Lo que jode a los escuálidos es el pánico atávico que llevan en el alma.
José Sant Roz
José Sant Roz
Lo que jode a los escuálidos es el pánico atávico que llevan en el alma.
Hoy “El Nuevo Herald” de Miami publica una encuesta que dice “¿Está de acuerdo con el plan de Chávez de fabricar aviones no tripulados?”, y por supuesto casi el 80% por ciento de los consultados dice que NO.
A los latinos, el imperio se encargó de inculcarnos a machaca martillo que nosotros somos unos pobres diablos, unos débiles, unos tarados, unos irremediables infelices, unos incapaces, unos salvajes y brutos.
Y poco a poco esa fue convirtiéndose en la norma para todos nosotros.
De manera que como imbéciles y sometidos que somos, según ellos, según ese patrón moral, para todo debemos permiso; para todo debemos consultar al Departamento de Estado; para todo debemos primero conocer sus opiniones, sus principios, sus valoraciones éticas en cuanto tenga que ver con cualquier cambio político, con cual decisión sobre nuestro destino.
Se supone para los gringos que todo latino debe nacer con el rabo entre las piernas; debe nacer aterido de pánicos, de temores, de condicionamientos. Y ciertamente para ellos un gringo (hijo de puta) debe ser lo MÁXIMO.
Para los gringos somos menos que niños que no saben lo que hacen.
Somos menos que esclavos.
Por eso Henry Kissinger al referirse a lo que se proponía hacer Allende con su Presidencia, dijo que EE UU no podía permitir actos inmaduros e irresponsables en América Latina.
Ayer, escuchando la alocución del Presidente yo recordaba todas estas cosas cuando porque todo ese atávico pánico me asaltó cuando escuché hablar de lo que nuestras Fuerzas Armadas están produciendo para nuestra defensa. De la fabricación de aviones no tripulados, de radares, centros de comunicación, de la producción de vehículos de guerra, fusiles, pólvora, etc.
Ese mismo miedo atávico se dispara en nosotros (no se diga en los ultra-cagones escuálidos) cuando se habla de que cualquier nación del llamado “tercer mundo” intenta, sin el consentimiento del imperio euro-americano, construir sus propios radares, trenes o sistemas de defensa. Entonces esas alarmas nos dicen que tales decisiones son actos de locura, de bestialidad, de irresponsabilidad, de salvajismo, de violación de cuantos valores o derechos humanos existan y estén por descubrirse sobre la tierra.
En tanto que los poderosos masacran pueblos, invaden las naciones que les da la gana, infiltran con la CIA a todos los gobiernos, torturan sin piedad y fabrican toda clase de armas monstruosas con las que pueden en estos momentos destruir cien mil veces un planeta como la tierra, nos subleva que existan cagones que tiemblen porque seamos capaces de crear, de fabricar nuestras propias cosas.
Yo quedo de veras conmovido ante el inmenso valor político de Chávez, para desafiar tantas malditas cadenas que desde hace siglos nos vienen destruyendo y minando la mente, el cuerpo, el alma.
¡¡¡¡¡¡Qué tremendamente arrecho eres Chávez!!!!!! Cuántos velos de pavor, de miedo, de insuficiencia moral, de cobardía nos has arrancado a todos los latinoamericanos.
Por eso estás provocando una revolución no sólo en Venezuela sino en el mundo.
Se supone para los gringos que todo latino debe nacer con el rabo entre las piernas; debe nacer aterido de pánicos, de temores, de condicionamientos. Y ciertamente para ellos un gringo (hijo de puta) debe ser lo MÁXIMO.
Para los gringos somos menos que niños que no saben lo que hacen.
Somos menos que esclavos.
Por eso Henry Kissinger al referirse a lo que se proponía hacer Allende con su Presidencia, dijo que EE UU no podía permitir actos inmaduros e irresponsables en América Latina.
Ayer, escuchando la alocución del Presidente yo recordaba todas estas cosas cuando porque todo ese atávico pánico me asaltó cuando escuché hablar de lo que nuestras Fuerzas Armadas están produciendo para nuestra defensa. De la fabricación de aviones no tripulados, de radares, centros de comunicación, de la producción de vehículos de guerra, fusiles, pólvora, etc.
Ese mismo miedo atávico se dispara en nosotros (no se diga en los ultra-cagones escuálidos) cuando se habla de que cualquier nación del llamado “tercer mundo” intenta, sin el consentimiento del imperio euro-americano, construir sus propios radares, trenes o sistemas de defensa. Entonces esas alarmas nos dicen que tales decisiones son actos de locura, de bestialidad, de irresponsabilidad, de salvajismo, de violación de cuantos valores o derechos humanos existan y estén por descubrirse sobre la tierra.
En tanto que los poderosos masacran pueblos, invaden las naciones que les da la gana, infiltran con la CIA a todos los gobiernos, torturan sin piedad y fabrican toda clase de armas monstruosas con las que pueden en estos momentos destruir cien mil veces un planeta como la tierra, nos subleva que existan cagones que tiemblen porque seamos capaces de crear, de fabricar nuestras propias cosas.
Yo quedo de veras conmovido ante el inmenso valor político de Chávez, para desafiar tantas malditas cadenas que desde hace siglos nos vienen destruyendo y minando la mente, el cuerpo, el alma.
¡¡¡¡¡¡Qué tremendamente arrecho eres Chávez!!!!!! Cuántos velos de pavor, de miedo, de insuficiencia moral, de cobardía nos has arrancado a todos los latinoamericanos.
Por eso estás provocando una revolución no sólo en Venezuela sino en el mundo.
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