EDUCACIÓN PARA LA NO VIOLENCIA
***Dr. G. Parotto
La
educación es un proceso social que se desarrolla en todos los espacios sociales
y por ello, debe ser el privilegiado en el desarrollo del ser humano, desde el
comienzo de la vida. Estos espacios sociales, deben ser asumidos por el sistema
educativo e incorporados a la acción educativa formal del país, a través de la
participación consciente, planificada y protagónica de todos los ciudadanos,
quiénes además de ciudadanos serán
estudiantes, educadores y administradores de la educación.
Este
rescate del poder formativo-educativo
del contexto social, obliga a una revisión integral de nuestro sistema
educativo, marcado por la fragmentación de instancias que compiten entre sí,
que se destruyen mutuamente, que tratan de monopolizar y hegemonizar las demás
y que, al final, entre todas, desequilibran la formación del ser humano; tal como ha sostenido, no sin
razón, Jean Jack Rousseau.
Necesitamos
un verdadero sistema de formación nacional
que se desarrolle a través de
todos los procesos sociales de manera integrada, natural (PNA),
colectiva, integral, continua y permanente. A cada fase del desarrollo humano
le corresponde su manera de participación e integración, y la formación
correspondiente bajo la mediación de los actores sociales que le son propios.
Dentro de
este contexto de educación colectiva, integral, continua y permanente se debe
plantear la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, libre de
violencia. Este esfuerzo de paz solo es posible si lo soportamos en los valores
del socialismo, que se transformen en un paradigma social de convivencia. Esta consustanciación de los valores con el
ser humano sólo es posible a través de una educación regida por la lógica del
ser y no por la lógica del tener. Mientras nuestra educación se desarrolle en
el marco del tener, estaremos criando cuervos para que nos saquemos los ojos
mutuamente. Nuestra educación actual,
regida por la lógica capitalista, forma
para que nuestra convivencia sea regida por la violencia de todo tipo, legal o delictiva.
Este
esfuerzo colectivo será acompañado por los medios de comunicación, que asumirán
la educación como marco de referencia de todas sus actividades. La escuela, dentro de este contexto prestará
un doble servicio, complementaria para los conocimientos instrumentales y lugar
de encuentro para la formalización de los procesos de reflexión de todo el
colectivo. El trabajo también será un
espacio de formación privilegiado, pues contribuirá de manera colectiva,
integral continua y permanente a la
formación de todos los ciudadanos.
La
sociedad, la escuela, la religión y el
trabajo deben ser los espacios de la experiencia de la no violencia, en todas
sus manifestaciones, libre de dominación de un ser sobre otro, basada en el
respeto mutuo, la igualdad sustantiva, la solidaridad humana y la libre
asociación.
***Dr.
Giulio Parotto
Asesor
UBTJR
Lácteos
Los Andes
gparotto@gmail.com
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