¿Qué busca esta oposición que llamamos a
veces por comodidad de "derecha?
La Derecha parlamentaria, la Derecha de
la MUD, las guarimbas de Derecha, las reflexiones de Derecha de Alberto Barrera
Tizka, del antiguo y egregio Teodoro Petkoof, de Fausto Mazó, de Vargas Llosa; las
invocaciones celestiales –y de derecha- de Monseñor Porras, de Beatriz de Majo, de un alcalde apellidado
Machín? Qué es ser de Derecha hoy día en una Venezuela en franca resistencia,
que va a misa, que sortea guarimbas, que hace arepas de topocho, que ve TV gringa
con tal de no ser castigada con ciertos programas dedicados al imperialismo y a
la guerra asimétrica?
Debo
reconocer que éste es un tema, cuyo posible y progresivo debate o abordaje
tiene visos infinitos y a lo mejor hasta no deseables en la vorágine de las
redes, ni en el Teresa Carreño, ni en la sobremesa de una familia de tradición
marxista, cualquiera sea su pensamiento añadido, desde Lenin, Mao o hasta Rosa
Luxemburgo.
Atormentado
por el eco de una canción que odio, siempre la he odiado, de José Luis Perales,
que suena y suena y suena, esa que reza y pregunta a alguien "a
qué dedica el tiempo libre", de pronto me pregunté de dónde
provino ese hallazgo de Hugo Chávez con la obra y la persona de István Mészáros
y por qué, también, advirtió, lo recuerdo clarito, que era "una lectura
difícil".
Fue
un pensamiento que emergió de este negruzco cielo de Caracas a esta hora y del
bombardeo de tiwters, alertas de bombas, mensajes y los consabidos tufillos de
guerra asimétrica y la agudeza expresiva de propios y extraños.
Pensando
en Chávez, recordé a Maneiro y a Ruiz Guevara, nuestro Padre. Maneiro me dijo
una vez -y lo escribió en una especie de decálogo en una hermosa revista de La
Causa R y a su estilo ("asumimos el marxismo"), que Marx había sido
un hombre muy agudo porque el abordaje que hizo del mundo superó todas las
filosofías anteriores y eso le brindó una categoría, o un instrumento de
análisis que se llamó y se llama el materialismo dialéctico. También me dijo
algo de Engels. Lo demás se sabe: con el MD se podía no sólo interpretar sino
transformar el mundo. Cuando se refirió a Lenin (Maneiro era tan volao!) que me
dijo: "Eso está más claro que el agua en El Estado y la Revolución, busca
y lee a Lenin y verás"
Y
mi Padre, un día, me dijo: dile a Hugo que no invente tanta vaina: que cierre
los medios de comunicación y decrete la dictadura del proletariado".
Yo,
de verdad, y después de que Chávez asumió el marxismo, no lo pongo en duda. No
digo, por supuesto que tengamos que usar un babero o una escarapela que diga
"mira, tú, yo soy marxista y qué!". Pero ahí están, así como está la
historia escrita por Bolívar y Miranda, los episodios de las Repúblicas, las
proclamas, las cartas de ese puñado de libertadores.
Mucho
tiempo ha pasado desde entonces y la lucha de clases es la lucha de clases.
Quizás hayan cambiado -seguro que sí- las modalidades de quienes se oponen a
estas máximas.
Neoliberales,
socialdemócratas, anarquistas anti reformistas, reformistas anti feministas.
Feministas marxistas pero no cristianos porque Cristo era un macho de pelo en
pecho. En fin.
Pero
y la derecha? Quién está detrás, hoy día, de estos imbéciles tarifados (unos);
detrás o delante de estos seres humanos descompuestos, que ostentan su pérdida
del sentido de la vida (será ese el llamado Lumpen? y por unos cuántos
bolívares adquieren el rol de Guarimberos, como si éstos fueran actores de la
lucha de clases y motores de la contradicción principal (¿verdad, Manuel Silva). Son de derecha estos seres
casi desechables que unos hijos de Papá y Mamá tarifan para hacerlos fuerza
motriz de un método de lucha históricamente llamado "el foquismo" o
"el terrorismo"?
Bueno,
me extendí. Quiero resumir: ¿Existe la Derecha, en quién o en quienes se
inspiran, en el Espíritu Santo, en Escrivá de Balaguer, en Mussolini, en Ramón
Guillermo Aveledo, en la mamá de Leopoldo López o de María Corina Machado, en
Franco, en Primo de Rivera, en Lorenzo y Pepita, en Almagro; cual libraco de
los siglos de los siglos los guía, el Manual de Urbanismo de Carreño (perdón,
Pedro, no es contigo), el de Francisco Canestri?
Comparto
la idea, por último, de quienes piensan que el cordón umbilical de estos
caballeros, tiene su punta amniótica en el ser antirrepublicano. Así pasó con
Bolívar. Y con Chávez. No les gusta aquello que en España, muerto Franco,
jocosamente se llamó "el destape", que, salvando ética y
políticamente las distancias, no es lo que vive la Venezuela chavista: lo de
aquí es inclusión social, nueva institucionalidad, nuevos actores:
antiimperialismo, legitimación de la soberanía. Hay mucha ansia de libertad
también en esta Venezuela de la sexodiversidad, de los escologistas auténticos,
de los movimientos sociales.
Gracias
a aquellos que leerán esta proclama y, también a José Luis Perales, que sigue
sin cesar su cancioncita, por cierto la más aburrida canción del maravilloso
destape español que, entre otras banderas, enarbolaba el amor libre, las masivas
concentraciones antiterroristas, el cambio de sexo, el pato y la guacharaca.
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