaba, con la flaca
aquella, actriz, que lo dejó por idiota, por hacer tanta mueca y por andar de
payaso con Orlando Urdaneta el día del golpe de Estado. Conmigo te equivocaste.
Y tu Madre también. Yo me hice la pendeja contigo, que te la echas de
intelectual, por eso te tengo una cita tuya típica cuando te volvías mimético
chavista y dices, citando a un tal Camus (que lo pronuncias Camís, en francés,
no?). La tengo copiada en un papelito, en una receta médica: “En períodos de revolución siempre son los
mejores los que mueren. La ley del sacrificio deja la última palabra a los
cobardes y a los prudentes, puesto que los otros le han perdido al dar lo mejor
de sí mismo. Hablar supone siempre haber traicionado”.
Seguro la debes repetir cuando te reúnes con tus
amigos del gobierno, esos que sobornas. Estoy convencida, por algo fuiste del
MAS de Teodoro y, según tú, hasta tuviste preso unos meses en el San Carlos.
En fin, Lolo, no te quiero dar más detalles. Tú sabrás
que hacer si tu voluntad es llegar a un arreglo conmigo. Incluso, no es
necesario vernos para eso. Tú sabes a quien acudir. Estoy harta de chavistas en
este Ministerio como para tener que volver
a verte, traidor, lameculo, que jamás valoraste mi abnegación en este negocio
y vives ahora chateando con la gente de la Polar procurando otro negocio donde,
yo, por supuesto, estoy fuera, tu madre no.
Yo seguiré aquí en este Ministerio viendo los toros
desde la barrera. O desde la barra del Bar dónde iba con el hombre del maletín.
Tienes una semana laborable de plazo para pensar y
decidir.
Mosca, pues!
No hay comentarios:
Publicar un comentario