miércoles, 20 de junio de 2012


CONSIDERACIONES SOCIO-HISTÓRICAS Y POLÍTICAS  PARA LA CAMPAÑA CARABOBO EN EL ZULIA
Dr. Juan Eduardo Romero J.

INTRODUCCIÓN
                Los antecedentes del comportamiento electoral en el Zulia, durante confrontaciones presidenciales, a partir de la llegada al poder de Hugo Chávez en 1998 deben ser firmemente analizadas, para poder propiciar una campaña que facilite el triunfo electoral en el Zulia.

                Hay dos componentes esenciales que deben ser estudiados. El 1ero, se corresponde con los elementos propiamente dichos de la participación electoral y la relación de votos de los partidos concurrentes. El 2do, a elementos de tipo histórico y cultural, relacionado con los temas de la campaña.

                Con respecto al 1ero, debe señalarse que en el Zulia Chávez registró en 1998 un total de 370.469, distribuido por aportes de las organizaciones políticas siguientes: MVR, MAS, PPT, PCV, IPCN, MEP; GE, SI y AA, con 274.612, 56545, 10811,6215, 6032, 4881, 4839, 3565, 2969 respectivamente. Se observa que hay un aporte significativo proveniente de tres organizaciones principalmente (MVR, MAS y PPT). En las elecciones presidenciales del 2000, el presidente Chávez resulta derrotado en el Zulia, con una diferencia de menos de 10.000 votos (9451), que se corresponde a 312.415 distribuidos entre las organizaciones políticas MVR, MAS, PCV, IPCN, SI, MEP, AA, GE, NRD, PPT y VTV, siendo las más representativas las organizaciones MVR con 232.721, MAS 44.399, PCV con 4485. Se observa en ello una reducción del caudal de votos de las organizaciones MVR, MAS, PPT y PCV.

                En el referendo revocatorio de agosto de 2004, el presidente Chávez obtuvo 605. 383 votos para el No, que representó 53,41% de los votos válidos, contra 530.607 votos por el SI, que porcentualmente correspondió al 46,57%. Es decir, que la opción Chávez obtuvo una ventaja de 74.776. En relación con los procesos de 1998 y 2000, la votación de Chávez tuvo un crecimiento importante al superar la barrera de los 300.000 votos que había obtenido en esos procesos anteriores. Chávez fluctuó en ese período entre los 310.000 y los 370.000 como máximo. Eso significa un crecimiento de 234.914 votos en un período de cuatro (4) años.
                En la elección presidencial de 2006, donde de nuevo se enfrenta con quién ejerció el cargo de gobernador (Manuel Rosales), el presidente Chávez obtiene un total de 724.254 votos, repartidos entre las organizaciones:  MVR (468.732), PPT (60.581), Podemos (58.758), MEP (34.394), PCV (31.961), UPV (9961). Hay una diferencia de 41262 votos en relación con Rosales  que obtuvo un total de 682.992. Eso se traduce que en dos (2) años Chávez tuvo un crecimiento de 118.871 votos.  En las elecciones por la Reforma Constitucional del 2007, celebrada en diciembre de ese año, Chávez ve reducida su votación drásticamente, al sólo obtener 472.462 votos. Una diferencia de 251.792 votos en relación con lo obtenido en 2006. Se observa acá una significativa abstención de los elementos que le dieron su apoyo en las elecciones presidenciales de 2006. Lo interesante de este comportamiento es que se demuestra la falsedad del planteamiento que la opción del presidente siempre ha sido derrotada en el Zulia. 

                En el referendo de 2009, celebrado en febrero de ese año, la opción propuesta por Chávez obtiene 690.753 y la oposición saca 769.742 votos. Es decir, una diferencia a favor de la oposición de 78.989 votos. Sin embargo, en relación a su propia votación Chávez se recupera en el Zulia, pues de haber obtenido 472.462 pasa a 690.753, aunque sigue teniendo perdida en relación con los 724.254 votos que alcanzó en 2006 y que se corresponde con su máximo histórico en el Zulia.

                En resumidas cuentas, se observa que de un total de seis (6) elecciones en los cuales se observa una personalización del voto por el candidato Chávez, obtiene triunfo en tres (3) de ellas, con una votación máxima en 2006 de 724.254 votos.
En el análisis bruto de los datos, se observa una fluctuación de la votación del presidente en el período en cuestión (1998-2009), al analizar estas elecciones como procesos en donde se decide entre apoyar o no al presidente Chávez. Es decir, estamos en presencia de una personalización del voto, y cuando eso ocurre somos testigos que sus triunfos han sido por diferencias marcadas y sus derrotas se caracterizan por no ser significativas, con excepción de la de 2009, en que le sacan una diferencia de casi 70000 votos.

