martes, 26 de junio de 2012


EDUCACIÓN PARA LA NO VIOLENCIA
***Dr. G. Parotto
La educación es un proceso social que se desarrolla en todos los espacios sociales y por ello, debe ser el privilegiado en el desarrollo del ser humano, desde el comienzo de la vida. Estos espacios sociales, deben ser asumidos por el sistema educativo e incorporados a la acción educativa formal del país, a través de la participación consciente, planificada y protagónica de todos los ciudadanos, quiénes además de  ciudadanos serán estudiantes, educadores y administradores de la educación. 

Este rescate del poder  formativo-educativo del contexto social, obliga a una revisión integral de nuestro sistema educativo, marcado por la fragmentación de instancias que compiten entre sí, que se destruyen mutuamente, que tratan de monopolizar y hegemonizar las demás y que, al final, entre todas, desequilibran la formación del  ser humano; tal como ha sostenido, no sin razón, Jean Jack Rousseau.

Necesitamos un verdadero sistema de formación nacional  que se desarrolle a través de  todos los procesos sociales de manera integrada, natural (PNA), colectiva, integral, continua y permanente. A cada fase del desarrollo humano le corresponde su manera de participación e integración, y la formación correspondiente bajo la mediación de los actores sociales que le son propios.

Dentro de este contexto de educación colectiva, integral, continua y permanente se debe plantear la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, libre de violencia. Este esfuerzo de paz solo es posible si lo soportamos en los valores del socialismo, que se transformen en un paradigma social de convivencia.  Esta consustanciación de los valores con el ser humano sólo es posible a través de una educación regida por la lógica del ser y no por la lógica del tener. Mientras nuestra educación se desarrolle en el marco del tener, estaremos criando cuervos para que nos saquemos los ojos mutuamente.  Nuestra educación actual, regida por la lógica capitalista, forma  para que nuestra convivencia sea regida por  la violencia de todo tipo, legal o delictiva.  

Este esfuerzo colectivo será acompañado por los medios de comunicación, que asumirán la educación como marco de referencia de todas sus actividades.  La escuela, dentro de este contexto prestará un doble servicio, complementaria para los conocimientos instrumentales y lugar de encuentro para la formalización de los procesos de reflexión de todo el colectivo.  El trabajo también será un espacio de formación privilegiado, pues contribuirá de manera colectiva, integral continua y permanente  a la formación de todos los ciudadanos.


La sociedad, la escuela, la religión  y el trabajo deben ser los espacios de la experiencia de la no violencia, en todas sus manifestaciones, libre de dominación de un ser sobre otro, basada en el respeto mutuo, la igualdad sustantiva, la solidaridad humana y la libre asociación.


***Dr. Giulio Parotto
Asesor UBTJR
Lácteos Los Andes
gparotto@gmail.com




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