HORA DE CAMBIOS

Violencia Semiótica contra Hugo Chávez


por MILAGROS RICARDI
Es difícil calcular el número de imágenes (visuales, sonoras o literarias), que circulan por todas partes, para ridiculizar la jerarquía política, la autoridad moral y el aliento revolucionario del presidente de Venezuela. No caeremos aquí en la trampa de reproducir alguna de esas imágenes pero tampoco caeremos en la trampa de guardar silencio ni escaparemos a la responsabilidad de dar la batalla semiótica que nos toca en el escenario mundial de Guerra Simbólica. En última instancia no tendremos miedo de denunciar… (Con miedosos ya están plagadas muchas universidades, casi todas las sectas y muchas burocracias). ¿Suena esto a bravuconada?, ¿A belicoso?, ¿Suena, acaso, a “poco científico”?, ¿Suena a poco serio? Veamos.
El listado de las agresiones alusivo contra el presidente Hugo Chávez, obedece a los aparatos ideológicos más legales de la “Guerra de IV Generación”. Se trata de perpetrar un crimen que, al ridiculizar u ofender al presidente de la nación, atenta contra la voluntad democrática de un pueblo. Y viceversa. Golpe bajo con las intenciones más perversas.
Algunos dirán que es cosa del “sentido del humor”, otros dirán que “ejercen su libertad de expresión”, algunos más dirán que se trata de una “forma didáctica” de ejercer el desacuerdo y la crítica… Hay canallas “tecnológicos” que usan computadoras, cámaras de video, fotografías… los hay que ponen cámaras escondidas, micrófonos y dispositivos para la intercepción de correos electrónicos. No faltan los que espían los ordenadores e incluso los que espían e intervienen los “mail” y los “chats”. Cualquier cosa les sirve para sembrar focos de violencia alusiva cuyo objetivo sea “incendiar”, ridiculizar a un mandatario democrático en la hoguera de la manipulación tecnológica y la “plaza pública” del espionaje. Incluso de lo más privado.
Las imágenes manipuladas son un relato claro de las perversiones que anidan en las mentes de quienes financian y/o realizan retratos para la ofensiva oligarca. Muchos están tecnológicamente preparados y consiguen composiciones cargadas con un gran volumen de violencia psíquica. Usan cualquier escena, de la vida real, de la intimidad, del espacio público… nada detiene a los fines perversos.
Basta con que la imagen ofrezca un lado, un gesto, una debilidad… una intimidad, para que se le use como arma descalificadora, ridiculizante y desmoralizante. Se subordina la tecnología al goce de la degeneración y emerge de semejante coctel una galería monstruosa de iconos o animaciones constitutivos de un arsenal de ideas y gráficas explícitamente terroristas. Muchos se hacen cómplices simplemente con las risotadas ofensivas. Hacen reinar la mentira. Así se empieza.
Hasta hoy, para los nada escrupulosos espías financiados por oligarcas, vale oro -como receta bélica convencional- el golpe moral de someter a ridículo, exhibir como cadáver o mostrar en “actos deshonestos”… la imagen de un líder. Si este es un líder transformador y revolucionario… les inspira mayores odios. Para ellos “todo vale” (menos los argumentos racionales, claro).
Para ellos toda pesadumbre, toda desmoralización, todo miedo y toda duda son terreno codiciado. Su “Alma Mater” es el dinero y su fin último es desmovilizar al enemigo sin importar qué deshonestidad haya que usar. Hay ejemplos en abundancia y se gasta, en ello, millonadas gigantescas. El objetivo es sembrar el caos, sustituir los valores, obligar a creer en lo falso. Representar una tragedia, la muerte, lo irreversible… y destruir la moral y la conciencia del otro. Especialmente si es socialista.