martes, 2 de febrero de 2016


Argentina: La oligarquía contra Milagro Sala y la Tupac Amaru


Por: Facundo Escobar
 Milagro Sala Argentina 1
Milagro Sala es una de las principales dirigentes populares de la Argentina, mujer, india, pobre; forjada a la luz de la lucha contra el neoliberalismo en la década de 1990 que asoló Argentina, provocando niveles de pobreza que llegaron a 50% y 30% de desocupación. Junto a otros dirigentes fundaron una de las mayores organizaciones sociales del país, la Tupac Amaru, con sede en la provincia norteña de Jujuy, logrando revertir esa situación para gran parte de ese pueblo, mediante la construcción de derechos sociales, económicos y políticos como ningún gobernador pudo o quiso hasta el momento.
A pocas semanas del recambio de gobierno, que pasó a manos de un sector político que se declaró abiertamente enemigo de Sala, representante de la oligarquía local, el nuevo gobernador Gerardo Morales principal aliado del actual presidente Mauricio Macri, lanzó una feroz persecución contra esta dirigente deteniéndola y enviándola a prisión donde permanece desde el 16 de enero de 2016. El domingo 17 de enero los abogados de la Tupac Amaru presentaron un recurso de hábeas corpus para que se libere a Sala de prisión preventiva, el cual fue rechazado. En los próximos días el juez a cargo de la causa deberá resolver el pedido de excarcelación solicitado por su defensa.
Se la acusó de liderar la ocupación de lugares públicos, las calles en torno a la Casa de Gobierno de Jujuy, restringiendo la circulación de vehículos; y de no respetar el plan de regularización de cooperativas decretado por el gobierno provincial, a pesar de no ser autoridad formal de ninguna de ellas. En esa provincia, miles de trabajadores hacía un mes que llevaban adelante una protesta pacífica para defender los puestos de trabajo que el nuevo gobernador ha comenzado a suspender mediante la disolución de las cooperativas de trabajo. La resolución para tratar de desactivar el conflicto para Morales fue aplicar más violencia, deteniendo a la principal dirigente de esa organización, montando una operación mediática que busca difamar a Sala, buscando que el acampe sea derrotado, a la vez que alumbra cuál es su objetivo de fondo: terminar con la referencia social y política de Milagro Sala, no solo en la provincia sino en el país.
Inmensas manifestaciones de solidaridad con Milagro Sala han crecido desde entonces, por parte de partidos políticos, legisladores, organizaciones de derechos humanos, organizaciones sociales y sindicales, exigiendo su libertad, llegando hasta el momento a su punto máximo con los más de 100 cortes de puentes y rutas realizados en todo el país el pasado viernes 22 de enero, protagonizado por organizaciones de distintas vertientes políticas.
Para buscar las razones de su detención
Milagro Sala, de origen humilde, y la Tupac Amaru, una organización de pobres, desde hace 10 años, han realizado un trabajo social que nunca ningún gobernador había realizado en esa provincia. Organizando desocupados, excluidos, marginados por el sistema capitalista occidental, lograron integrar el trabajo de 66.000 trabajadores, hombres y mujeres de distinta edad, construyendo hasta el momento 8.000 viviendas sociales en las de provincias de Jujuy, Mendoza, Corrientes y Chaco; además de construir y administrar decenas de inmensas piscinas deportivas y recreativas, cientos de centros de atención alimentaria para la juventud, polideportivos, hospitales, laboratorios y fábricas donde trabajan miles de personas.
La Tupac comienza a crecer desde el año 2004, cuando el por entonces presidente Néstor Kirchner firmó un decreto de emergencia habitacional que permitía que los desocupados integrando cooperativas puedan construir viviendas en las mismas condiciones en que lo hacían las empresas privadas, todas ellas grandes constructoras o multinacionales. Milagro Sala logró la asignación para construir 150 viviendas, terminándolas en la mitad de tiempo y a un costo 20% mas bajo que el de los privados, ocupando 4 veces más mano de obra. Desde entonces nunca pararon de construir viviendas sociales, llegando en 2015 a ejecutar el 15% del presupuesto del estado nacional de vivienda; esto significa 3500 millones de pesos (aproximadamente 25 millones de dólares), un jugoso botín que hoy se disputan las constructoras privadas cercanas al gobierno de la provincia y al gobierno nacional de Macri, el nuevo presidente.
La organización Tupac Amaru se ha constituido en referencia nacional para los sectores populares y pobres del país, al mostrar el ejemplo de lo que es posible y a la vez, de lo que no han hecho los distintos gobiernos. Ella misma, Milagro Sala, se ha convertido en referencia política dentro y fuera de las fronteras de Argentina, llegando a ser diputada provincial, y actualmente con mandato como diputada para el Parlasur.
Allí radica entonces uno de las principales razones del por qué el nuevo gobierno busca eliminar la referencia de la dirigente política Sala, demonizando, tratando de borrar su trabajo e historia, porque borrar y eliminar eso significa enterrar la potencia que radica en un pueblo organizado. Y lo están tratando de hacer mediante la utilización combinada del poder judicial y la eficiente herramienta que le brindan las grandes corporaciones mediáticas y sus periodistas, instalando la mentira, tergiversando, dando entidad a lo que no existe. De hecho, han logrado instalar falsas acusaciones, ocultando por un lado la verdadera denuncia por la que el poder judicial la llevo a prisión, para pasar a discutir en todos los canales de televisión, diarios, redes sociales y portales una acusación que no tiene respaldo jurídico y solo es una denuncia política.
Se logra así ocultar que estamos ante una persecución política evidente que viola todos los derechos políticos y humanos de Milagro Sala criminalizando el derecho a la protesta y a la libertad de expresión, instalando un peligroso antecedente. Sala sigue detenida por dos delitos que tienen penas menores, asociados a la protesta, a pesar de lo cual el juez todavía se niega a resolver su excarcelación.
