domingo, 25 de septiembre de 2011


El uso inhumano de los derechos humanos
Por: Luis Britto García
Los Estados son soberanos. El artículo 1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela pauta: "son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional".

Nuestro Estado, que representa la soberanía inalienable del pueblo, tiene inmunidad contra las decisiones de otros Estados, y más contra las de órganos no soberanos.

¿Es soberana Venezuela?Pero una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia suscrita el 17 de octubre de 2008 por Luisa Estela Morales contradice la Constitución al afirmar que "resulta imposible sostener una teoría de la inmunidad absoluta o afirmar en términos generales la inconstitucionalidad de las cláusulas arbitrales en contratos de interés general(…)". Como resultado, Venezuela está sometida a la condena por una sucursal del Banco Mundial llamada Ciadi en una veintena de demandas que superan el monto de sus reservas internacionales, y una Corte Interamericana de la OEA pretende anular las sentencias del mismo Tribunal Supremo y declarar inocentes a los corruptos.

Víctima ante tribunal de verdugos

Estados Unidos, el principal violador de los Derechos Humanos en el mundo, no se somete a ningún juzgado internacional. Pero nosotros nos entregamos como mansas ovejas a Cortes influidas por Estados Unidos. Burócratas, jueces y árbitros extranjeros, que desconocen nuestras leyes y además se sienten competentes para declararlas nulas o carentes de efectos, juzgan y condenan sistemáticamente a Venezuela y a cualquier país progresista. Sordos y mudos para las colosales hecatombes en Irak, Afganistán y Libia, drásticos magistrados que jamás tuvieron una palabra para condenar el genocidio de Argentina o Chile ni el del 27 de febrero de 1989 ni el golpe del 11 de abril ni el de Honduras ni el campo de concentración de Guantánamo, se atreven a incriminarnos.

Situaciones que afecten seria y gravemente

Los leguleyos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA durante las cuatro sangrientas décadas de la Cuarta República apenas procesaron cuatro denuncias sobre violaciones de Derechos Humanos en nuestro país (dos interpuestas por el terrorista Posada Carriles). Pero su Informe de 2010 achaca a Venezuela "situaciones que afecten seria y gravemente el goce y disfrute de los derechos fundamentales". Nos asignan la misma categoría que a Colombia, Honduras y Haití, países ocupados por bases estadounidenses, donde el enjuiciado debería ser Estados Unidos y no sus víctimas. Colocar a un país junto con los invadidos es preámbulo de la invasión.

Acusaciones fraudulentas

¿En qué basa la CIDH esta cuasi condena? La casi totalidad de sus pronunciamientos carecen de veracidad y validez porque se sustentan en denuncias presentadas por ONG´S apenas basadas en notas de medios de comunicación parcializados. Porque aducen como pruebas meras suposiciones, presunciones o profecías de hechos futuros, hipotéticos e inciertos, sustentándolas con expresiones tales como "habría", "podría", "sería". Porque intentan suplantar a las legítimas autoridades administrativas, judiciales y legislativas venezolanas decidiendo sobre cuestiones que no han sido sometidas a ellas, o condenando sentencias o leyes que expresan la soberana voluntad popular. Y porque casi nunca aportan datos precisos sobre lugar, fecha y protagonistas de los sucesos, ni pruebas fehacientes. Con tales procedimientos se podría condenar a Jesucristo. Fue lo que el tribunal de los fariseos hizo.

Derechos para los Humanos

El imperialismo usa los Derechos Humanos para negar a los humanos sus derechos. Unasur y la Celac deben crear sus propios órganos defensores. Prescindamos de jueces y juzgados que niegan nuestra soberanía. Venezuela soberana no puede ser condenada, y menos por tribunal de fariseos.

http://luisbrittogarcia.blogspot.com

No hay comentarios:

  EL MUNDO CAMBIARÁ, EL CORONAVIRUS LO LOGRARÁ. Desde que el mundo es mundo, los imperios con sus monarquías y con apoyo de las religiones, ...