miércoles, 20 de junio de 2012


BINÓCULO  N°  45

Rafael Rodríguez Olmos

Súper Hugo

Como no tiene propuesta,  ni criterio, ni estrategia, la oposición esperó. Sacó unas cuentas que solo estaban en su mente enferma y obtusa: “si Chávez tiene cáncer, es muy probable que muera, porque todo el que padece esa enfermedad en cualquier momento muere”. Cuando apareció el segundo tumor –que a mi juicio tuvo mucho que ver con las nueve horas y media de pie en la Asamblea Nacional- la fiesta fue de antología allende Miami. Ahora sí está muerto el hombre. Opositores amigos míos, inteligentes por demás, incluso cayeron en el jueguito. Y volvieron a sacar cuentas: “otro tumor maligno, anuncia muchas radioterapias, está deprimido, lloró en la misa de Barinas. Nada, el tipo está listo”. Y vino el encerramiento en Miraflores. Nadie sabía de Chávez, el Presidente no está gobernando declaraban algunos de los más conspicuos voceros del escualidismo, “tiene que renunciar” dijeron los más estúpidos, lleva dos semanas sin hablar, quien habla es Jaua, qué estará pasando, era la inquietud de la oposición y de sus medios enfermos. Recuerdo que un amigo opositor me llamó en ese entonces y me dijo con tono de preocupación: “está listo pana. El hombre está en fase terminal. Me dicen que están discutiendo cómo van a hacer para anunciárselo al país y que él está decidido a designar un candidato”. 
¿Se puede imaginar el lector lo que un chavista consumado y convencido como yo, tiene que aguantar de tantas barbaridades que oye? Todas me las trago, porque además, como tengo programa de radio,  recibo cualquier cantidad de información –generalmente tergiversada- de la realidad.
Lo cierto es que la aparición de Hugo en aquella larga caminata de camión entarimado por todo el centro de Caracas, de pie, no en silla de rueda como dijo Teodoro, lanzando besos, saludando, sonreído, sudado, hinchado por los esteroides, debió dejar de una sola pieza al Comando de Campaña de Henrique y a los miembros de la MUD. Me cuenta un amigo camarada que vive en Miami desde hace veinte años, que montaron encuentros colectivos en algunos lugares de la ciudad símbolo del capitalismo gringo, para ver por televisión cuando Chávez no apareciera para irse a inscribir al CNE. “Fue de antología Rafael –me dijo- ver ese montón de traidores esperando que no apareciera, o que lo enfocaran en una silla de rueda con tubos de bigote recibiendo oxigeno, anunciando que no podía ser candidato y que iba a designar un hombre de su confianza. Se quedaron como gallina que mira sal”.
“Qué carajo le estarán poniendo para repotenciarlo de esa manera, a menos que nos estuviera engañando a todos”, me comentó un amigo opositor en Valencia.
Lo cierto es que el Presidente se tiró una jornada memorable ese 11 de junio. Cantó -mal como siempre- pero cantó con demasiado ánimo, bailó, se rió mucho, echó chistes y se tiró toda una explicación  de cómo será el gobierno 2013-2019. Incluso, convocó a excandidatos como el Conde El Guácharo para que volvieran al ruedo. Demasiado tranquilo, demasiado bien para alguien que está agonizando o en fase terminal. Y no es que no esté enfermo. Lo está, y además está bien jodido, y además, mis fuentes me aseguran que pudiera no llegar al 2019. Pero como me explicó un médico amigo: “con ese tipo de enfermedad nunca se sabe”. Ahora vienen las especulaciones soterradas en torno a con qué lo mantienen en pie. Por eso siempre he dicho que el problema de la oposición es que no entiende al país, no entiende al pueblo, sigue creyendo que los venezolanos son los mismos de hace 15 años y que cualquier “güelefrito” como decía Aquiles Nazoa, puede embaucarlo. ¿Qué no se vio en ese acto –más bien esa fiesta- del 11 de junio”. Y quizás uno de los elementos más importantes de ese patético periodismo que hacemos hoy día, fue la ocurrencia de poner el micrófono en la boca de todo el mundo. Fue lo más acertado de esa cobertura. Porque