La oligarquía contra Milagro Sala
El nuevo gobernador Morales asume de la mano de los poderes más concentrados de la provincia, propietarios de los principales elementos de la estructura económica de la provincia, y con inmensa influencia en el sistema judicial (cuyos máximos integrantes también se identifican con las elites sociales y económicas) y el poder mediático.
Esta íntima relación entre el poder político, el poder económico y el poder judicial se ha expresado recientemente de forma evidente, teniendo en todos los casos al nuevo gobernador Morales como eje y a Milagro Sala como objetivo.
Por un lado, en la dependencia de Morales respecto de los grandes poderes económicos de la provincia que tuvo su cenit en el pedido público de los agrupamientos de empresarios hacia el gobernador y el sistema judicial para que se termine con la protesta que la Tupac Amaru venía llevando adelante en las calles de la capital de Jujuy.
El Foro Empresario de Jujuy difundió un documento denunciando la protesta de los cooperativistas integrados en la Tupac Amaru denunciando que “que obstaculizan el normal funcionamiento de una sociedad que quiere vivir sin desencuentros” y se dirigieron a Morales, casi ordenando, diciendo: “Exhortamos al Gobierno de la Provincia de Jujuy a hacer valer la ley y la constitución provincial que son el marco soberano para la convivencia de toda sociedad organizada”. El foro está integrado por las principales firmas y empresarios locales y extranjeros de la industria, la agro-industria, la construcción, minería, forestales y el comercio minorista entre otros.
El odio de la oligarquía contra Milagro Sala y la Tupac Amaru puede entenderse si se tiene en cuenta que ha venido llevando adelante una intensa lucha por los derechos humanos en Jujuy durante el anterior gobierno nacional y provincial, lo que significó ir contra la impunidad que rodeaba al líder del agrupamiento empresario recién referido, Carlos Pedro Blaquier, uno de los personajes más ricos de la Argentina y principal financista de la campaña de Morales, por estar vinculado a delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar del país.
La Tupac Amaru, contando con el apoyo de todas las organizaciones políticas del pueblo argentino, logran que Blaquier sea procesado, quedando a un paso de ir a juicio oral y público, por haber facilitado transportes para efectuar el traslado de 400 trabajadores secuestrados en el ingenio azucarero Ledesma de su propiedad, hacia centros clandestinos de detención, durante la famosa “Noche del Apagón” en 1976, trabajadores que luego fueron asesinados. La causa todavía está pendiente de resolución, bloqueada en la Corte Suprema de Justicia de la Nación donde se debe definir si Blaquier será enviado a juicio o no.
Otros elementos que exponen esa interdependencia entre la oligarquía, el poder político y el poder judicial, es que Clara Falcone, Presidenta del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, máxima instancia judicial de esa provincia, participó de actos proselitistas en la campaña electoral del actual gobernador Morales; y lo que es aún más grave, de los cuatro nuevos integrantes de ese Tribunal de Justicia, tres son ex diputados pertenecientes al partido político del propio Morales colocados por él mismo apenas asumió el poder de gobierno en diciembre de 2015.
De ahí es posible entonces comenzar a entender las verdaderas razones de la persecución sobre Milagro Sala, así como sus condiciones de posibilidad. La oligarquía local la considera una enemiga. Porque los ha enfrentado directamente, llegando a afectar sus intereses.
Con la persecución a Milagro Sala, los gobiernos macristas, que asumieron con un discurso institucionalista y democrático-republicano, siguen sumando acciones anti populares, anti trabajadores, anti pobres, demostrando que sólo se trataba de un discurso táctico para llegar al poder, desde donde lanzaron una revancha que debe comenzar desde lo político para poder consolidar la reinstalación del neoliberalismo renovado.
La revancha neoliberal no será posible
El nuevo poder político instaurado en el gobierno nacional y en muchas provincias, incluida Jujuy, tiene entre sus principales dirigentes a encumbrados personajes neoliberales. Todos ellos saben que Milagro Sala y la Tupac Amaru llevaron adelante una experiencia de construcción de poder para los pobres como nunca nadie lo había logrado desde la llamada recuperación democrática con el fin de la última dictadura militar en 1983. Incluso ha sido una construcción sin igual en la Argentina al haber logrado en pocos años lo que ningún gobierno pudo previamente hacer en términos de derechos sociales para los más pobres, en vivienda, salud, educación y trabajo. No solo eso. Milagro, como decíamos, mujer, india y pobre, llegó a ser diputada provincial y actualmente diputada para el Parlasur representando a su provincia en la región.
Nada de esto se lo perdonan. Porque se trata de una afrenta contra la hegemonía oligárquica, contra el orden establecido. Por todo esto se entiende la revancha operada por Morales, quien debe ser entendido como la mano pública de esa oligarquía de Jujuy, y en ellos, de la oligarquía en todo el país.
Sin embargo, la lucha por la libertad de Milagro Sala ha unificado a los movimientos populares, los sindicatos y los partidos democráticos de la Argentina como no se hacía desde hace años en el país. Ese embrión de unidad expone la potencia existente en el pueblo argentino organizado, que declama desde la acción política concreta, que no sólo no está dispuesto a tolerar la persecución política, sino que enfrentará las políticas de la revancha neoliberal que comienza a mostrarse a poco de asumido el gobierno del presidente Macri y sus aliados en las provincias.

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