                De esto se deduce, que al contrario de la teoría de la evidencia que pretende construir la oposición, la figura del presidente Chávez no ha tenido grandes rechazos como sí ha sucedido con sus candidatos en el Zulia, cuyos resultados sí bien no son objeto de este análisis, sabemos bien que han sido sometidos a contundentes derrotas. ¿Qué explica estas fluctuaciones? ¿Por qué estos comportamientos tan dispares?

                La respuesta se corresponde con un 2do conjunto de elementos, de carácter socio-histórico y cultural. La dinámica histórica del Zulia – o también conocida por su denominación antigua Provincia de Maracaibo- ha estado signada por un tradicional enfrentamiento de la elite propietaria maracaibera – o marabina según se prefiera- con los grupos de poder que han ejercido el control presidencial desde 1810 hasta la actualidad. En este punto debe entenderse, que las características de la elite ligada a las actividades de exportación por el puerto de Maracaibo han desarrollado un orgullo de clase, que ha sido planteado en términos culturales como un marco interpretativo que define la macro-identidad regional.

                Debemos entender acá la idea de marco interpretativo como un conjunto de valores, símbolos, actitudes, creencias sobre las cuales se desarrolla la actividad cultural y comunicativa, desde la cual los individuos se movilizan, en aceptación o rechazo de un conjunto de acciones políticas, sociales o económicas.

                Desde 1810, la elite propietaria ligada a las actividades de agroexportación desde y por el puerto de Maracaibo, concentró los beneficios del monopolio comercial de productos hacia la zona andina. Las elites rivales de Mérida, Táchira y Trujillo se vieron prontamente desplazadas en su capacidad de imponer su hegemonía producto esencialmente del impulso económico provisto por los cuantiosos ingresos fiscales del puerto. Esos ingresos contribuyeron al fortalecimiento de los grupos familiares de poder, que comenzaron el establecimiento de lazos simbólicos y formales – mediante matrimonios arreglados, compadrazgos, etc-  entre ellos. El período que se desarrolla entre los inicios del proceso de independencia en 1810 hasta 1821 se corresponde – y debe entenderse- como una etapa de auto-conveniente  alineación de la elite maracaibera para obtener mayores beneficios económicos al mantenerse fieles a la corona española. El cambio de rumbo – es decir su alineamiento con la causa nacional independentista- en 1821 debe – asimismo-  ser entendido como la supervivencia de esas elites ante la evidente derrota de las fuerzas leales al Rey de España. Ese cambio no fue fortuito, se dio sobre la base del mantenimiento de los beneficios en la distribución de las rentas aduaneras por parte de esa elite, sin que esa distribución haya sido afectada por el cambio de estatus de colonia a República.

                Entre 1830 a los inicios de la Guerra federal, en 1854, esa elite fluctúa alternativamente apoyando o rechazando al gobierno nacional. Es de recordar la actitud de la elite de Maracaibo contra el gobierno de los Monagas, que conllevo  en abril de  1848 la intervención militar contra los grupos económicos, sociales y políticos que se habían articulado para enfrentarse a la implementación del proyecto nacional, que afectaba los intereses de esos grupos de poder arraigados en la región del Lago de Maracaibo. No sería la 1era ni la única vez, que se produce en el Zulia una articulación de grupos sociales, económicos, políticos y culturales levantando las banderas de “defensa” de la autonomía y resistencia al “abuso del poder central”. Ya en el siglo XVIII esa elite maracaibera había dado muestra de tener incubado en su seno una visión estratégica y hegemónica de protección de sus propios intereses cuando había buscado incorporar – y crear- la Capitanía General de Maracaibo, en franca competencia con la Capitanía General de Venezuela creada por decisión de las Reformas Borbónicas en 1777.
                Con los conflictos propiciados por las ideas liberales contenidas en la denominada Guerra Federal (1859-1864), se creó las condiciones propicias para el avance y consolidación de un proyecto político de claro enfrentamiento – o articulación- con el poder central, dependiendo de las circunstancias – convenientes o no- para esos grupos de poder. La elite maracaibera siempre ha tenido planes operativos alternativos, ligados a sentimientos de secesión. Debe recordarse que en 1821 se debatió entre adherirse a la república de Colombia – como finalmente se hizo- o formar un Estado independiente. Asimismo en 1858, esa misma elite pensó en constituir, conjuntamente con la región del Norte de Santander en Colombia un Estado Soberano, ante las condiciones de cambio político. 

