Asesores gringos de Capriles le pidieron no apoyar golpe a Lugo
José Sant Roz
Capriles Radonski tiene a su lado un grupo de asesores internacionales, fuertemente dirigidos por la USAID. Este grupo de asesores hicieron durante un año un estudio de la sicología del venezolano afecto al presidente Chávez, para intentar crear una campaña que subrepticiamente fuese penetrada por un discurso doble, sinuoso, vacuo, ambiguo, muy voluble, que dejase entrever que Capriles en nada afectará las políticas que durante 13 años han favorecidos a los pobres.
Estos asesores, fueron los que le aconsejaron a Capriles que le diera apoyo a las Misiones. Incluso han estado debatiendo el asunto para ver si con cierto formato pueda prometer que los cubanos de la Misión Barrio Adentro, sigan en Venezuela.
El grupo asesor igualmente le han ha pedido a Capriles que comience a usar palabras gruesas, como PENDEJADA, ARRECHERA y JODER.
El día viernes, en pleno candelero de la situación que se estaba viviendo en Paraguay, este grupo asesor estuvo analizando junto con Capriles y sólo a través de un comunicado de prensa, lo que se debía decir acerca de la decisión de cambiar al Presidente Lugo por Federico Franco.
Lo primero que se abordó fue esperar hasta el día domingo 24, por la mañana, para analizar las reacciones de la mayoría de los mandatarios de Latinoamérica. En función a esas reacciones medir una respuesta que no desentonara con esa mayoría. Al ver que se producía una desbandada diplomática en Paraguay, y que hasta gobiernos de derecha como los de Colombia, Chile y México llamaban a sus embajadores, los asesores le aderezaron a Capriles una respuesta, que por supuesto en nada va con su furibunda posición pro-norteamericana, sionista y ultra-católica.
Es así como ayer, estos asesores lanzan un comunicado en el que el candidato a la Presidencia de Venezuela por la Mesa de la Unidad Democrática primero evita opinar sobre la situación política en Paraguay, “aunque dijo no estar de acuerdo con los juicios políticos”.
Confundido Capriles ante la decisión de tener que dar la cara, como siempre ocurre en estos casos, entonces sus asesores tratan de hacer maromas espectaculares, y se escudan diciendo que Capriles desconoce la Constitución paraguaya, la normativa interna de ese país.
Los asesores acordaron colocar: “Sin embargo, debo decir que no comparto que un grupo de personas, en este caso legisladores, tengan el poder de hacer juicios políticos".
El propio comunicado parece lleno de lagunas sibilinas, ese acostumbrado y vago silencio, entre un mar de penosas incógnitas: “es bueno esperar que el ex presidente Lugo aclare algunas dudas”.
Se devanaban los sesos los asesores sólo para estampar lo siguiente: "Soy de los que piensa que el pueblo exige. No me corresponde dar opiniones que puedan significar una injerencia.”
Otra pausa, más vaguedades, y el código encriptado de lo que debe seguir diciendo para no decir nada: “Lo único que sí dejaría a la reflexión es por qué el Presidente aceptó ese juicio político.”
Luego, ante la noticia de que ya el Presidente Lugo estaba en plan de defender su posición política, entonces Capriles varió su discurso y agregó: “Creo que la región espera esa respuesta para saber qué pasa en Paraguay. Esperamos que puedan conseguir un camino para resolver el problema político,...”
Y para rematar, el menjurje típico de sus trotinantes cantinfladas: "Rechazo cualquier acción que coarte la libertad que el pueblo de cualquier país pueda tener un canal para estar informado. No olvidemos que en Venezuela también cerraron un canal de televisión. Creo en la libertad de expresión".
Capriles Radonski tiene a su lado un grupo de asesores internacionales, fuertemente dirigidos por la USAID. Este grupo de asesores hicieron durante un año un estudio de la sicología del venezolano afecto al presidente Chávez, para intentar crear una campaña que subrepticiamente fuese penetrada por un discurso doble, sinuoso, vacuo, ambiguo, muy voluble, que dejase entrever que Capriles en nada afectará las políticas que durante 13 años han favorecidos a los pobres.
Estos asesores, fueron los que le aconsejaron a Capriles que le diera apoyo a las Misiones. Incluso han estado debatiendo el asunto para ver si con cierto formato pueda prometer que los cubanos de la Misión Barrio Adentro, sigan en Venezuela.
El grupo asesor igualmente le han ha pedido a Capriles que comience a usar palabras gruesas, como PENDEJADA, ARRECHERA y JODER.
El día viernes, en pleno candelero de la situación que se estaba viviendo en Paraguay, este grupo asesor estuvo analizando junto con Capriles y sólo a través de un comunicado de prensa, lo que se debía decir acerca de la decisión de cambiar al Presidente Lugo por Federico Franco.
Lo primero que se abordó fue esperar hasta el día domingo 24, por la mañana, para analizar las reacciones de la mayoría de los mandatarios de Latinoamérica. En función a esas reacciones medir una respuesta que no desentonara con esa mayoría. Al ver que se producía una desbandada diplomática en Paraguay, y que hasta gobiernos de derecha como los de Colombia, Chile y México llamaban a sus embajadores, los asesores le aderezaron a Capriles una respuesta, que por supuesto en nada va con su furibunda posición pro-norteamericana, sionista y ultra-católica.
Es así como ayer, estos asesores lanzan un comunicado en el que el candidato a la Presidencia de Venezuela por la Mesa de la Unidad Democrática primero evita opinar sobre la situación política en Paraguay, “aunque dijo no estar de acuerdo con los juicios políticos”.
Confundido Capriles ante la decisión de tener que dar la cara, como siempre ocurre en estos casos, entonces sus asesores tratan de hacer maromas espectaculares, y se escudan diciendo que Capriles desconoce la Constitución paraguaya, la normativa interna de ese país.
Los asesores acordaron colocar: “Sin embargo, debo decir que no comparto que un grupo de personas, en este caso legisladores, tengan el poder de hacer juicios políticos".
El propio comunicado parece lleno de lagunas sibilinas, ese acostumbrado y vago silencio, entre un mar de penosas incógnitas: “es bueno esperar que el ex presidente Lugo aclare algunas dudas”.
Se devanaban los sesos los asesores sólo para estampar lo siguiente: "Soy de los que piensa que el pueblo exige. No me corresponde dar opiniones que puedan significar una injerencia.”
Otra pausa, más vaguedades, y el código encriptado de lo que debe seguir diciendo para no decir nada: “Lo único que sí dejaría a la reflexión es por qué el Presidente aceptó ese juicio político.”
Luego, ante la noticia de que ya el Presidente Lugo estaba en plan de defender su posición política, entonces Capriles varió su discurso y agregó: “Creo que la región espera esa respuesta para saber qué pasa en Paraguay. Esperamos que puedan conseguir un camino para resolver el problema político,...”
Y para rematar, el menjurje típico de sus trotinantes cantinfladas: "Rechazo cualquier acción que coarte la libertad que el pueblo de cualquier país pueda tener un canal para estar informado. No olvidemos que en Venezuela también cerraron un canal de televisión. Creo en la libertad de expresión".
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