José Vicente Rangel: Hay que estar conscientes de la gravedad de la conjura
*Editorial del programa en Televen “José Vicente hoy”
Son muchos los factores que conspiran actualmente contra la estabilidad democrática y la recuperación económica de Venezuela y es relativamente fácil señalar quienes son. En primer lugar una oposición que se resiste a aceptar que en el país ha habido un cambio importante, institucional, social, cultural. Este país no es el mismo de hace 15 años atrás. Mientras la oposición, sus dirigente, sigan pensando que hay que acabar como sea con el proceso que se inició a partir del año 1999 con el ascenso a la presidencia de la república de Hugo Chávez; creyendo que ese proceso es reversible a capricho, la estabilidad estará amenazada, porque además, quienes liderizan el proceso, los chavistas, no se van a dejar desalojar del poder para que sus enemigos acaben con los logros alcanzados. Ya que es conveniente puntualizar que si bien es cierto que ha habido errores y fallas y se ha incurrido en políticas equivocadas, el saldo es absolutamente positivo y cuenta con el reconocimiento de la mayoría de la población.
También conspiran contra el proceso bolivariano desde el exterior. Por una parte los prófugos de la justicia, los banqueros y empresarios ladrones que auspician en países como España, Colombia y los Estados Unidos una campaña feroz contra la democracia venezolana como nunca se había visto. Hay grupos económicos europeos y norteamericanos que financian el descomunal ataque mediático contra las instituciones venezolanas, no solo contra el presidente Maduro, sino también contra el Consejo Nacional Electoral, el Ministerio Público, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con el claro propósito de provocar un golpe de estado, es decir, de repetir las experiencias del 11 de abril y del paro petrolero del año 2002.
El país democrático, institucionalista, amante de la actual constitución, partidos políticos, sindicatos, poder popular y la fuerza armada, tienen que estar plenamente conscientes de la gravedad de la conjura. El propósito no es otro que mantener en crisis permanente al país, tenso, alarmado, confundido, acosado por la situación económica que se alimenta, entre otras vertientes de la zozobra colectiva.
Es esa la actual realidad: una oposición no democrática, que rehúye dialogar porque no concibe otra salida a la crisis que no sea la ruptura del orden constitucional, alimentada en este propósito desde el exterior, y un gobierno legítimo, constitucional, democrático, con amplio apoyo popular que se enfrenta a la conspiración y defiende la institucionalidad. Si éste enfrentamiento se llegara a definir a favor de la conjura, el país entraría en una etapa de inestabilidad que lo conduciría a la violencia. Hay quienes quieren que se repita en Venezuela la dramática realidad que han vivido o viven naciones como Irak, Siria, Libia (para citar solo algunas), donde los conflictos internos inducidos, condujeron a invasiones extranjeras que sumieron a esas naciones en el caos a un costo social y humano inconmensurable. Precisamente lo que hay que evitar que ocurra en Venezuela.
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