HORA DE CAMBIOS

UN PUÑADO DE PAJAROS CONTRA LA 

GRAN COSTRUMBRE...

POR FEDERICO RUIZ TIRADO

Una llamada telefónica del Comandante el 8 de diciembre de 2011. No hablábamos desde hacía año y medio en París. Hubo un inntercambio de bromas, anécdotas, recuerdos cuyos basamentos, ni él ni yo, no sabíamos qué cosas exactamente pertenecía al mundo de lo real o al mundo de lo semirreal. Nombres de amigos antiguos. reflexiones sobre sucesos de los ùltimos 20 años (Maneiro, Sidor, a Causa R...)

De pronto me dijo: "Coño, chico, estoy preocupado. Ya se acerca el 4F y no he visto ninguna señal de nada. Sólo una vaga referencia a una película de Azpúrua, nuestros intelectuales qué estarán haciendo, será que se les olvidó la fecha?"

Yo le dije algo así como, 19 años no es nada y se rió. Pero inmediatamente le agregué que yo estaba haciendo un libro que consistía en una compilación de textos de muchachos y muchachas que para el 92 eran unos carajitos y hoy son algo más que unos adolescentes.Lo inventé en el momento, debo confesarlo. No le dio mucha importancia porque nuestros diàlogos siempre estaban signados por un vuelo, por una velocidad, por un flechazo que daba en el dardo de todo y de nada y terminábamos reiéndonos de nosotros mismos. "¿Como es que se llama la vaina"?, me preguntó. Yo le dije el nombre y le explique su origen, que venía del Mayo Francés, pero que un extracto lo había visto en una calle de Barcelona en España hacía más de 20 años y que gravitaba en mi mente, o permanecía en ella oculto, como una sombra errante. Tampoco me paró bolas, o mucha bola. Nos despedimos y hablamos luego 18 veces ese años sobre unos planes personales. Pero la convalescencia y el aturdimiento de los medicamentos no nos lo permitieron.

El libro comenzó a hacerse por acto de magia. Al primero que llamé fue a Jesus Ernesto Parra, luego a Miguel Miguel Márquez, a Gustavo Borges Revilla, a Leonardo Gustavo Ruiz Tirado, a Franco Vielma, a Miguel Rodríguez, a Miguel Antonio Guevara y a otros y a otras. Y el libro fue armándose.

Una noche, en Consejo de Ministro, y en cadena nacional, Hugo le habló al Ministro Pedro Calzadilla del libro y nombró a Azpúrua y a mi. Muchos creyeron que yo iba a hacer una película sobre el 4F
.
Por otra parte, Miguel Márquez y Gonzalo Ramirez, comenzaron a hacer la compilación de los mayores, como los llamábamos, y Miguel me encomendó el prólogo de Un Dia para Siempre, dedicado al 4F. Ambos libros salieron simultáneamente y nos dejaron el corazón brincando de alegría.
Hugo se enamoró del libro de Los Pájaros: lo citaba, lo comentaba, se veía retratado a través de los relatos de esa épica sobre la cual él cabalgaba. Estando en la Habana me hizo enviarle unos ejemplares para Fidel y Raúl, a través de uno de sus edecanes.

Fue el último libro que tuvo entre ceja y ceja.
Se lo llevó en la sangre.Hoy, 4 de Febrero de 2016, lo veo y no hay distancia: hay ardentía, como dijo el poeta Luis Alberto Crespo