martes, 28 de marzo de 2017

Maduro invocó la carta democrática para 

Honduras y Paraguay

Hace poco leía una entrevista a una exembajadora sobre el tema recurrente de la Carta Democrática de la OEA en Venezuela. Se dibujó el panorama polarizado actual, por una parte, ya la Asamblea Nacional (Oposición/MUD) pidió la aplicación de la Carta al gobierno por su talente dictatorial. Al día siguiente, el Presidente Maduro exigió públicamente que fueran declarados “traidores a la Patria” los diputados que votaron tal petición, además dijo que algunas “ong” andan en eso de pedir “la intervención” extranjera en asuntos internos del país. Como en todo proceso político polarizado, los extremos nunca tienen la razón. Veamos por qué.
Existe una ilusión compartida entre chavistas y oposición: creen que la Carta Democrática va a resolver o empeorar los problemas del país, como si la situación que vive la Patria podrán satisfacerla otros distintos a los venezolanos. El argumento del Presidente Maduro es muy claro: quien pida la intervención de la OEA es un traidor porque detrás de la Carta Democrática vienen los infantes de la Marina norteamericana. Por cierto, desde que aprobó en 2001, en las contadas veces que se ha aprobado la Carta Democrática no ha estado precedida por invasiones militares.
Por otra parte, ya algunos “think tank” de oposición no ven el asunto de la Carta como una buena opción para derrotar al gobierno. Indican que la salida del país del organismo multilateral le daría fuerza al gobierno y a sus acciones antidemocráticas. Una Venezuela aislada internacionalmente conviene a Maduro. Los Castro ya lo demostraron en Cuba: la suspensión de la OEA no hace mella, es más, desde el año 2009 los antillanos pueden volver al organismo y simplemente el Partido Comunista Cubano levanta la ceja y se tapa la nariz.
Pero lo paradójico de este ritornelo de la Carta es que nuestro flamante Primer Magistrado invocó en dos ocasiones su aplicación, se entiende que en ese momento no pensaba que estaba interviniendo en asuntos de otros países. Sabemos que el golpe de estado Zelaya (Honduras) y la suspensión “exprés” en 2009 de este país de la OEA tuvo en Maduro (y a Chávez también) una figura política de primer orden. Me imagino que los argumentos de Micheletti (Presidente de facto del país centroamericano) serían similares a los que ahora usa el gobierno nacional.
Un poco después, Paraguay queda suspendida de la OEA y Mercosur por el “golpe de estado parlamentario” que le aplicaron a Fernando Lugo durante el año 2012. Allí nuevamente nuestro Presidente pidió la aplicación de tal instrumento.
Sabemos los resultados de estos dos procesos: Honduras y Paraguay, una vez “restituido el hilo constitucional”, como dicen los periodistas, volvieron a la OEA. Claro, todo tiene su precio: Zelaya y Lugo deambulan fantasmagóricamente por la región demostrando que la verdadera democracia no es precisamente la agenda de los organismos multilaterales de la región.
Pero, volvamos a nuestro tema, ¿por qué Maduro cómo canciller invocó la Carta Democrática sin ser intervencionista y ahora la rechaza, además de etiquetar de traidores a los venezolanos que creen conveniente que se aplique en el país?
Yo no sé, ni voy a responder por otros. Pero, de que vuelan, vuelan. Vuelvo a recordar a Stalin, los errores que cometió y que quiso borrar de la historia rusa y personal. Entendemos que lo hecho, hecho está y no se puede disolver. Son fabulas recientes que vuelven interesantes las historias de hoy. Que el Presidente responda y que tenga memoria, no pido otra cosa.

No hay comentarios:

  EL MUNDO CAMBIARÁ, EL CORONAVIRUS LO LOGRARÁ. Desde que el mundo es mundo, los imperios con sus monarquías y con apoyo de las religiones, ...