allí no hay engaños, no puedes condicionar a todo el mundo a decir una cartilla. Cada uno de los presentes expresó una cosa diferente. Nunca en un acto del chavismo vi tantos jóvenes como ese día. Jamás en mi vida vi un nivel de conciencia tan elevado como el mostrado ese junio que debe marcar un espacio en la historia política del país. Quizás la expresión de mayor contundencia, por la fuerza política que le era inherente, dicha por un pata en el suelo como yo, lo dijo aquella mujer cuando le pusieron el micrófono. Bella, morena, 40 años, pelo negro, ojos vivaces, venezolana típica, sin dudarlo: “este es el músculo de las encuestas”. Cuánta comprensión de la realidad se debe tener para llegar a esa conclusión.
Y ahora viene la otra parte del análisis. El pueblo se asustó… Y se asustó de verdad. En el más castizo de los lenguajes, nos cagamos todos los que por amar este país, vimos que lo perderíamos si el pana Hugo se nos moría. Esa tensión que creó la canalla mediática varias semanas atrás, produjo en efecto telúrico que operó contra ellos mismos. La gente se movió en masa no solo a demostrar el amor que tienen por ese líder, sino a demostrar que apuesta a la construcción del socialismo y que no están dispuestos a doblegarse y entregar las conquistas de trece durísimos años.
Y fue oportunamente necesaria esa demostración. No para la oposición estólida que realmente importa bastante poco, sino porque vienen tiempos muy difíciles. El imperio necesita salir de Chávez. Es un mal ejemplo para los pueblos del mundo. Demasiado respetado, demasiado querido y demasiado admirado como para que se mantenga en el poder en el país que tiene el 25% de la producción de petróleo del mundo. Las probadas, porque como sabemos las mayores reservas también las tiene Venezuela.
Esa demostración que dio Hugo el 11J, no fue para Capriles y sus monigotes, sino para el Imperio. “Planifiquen bien su vaina, porque si se meten aquí, tendrán que generar un genocidio. Y vean cuántos soldados están dispuestos a perder”, pienso que fue lo que quiso decir el “Arañero de Sabaneta”.
Ya el imperio sabe que Águila Uno no se va a morir por ahora. Así que vienen los sabotajes, las compras de conciencia, los intentos de violencia, las guarimbas, los paros de transportes, el intento de esconder los alimentos y la acción cada vez más traidora de la canalla mediática.
Es decir, quienes estamos convencidos de que esta etapa del proceso histórico venezolano, es la vida o la muerte, tenemos la dura tarea de actuar, desde nuestra trinchera, pero actuar en función del desarrollo de la conciencia, no solo de los nuestros, sino de los confundidos, los que creen que votar por el teletubbie es una salida. Después del 7Oct, la batalla será contra los de adentro y los de afuera. Ya Hugo lo anunció, la radicalización del proceso será un hecho y la depuración no será un proceso fácil. Por ahora tenemos a Águila Uno… mientras nos preparamos.

Caminito de Hormigas…

Ocho millardos costó el acto de Tinki Winki en el CNE. El discurso fue tan estúpido que un alto miembro del 2D preguntó “pagamos todo ese montón de dinero para escuchar esas estupideces”…  El viejo Salas se mostró preocupado por la decisión –aún sin concretar- de Enzo de lanzarse para la gobernación. El viejo gobernador maneja la posibilidad de ofrecerle la alcaldía de Valencia. Sabe que si eso ocurre, “El Pollo” podría perder. Se jodió Cocciola…   Terrible la represión de la GNB contra los trabajadores de Petrocasa. Golpes y gases lacrimógenos. Increíble. Por supuesto que Hugo no lo sabe, pero busquen los videos en Radio del Sur Insurgente y sentirán la misma indignación que sentí…   Dentro de la guarimba que se tiene planeada para estas semanas, está la desaparición de algunos rubros de la canasta alimentaria. Ya se hizo en otras ocasiones, pero en ésta hay gente del proceso metida en la traición

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