                Todos esos intentos tiene el mismo denominador histórico común: el manejo del simbolismo acerca de la conveniencia para los interese del zuliano. Esa imagen de “conveniencia” es una generalización, pues se basa en confundir los intereses de clase de los grupos minoritarios propietarios con los intereses de los colectivos, usando para ello una teoría de la evidencia, a través de la cual se hace ver que los gobiernos centrales maltratan a los zulianos (maracaiberos).
                Culturalmente, los sentimientos de autonomía, entendida como especial protección de los recursos económicos de la región, han tenido un enorme arraigo en la mentalidad del zuliano desde mediados del siglo XIX. Ese arraigo ha sido utilizado por líderes políticos del momento para “alinear” culturalmente a toda la sociedad zuliana, con todo y su heterogeneidad. Desde José Domingo Ruz, en los años finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, pasando por Rafael Urdaneta, José Aniceto Serrano o Jorge Sutherland y Venancio Pulgar en la 2da mitad del siglo XIX.

                Por lo tanto desde el punto de vista socio-cultural e histórico se tiene un conjunto de características que son necesario comprender para el diseño de una campaña particularizada en el Zulia: 1) la existencia de un gran orgullo identitario, construido sobre una imagen de “eterna” oposición al poder central, 2) articulación de una elite propietaria y política con enormes vínculos familiares, de negocios y culturales entre sí, 3) la amalgama a través del manejo simbólico de esa identidad, estableciendo una diferencian entre quienes defienden al Zulia y quienes lo atacan (ellos-nosotros) y 4) el mantenimiento de formas de aprovechamiento económico y beneficio unilateral de esos grupos elitescos, que en algunos momentos han contado con apoyos extranjeros.

1.       ¿QUE HACER EN EL ZULIA PARA CONTRARESTAR ESA TENDENCIA SECESIONISTA?
Las características socio-culturales, históricas y electorales que hemos relatado deben ser desmontadas en un proceso bien articulado y en etapas. Sostenemos la necesidad de
a)      Particularizar la campaña en el Zulia, dándole elementos que tiendan a desmontar la matriz que el zuliano esta opuesto al presidente Chávez. Para ello es bueno insistir en las propagandas en la falsedad de la versión comunicativa que Chávez “nunca gana en el Zulia”. Se trata de levantar propagandas audiovisuales, radiales, impresas y a través de medios virtuales que divulguen los datos que se han aportado en la 1era parte de este papel de trabajo.
b)      La particularización de esa campaña, se traduce también en desmontar las matrices históricas que esa elite polifuncional ha creado en el sentido que el Zulia – como una unidad orgánica- ha estado enfrentado con el gobierno central. Debe demostrarse que ayer, como hoy – con Rosales y Pablo Pérez- la elite propietaria, política y cultural del Zulia actua para su propio beneficio, usando el orgullo regional en su propio provecho.
c)       Esa particularización debe plantearse un diseño que maneje elementos identitarios que generen una asociación entre Chávez y el Zulia. Ideas que giren en torno a un chavismo zulianizado, un socialismo para el Zulia, o la ya usada imagen verbal del voceo, tan característico del zuliano.
d)      Debe concretarse en este aspecto una visita de Chávez a la Basílica, como un elemento mágico-religioso que lo conecta con la imagen simbólica venerada por los habitantes de esta región.
e)      Debe romperse la asociación que se ha construido entre UNT-zulianidad. Ello lleva a la estructura del PSUV y sus aliados políticos a reforzar manifestaciones de identificación con los intereses de los colectivos en el Zulia. Campañas que reflejen la atención e inversión que ha recibido el Zulia a través del gobierno nacional.
f)       Se implementaría una campaña de guerra sicológica contra  UNT y el candidato Capriles en el Zulia. Esos elementos de guerra, deben hacer generalizaciones acerca de la “traición” de la elite política de UNT a los verdaderos intereses del zuliano y su esfuerzo por lucrarse en lo individual – grupal- al controlar la administración del situado. Para ello debe construirse una propaganda que insista en datos de recurso recibidos y ejecutados – o no- por los gobiernos regionales y municipales.
g)      Debe reforzarse la imagen de buen gobernador que tiene aún el Comandante Arias en la memoria de los zulianos. Para ello, el Comandante debe arreciar la promesa de un Zulia socialista, que gana más articulado con el gobierno central y el proyecto bolivariano.
h)      Esa promesa del Zulia socialista, debe acompañarse con manifestaciones culturales que recojan el Zulia diverso, que haga especial hincapié en la heterogeneidad de las subregiones del Estado y como en todas ellas, se ha favorecido la mejora de condiciones con la acción del gobierno bolivariano.
i)        Deebe dejarse al descubierto que el dúo Rosales-Pérez, al igual que el dúo Sutherland-Pulgar del siglo XIX, utilizaron el “orgullo identitario del zuliano” en su propio beneficio y enriquecimiento.
Estas son sólo algunas de las apreciaciones que considero esenciales para lograr avanzar en el desmontaje de la hegemonía sobre la gobernación y asegurarle el triunfo al Comandante Chávez.
Dr. Juan E. Romero
20 de junio 2012.

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