ABORTADO EL CHANTAJE DE EE.UU.
Pp. Regato
Quito.- La semana que termina estuvo marcada por amenazas veladas o abiertas de parte de congresistas y otros medios norteamericanos en contra de nuestro País, a propósito del sólo anuncio de pedido de asilo por parte del ex agente de la CIA, Edward Snowden, quien reveló la red de espionaje del mayor imperio a países y personas en todo el mundo.
Cuando la amenaza o chantaje parecía que aterrizaba con la terminación de las preferencia arancelarias (el famoso ATPDA), el gobierno ecuatoriano, digno y soberano, hizo abortar dicho chantaje, se les adelantó a la jugada y renunció unilateral e irrevocablemente a tal “beneficio” creado como una compensación a los gastos de los países andinos en la lucha antidroga. ¿Quién puede creer que el mayor consumidor y traficante del planeta esté interesado seriamente en combatir el flagelo?.
El ATPDA funcionó en verdad como chantaje cuando se planteó la salida de los yankees de la Base de Manta, o en la renegociación de la deuda externa y los contratos petroleros; igual manera con el asilo concedido a Julian Assange; y en nuestros días, frente a la Ley de Comunicación y al caso Snowden. En definitiva, la típica política imperial de patio trasero.
Pero nunca faltan los “piti yankkes”, como los llamaba Hugo Chávez, que se lamentan de la medida adoptada por el Ecuador; como que se viene el mundo abajo si hacemos disgustar al “amo” gringo. Son almas de vasallos, que no son capaces de entender que un mundo diferente sí es posible; que cada Estado es soberano en su política interna e internacional; que Ecuador es libre de hacer comercio e intercambio, según sus conveniencias, con cualquier país del mundo.
En cuanto a la política de asilo internacional, no es Norteamérica quien tiene que darnos lecciones de qué hacer, siendo ese País el reducto y amparo de toda clase de delincuentes como los banqueros que asaltaron Ecuador en 1.999 y cuya extradición es negada reiteradamente por Estados Unidos.
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