lunes, 16 de mayo de 2011

GRACIAS, PRESIDENTE CHAVEZ

Roger Capella Mateo  y Federico Ruiz Tirado

Cuando recibimos el primer mensaje de una persona que queremos mucho, pidiéndonos explicación sobre cómo se iba a deportar a un supuesto revolucionario colombiano a Bogotá, procedente de Suecia, por la "simple" solicitud del Presidente colombiano, no nos habíamos percatado con exactitud de las circunstancias, pero nos pareció llamativa la cósmica velocidad con la que se había irradiado la noticia. Ya eso nos generó mucha suspicacia. Nos dedicamos a saber algo más de los hechos. Un periodista, o dedicado al periodismo, de origen colombiano y exiliado en Suecia, victima de la violencia que azota a Colombia hace décadas, nacionalizado sueco y que según los medios de comunicación dirige una página web, ANNCOL, que entre otros asuntos de interés, publica  informaciones de las FARC, y según entendemos con marcada simpatía. Pérez decide venirse a Caracas un par de días antes de la reunión de cancilleres del Caribe para definir un acuerdo de integración. Que casualidad...
      ¿A que venía el director de ANNCOL? No lo sabemos. Pero no es necesario tanta lucidez para pensar que su presencia en Caracas, sabiéndose solicitado por interpol (alerta roja¡), hubiese generado ruido o comprometido la agenda de reconstrucción  de las relaciones colombo-venezolanas; es decir nuestra política exterior.
       Creemos  que el gobierno Bolivariano, sencillamente ejerció su pleno derecho a hacer respetar su digna y soberana política exterior, sin ambages, claro y raspao. En los días previos,  y sucesivos a la deportación (hasta hoy aún) se produjo un san plegorio nacional e internacional de la izquierda clásica para defender "gloriosamente" al director de ANNCOL y calificando o descalificando al líder del proceso Bolivariano con cualquier clase de epítetos, condenas y excomuniones. Recordamos el texto de la excomunión del padre Miguel Hidalgo i Castilla, símbolo de la libertad Mejicana, realizado por la jerarquía eclesiástica de la época. Caímos en la cuenta del olvido  de lo que era esa suerte de izquierda mono sináptica, rezandera del marxismo - leninismo, invocadores de todos los apóstoles del revolucionar ismo del planeta, los adoradores de la dictadura del proletariado y veneradores de la lucha armada.
      Habíamos pensado, erradamente, que habían comprendido, que el proceso Bolivariano era completamente diferente a todas las experiencias revolucionarias conocidas en el siglo XX. Que habían comprendido que esta revolución había rescatado el hecho democrático, la participación de la gente como sujeto de la transformación y de la libertad como valores esenciales de una revolución.
      Pero no, el ayatolaje pseudovanguardia de la clase obrera, que se autocalifica de revolucionarios, nos hizo recordar  tanto a Alfredo Maneiro y  sus opiniones, como cuando alguien le preguntaba que quien era más revolucionario...Alfredo se reía y respondía sencillamente que él en eso no competía.
       Esa izquierda que de golpe y porrazo cambió a Chávez por Pérez Becerra, es la misma que nunca, ni aquí ni en otra parte del mundo hicieron cambio revolucionario alguno.
        De nuevo recordamos una anécdota de Alfredo. Una vez entró a dar una clase en la escuela de filosofía de la UCV y estaba escrita en la pizarra: "viva la lucha armada" y sin pararle comenzó la clase. El angustiado estudiante que esperaba un comentario de lo escrito, lo increpó. A lo que Alfredo respondió: “cuando yo creía en esa vaina, cargaba un morral en el hombro y un fusil en la mano, no mariquiando con una tiza”. Continuó tranquilamente su disertación.
En su libro Notas negativas, sobre organización y política, año 1971. Maneiro  tuvo el coraje intelectual, después de haber participado activamente en el proceso político  de la década del 60, como guerrillero, de sentenciar: “ En los  últimos 10-15 años la sociedad venezolana, se ha transformado en una medida tan completa e irreversible, que solo un escrúpulo cientificista, impide calificar de radical". Esa misma izquierda (y la que la imita actualmente),  que hoy venera Pérez Becerra como un ícono de la revolución, condenó a Alfredo con su diccionario de calificativos o peor, lo ignoró. Peor conducta tuvieron cuando Alfredo planteó, durante el primer gobierno de CAP, la reducción de la producción petrolera. Algunos saludaron el nacionalismo de CAP y olvidaron su pasado perverso.
         Siempre nos ha preocupado la extraña coincidencia de algunos sectores que se califican de revolucionarios, con los intereses de la macolla del establecimiento gringo.
        La carencia de memoria es a veces proverbial o deliberada. Hay muchos hechos que pudieran citarse. Basta uno. En 1976, unos meses después que la Republica socialista de Cuba había firmado un acuerdo con los EUA (que no es Colombia) contra la piratería aérea, unos "heroicos venezolanos", secuestraron dos aviones  y se los llevaron a La Habana. Responsablemente, el gobierno cubano, detuvo a los secuestradores y los mantuvo detenidos; también a los aviones. Silencio de la izquierda. Época de CAP, que no era precisamente un Santo!
       No deja de sorprender la desvergonzada crítica del Sr Pérez Esquivel, premio Nobel de la paz, argentino, quien, recuerdo, no titubeó en hacer fracasar el recordado acto con el Presidente Chávez y decenas de miles de argentinos, en el que le dimos revolucionaria y antiimperialista sepultura al ALCA, con un congresillo paralelo. Pero no tiene el coraje de devolver su Nobel después de que lo recibiese Obama y toda la mierda que ha hecho después.
       En diferentes medios de comunicación del estado venezolano y en medios del Chavismo hemos visto con indignación la sarta de barbaridades que la jauría izquierdosa descargaba sobre el líder de este proceso revolucionario Bolivariano y que es referencia para todos los pueblos del mundo. Intelectuales, dirigentes regionales del PSUV, hicieron coro en nombre de la ética, la moral y las buenas costumbres. Algunos casi lloraban, casi decían: Dios no existe, pecado, que hacemos ahora?
      Por cierto en días pasados oímos que Villalobos, otrora de la dirección del Frente Farabundo Martí, que no recordamos bien, pero quizás estuvo entre los que decidieron el fusilamiento de Roque Dalton, estaba en Colombia, asesorando a Uribe (pedimos perdón si estamos errados), ¿Cuántos no dicen de su relación con la CIA? Y, de verdad, no queremos que de este párrafo se infiera nada. Pero si creemos en lo  saludable que los ofendidos revolucionarios por la deportación, se leyeran la historiógrafa de Olga Benario o la carta de respuesta de Lenin a Inés Armand sobre su folleto a las mujeres de Europa. O el mensaje a Europa de Thomas Mann, prologado por André Gide o las experiencias de Plavov.
      Después de lo dicho es fácil entender, que junto a la inmensa mayoría de nuestro pueblo, que cree firmemente en este extraordinario proceso Bolivariano y en su Líder fundamental e indiscutible, Hugo Chávez, apoyamos sin titubeos la decisión del gobierno Bolivariano en la deportación de Pérez.
       ¡Gracias Señor Presidente por ejercer con valentía y dignidad la soberanía Venezolana!!
                                                                                  

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