jueves, 3 de febrero de 2011

EL VENEZOLANO DE HOY COME MEJOR QUE HACE DOCE AÑOS...


El Venezolano de hoy come mejor que hace 12 años
Políticas claras y precisas han permitido en doce años de Revolución atacar un problema que colocaba a Venezuela más cerca de cifras de países con graves hambrunas que en los puestos reales que debería tener por su capacidad productiva. El venezolano de hoy come mucho mejor y más que el de hace doce años.
Este plato es, en proporciones, más barato y nutritivo que la comida a la que era expuesto el venezolano de hace 12 años.
Cantidad de calorías a disposición del uso promedio de un venezolano. Fuente: Venezuela de Verdad
Producción de pollo de engorde entre 1988 y 2009. Fuente: Venezuela de Verdad
Disponibilidad de arroz per capita.Fuente: Venezuela de Verdad
Consumo de alimentos en Venezuela, en cantidad, desde 1988 a 2009. Fuente: Venezuela de Verdad
Disponibilidad per capita de Leche.Fuente: Venezuela de Verdad
El trompo de los alimentos rompió con el viejo modelo que no respondía a la soberanía alimentaria.
Investigación "Las leguminosas en la alimentación
venezolana durante cinco décadas" (1945-1997). Elisa Quintana

Cifras del INE sobre Consumo diario per capita según productos
Cifras del INE sobre compra de productos en red Mercal (Tamaño: 1.59 MB)
Dignificación del adulto mayor era impensable en el pasado
Los venezolanos tienen más opciones de estudiar que hace 12 años
Poder Popular es la maquinaria de transformación social
Soberanía alimentaria es bandera de la Revolución Bolivariana
Revolución Bolivariana: 12 años de logros
El venezolano hoy en día no sólo dispone de una gama de alimentos a menor costo proporcional a su salario en comparación con el de hace 12 años, sino que come efectivamente mucho mejor, corrigiendo el consumo de calorías mínimo necesario.
En un primer momento, para comparar la condición de la alimentación de hace doce años nos basaremos en un estudio de la licenciada Elisa Quintana para la Escuela de Nutrición y Dietética de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela que evaluó el consumo de leguminosas en la alimentación del venezolano durante cinco décadas, de 1945 a 1997, y que fue publicado en 2001 por una revista especializada.
Para la época estudiada, concluye la investigación, el venezolano consumía entre 1945 y 1997 42% menos de leguminosas, siendo significativo su descenso hacia 1966.
Las leguminosas incluyen como rubro en nuestro país a las arvejas, caraotas, frijol y lenteja.
El mínimo de consumo en el área tocó el suelo de 31 gramos por persona y día para la década de los 90.
En aquél momento los venezolanos que consumían leguminosas, en un 55% lo hacían en caraotas, seguidos por el frijol y las arvejas
Para el venezolano las leguminosas son una importante fuente de tres nutrientes, proteínas, hierro y vitamina B1.
Y una conclusión importante que destruye un mito, las leguminosas en Venezuela son alimentos importantes para todos los estratos socioeconómicos del país, no existiendo entre ellos diferencia alguna que haga pensar que es un producto exclusivo para las personas de menos recursos.

