REFLEXIONES
INGENUAS:
“DE LA EGOLATRIA A LA TRAICION HAY
MENOS DE UN
PASO”
Por Carlos M. Rodríguez C
En principio tomaremos prestado una
frase de Marx, para apoyar un poco nuestro planteamiento: Para Marx el hombre es ante todo el
conjunto de sus relaciones sociales "... la esencia humana no es algo
abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de sus
relaciones sociales". Relaciones que no son puramente espirituales, entre
conciencias, sino la unidad de lo espiritual y lo material, relaciones
establecidas a través de la interacción del
hombre con la naturaleza en el proceso de producción y reproducción de su
vida material y espiritual. "Los hombres hacen
su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias
elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se
encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”. El
individuo humano no existe, el hombre es el resultado de la interacción entre
la sociedad y la persona, siendo la persona la concreción de dichas relaciones,
es decir, somos lo que la sociedad nos ha configurado, tanto en forma fortuita
como consciente.
Asumirse como el
resultado de acciones individuales es negar la sociedad, pues ésta, en su
conjunto, nos determina, a través del trabajo, el capital, las relaciones
sociales de producción y la ideología. La historia constituye la fuerza
material que impulsa a los hombres a trasformar su forma de vida.
El individualismo es una
aberración, es un grado de alienación en la que se prima lo individual sobre lo
colectivo, invirtiendo la concepción social, en donde lo social determina lo personal lo total a lo particular
En tanto el “egolatrismo” es la forma enfermiza de exaltar al individualismo, constituye
la reificación del hombre. Es una desviación que se reflejó en el pensamiento
filosófico con los idealistas y el máximo exponente lo fue Hegel. Y desde el
punto de vista político, la coincidencia entre la exaltación del individuo,
corresponde con la visión “heroica” del fascismo y el nazismo, encarnada por
Hitler, Mussolini, y una corriente de los anarquistas en la Primera
Internacional, lo que evidencia que los extremos se tocan, en su propuesta de
eliminar al Estado y toda forma de autoridad, “ácratas” de donde viene su
nombre, desconociendo las leyes de la historia.
Y como de enaltecer al
“yo” se trata, en el mundo de la
“revolución” los individualistas de postín se presentan con una fraseología
rebuscada, una pedantería y petulancia ominoso, que entre verdades y
mentiras, entre “medias verdades” y “media mentiras” hacen propuestas psicópatas,
que evidencian su disgregación mental, intentando ser “auténticos” o
“genuinos”, con lo que demuestren cada vez más evidente, su morbo, pobreza intelectual, mental y espiritual. Es decir, un
“egoísmo irracional asqueante”
Por ende, ignoran que su propia miseria
constituye una traición a su condición humana, pues degradan lo humano a lo irreal,
traicionando su propia esencia, y desde luego, se convierten en traidores de
oficio, ya que son esencialmente alevosos, tránsfugas, por lo cual sus actos
son dignos de desconfianza y sospecha permanente, convirtiendo su existencia en
prófugos, apostatas, judas de su propio pensamiento.
Resulta que como el que
“a hierro mata no puede morir a sombrerazos”, y siguiendo el ejemplo de
Robespierre, que fue mandado a guillotinar por muchos de sus propios
partidarios, después de mandar a la guillotina a “unos cuantos”, entonces el
que pide penas para otros, no puede
recibir bendiciones, y que la rendición de cuentas es universal, es decir, para
todos.
Habría que ver cuáles son
los saldos de vida de aquellos que hacen del “ego” una religión y pretenden
convertirse en jueces para no ser juzgados. La historia no perdona.
Y, evocando a Prometeo,
sus entrañas serán devoradas diariamente por los zamuros que criaron, con lo
cual se pone en peligro de extinción dichas aves.
Cualquier parecido de este
escrito con personajes de la vida real, que moran en esta revolución sorprendente,
no es coincidencia, y como sabemos que son ciegos, sordos, mas no mudos, no hay
peligro con su retruque. Mucho menos que recapaciten.
Dios los agarre
confesados.
Revolucionarios de pié a
vencer. Ni un paso atrás.
carrodcas@gmail.com
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