Giro alimenticio
La realidad del consumo de leguminosas, entre otros rubros, dio un vuelco importante en los últimos doce años.
Hasta 1992 el pico de consumo se ubicaba por debajo del 35%, y con la llegada del proceso revolucionario y las primeras acciones en materia agrícola, se logró sostener en esta cifra.
Progresivamente el consumo de leguminosas fue incrementándose, hasta alcanzar, según datos de Consumo diario per capita del segundo semestre de 2010 elaborados por el INE, un total de 42,34 gramos por persona.
Esto representa un incremento de 8,34 gramos por persona día, un 24,52% más.
Pero además, el consumo de caraotas progresivamente ha sido reemplazado por las otras leguminosas, equilibrando el aporte nutricional que ceden productos como la lenteja, la cual se ha convertido en el nuevo protagonista de la dieta del venezolano, igualando a las caraotas, con un 53% más de consumo desde 2008 a 2010.
El frijol también ha mejorado su posición en la mesa venezolana, con un incremento de 23,22% entre 2008 y 2010.
Ambos productos ofrecen mejores cantidades de nutrientes y amplían la variedad de platos que el venezolano puede ofrecerse en la actualidad.
Atrás quedó el espagueti con mantequilla
Pese a ser muy sabroso para algunos, el consumo de harinas y grasas ocuparon en el pasado la mesa venezolana pero era la menos sana.
En estos 12 años el cambio de las políticas del Instituto Nacional de Nutrición (INN) permitió que se aboliera el trébol de los grupos alimenticios que se mantuvo vigente hasta 1993 y muy poco ayudó a la dieta del venezolano.
Con la creación del “Trompo de los Alimentos”, se concretó una nueva manera de clasificar los grupos básicos, que utiliza un juego tradicional venezolano.
En esta nueva distribución, las leguminosas pasan a ser elementos principales en conjunto con otros productos.
El Trompo establecido por el INN abandona el viejo patrón que no fomentaba los productos que se cultivaban en nuestro suelo.
El trompo es sencillo y por el se guían las familias, centros educativos, comedores populares, y todos los organismos que elaboran dietas alimenticias en Venezuela, el patrón combina cada una de las franjas y el resultado es una dieta variada y balanceada, que junto con el agua y la actividad física, son la clave para disfrutar de una óptimo estado de salud.
Para una alimentación saludable de acuerdo a las recomendaciones nutricionales para la población venezolana, el INN clasificó los alimentos en cinco grupos de acuerdo a su valor nutritivo y cada uno está acompañado de un color.
Los granos, cereales, tubérculos, leguminosas están identificados con el color amarillo; hortalizas y frutas con el color verde; leche, carnes y huevos con el azul; azúcares con el color gris; las grasas y aceites vegetales con el anaranjado y para finalizar el guaral de El Trompo, representa el agua y la actividad física que son el complemento para una mejor calidad de vida.
La manera en que se dispuso los alimentos en El Trompo, tiene como finalidad orientar a la población en la selección adecuada y a una ingesta balanceada de alimentos que conforman su dieta, es decir, aquella que proporciona al organismo todas las sustancias nutritivas que favorecen el crecimiento, el desarrollo y el buen estado de salud.
A la par, el Gobierno Revolucionario y el Ministerio del Poder Popular para la Salud, mediante el Instituto Nacional de Nutrición, destinó esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los venezolanos y venezolanas; por ello, impulsó la democratización del conocimiento a través del trabajo en conjunto con las comunidades y diversas organizaciones de base social, bajo el lema inicial “INN contigo en la calle…nutriendo conciencias”.

Comiendo más proteínas
Un esfuerzo del proceso revolucionario ha sido impulsar el consumo de proteínas sanas, a través de los productos cárnicos de calidad como el pollo de engorde.
En líneas generales, los hogares venezolanos adquirieron según producto, más pollo, mortadela, jamón, huevos de gallina, hígado de res, y carne de porcino, manteniendo el consumo de la carne de res.
En relación al pescado, en las mesas venezolana aumentó el consumo de sardinas en sus versiones fresca ó enlatada, al igual que el atún.
La leche y sus derivados también incrementaron su presencia en la mesa de los hogares, mientras los productos denominados grasas visibles, entre ellas mantequillas y mayonesas, perdieron espacio, en especial la mantequilla, que ha descendido en más de 4% su estadía en los hogares.
En el área de bebidas, las alcohólicas según informaciones del INE también han perdido presencia en los hogares, al igual que las instantáneas refiriéndose a la compra para el consumo en casa, frente al aumento de adquisiciones de frutas cuya pulpa es útil para jugos.
Entre las frutas, el cambur, la lechoza, el mango, la piña y la guayaba reinan en las casas.
Hortalizas y raíces económicas apoyan con nutrientes
El trompo de los alimentos es efectivo, el venezolano ha apoyado el consumo de cereales, leguminosas y tubérculos con la compra de hortalizas y frutas.
De las hortalizas que están más presentes actualmente en los hogares, resalta según el INE, el Ají, la cebolla, Pimentón, y la Auyama.
De los tubérculos y las raíces, la papa lidera la preferencia de los hogares, pero es importante reseñar el aumento del consumo de plátanos y yuca desde el 2008.
¿No sólo es lo que se come sino como se consigue?
Recordar las travesías que hacía el venezolano de hace 12 años para pasearse por los anaqueles de supermercados privados nos hace ir a los tiempos en que era necesario desarrollar una ruta estratégica para tratar de comprar a precios justos los alimentos.
Hace 12 años los mercados mayoritarios era la principal fuente para adquirir alimentos no procesados, seguidos de los esporádicos mercados municipales y populares, y los famosos camiones de hortalizas que paseaban por las calles.
Las grandes cadenas de supermercados privados, ofrecían estratégicamente productos prefabricados en primera opción, dejando espacios a veces hasta poco salubres para la adquisición de los grupos alimenticios hoy en día considerados principales.
Con el nacimiento de la red PDVAL y Mercal, las condiciones de adquisición cambiaron, pese a los problemas que pudieran acarrear algunas gerencias corruptas y las usuales denuncias características de cualquier programa social, lo cierto es que el Proceso Revolucionario es el primero en la historia de los últimos años en dedicar un programa exclusivo para la producción y venta soberana de los alimentos necesarios.
La presencia de este sistema ha permitido a los venezolanos adquirir más barato y fácilmente los productos indispensables en sus mesas.
Las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadística para el primer trimestre de 2010 señalan que más de 6 millones doscientas mil personas compran en la red Mercal, y tan sólo menos de 2 millones setecientas siguen la vieja tortura de comprar en redes privadas.
Pero la cantidad de personas que compraban en 2009 en redes privadas demostró un descenso importante, cerca de 400 mil personas abandonaron a los distribuidores privados y empezaron a utilizar la red Mercal.
Estos datos demuestran que en 12 años de proceso revolucionario el venezolano no sólo tiene más oportunidades de comer en cantidad, sino de comer mejor en relación con el venezolano del pasado.

Avances hacia mejor nutrición
En 2007, el Índice de Prevalencia de la Subnutrición se ubicó en 6%.
En 1990, el porcentaje de personas subnutridas se ubicó en 11%.
En 1990, las disponibilidades calóricas por personas en el día registraron un 11%, mientras que en 1998, la cifra aumentó a 21% .
Con el Gobierno Bolivariano la disponibilidad energética en la dieta del venezolano aumentó 27%, pasando de 2.202 calorías (1998) a 2.790 calorías (2009), éste último por encima de los requerimientos mínimos de la FAO que se ubica en 2.700 calorías.
Entre los años 1998 y 2009, la disponibilidad per cápita de carne de bovino aumentó en 37% (de 17,62 kg/persona/año, en 1998; subió a 24,10 kg/persona/año en el año 2009).
Para el año 2009, la disponibilidad de carne de bovino en toneladas fue de: 684.003, de las cuales 533.583 (78%) fueron producción nacional; y 150.420 (22%), importaciones. Esto representó una disponibilidad per cápita de 24,10 kilogramos/persona/año; disponibilidad por encima de los requerimientos mínimos según la FAO (22 kg/persona/año).
Gracias a las estrategias y políticas agroalimentarias del Estado venezolano, el país alcanzó 78% de autoabastecimiento de carne de bovino. Se tiene previsto cubrir el 100% de la demanda.
Para el año 2009, la disponibilidad de arroz en toneladas fue de 1.348.562, de los cuales 1.293.499 (96%) fue producción nacional y 55.063 (4%) importaciones. Esto representó una disponibilidad per cápita de 47,51 kilogramos /persona/año.
Entre los años 1998 y 2009 la disponibilidad per cápita de arroz aumentó en 80% (De 26,37 kg/persona/año a 47,51 kg/persona/año en el 2009).
Entre los años 1998 y 2009, la disponibilidad per cápita de leche pasó de 75,97 kg/persona/año, a 120,51 kg/persona/año, es decir, un aumento de 59%.
Para el año 2009, la disponibilidad de leche en toneladas fue de: 3.420.550, de las cuales 2.184.574 (64%) fueron producción nacional; y 1.235.976 (36%), importaciones. Esto representó una disponibilidad per cápita de 120,51 litro/persona/año. Es decir, 30,51 litros por encima de los requerimientos mínimos según la FAO; que son: 90 litros al año por persona.

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