sábado, 28 de mayo de 2011

EN ESTE MOMENTO, LO MÁS IMPORTANTE ES SER VENEZOLANO


Lo que nadie dice de la sanción a PDVSA
Por: Orlando José D´Hoy (*) 




Luego de lo acontecido la última semana con respecto a PDVSA y las sanciones del Gobierno Norteamericano, la misma dinámica que lleva intrínseco el tema del petróleo en el panorama internacional, ha forzado a reevaluar y reformular nuestra opinión del mismo, apuntando tal vez a ser un poco más atrevido que académico en las opiniones personales que podamos dejar plasmadas y obligándonos a fijar posición como todo venezolano al que le duela nuestro patrimonio nacional y nuestro país, independientemente de su postura ideológica o tendencia electoral.  Acciones tomadas por el imperio norteamericano en la última década, como parte de su estrategia política de conquista y expansión del poder y bajo un nuevo concepto de seguridad nacional en el cual se mantiene la noción del miedo o “miedo líquido” y el elemento terrorista como amenaza y justificación de las mismas, nos llevan a analizar detenidamente el gran tablero mundial del “ajedrez de los recursos” y por ende el movimiento inesperado de sus piezas, lo que inevitablemente acarrea alarma, incertidumbre y duda con respecto a la geopolítica aplicada los últimos años en ciertas y determinadas zonas.  A partir del año noventa, la década final del siglo pasado estuvo signada por el lanzamiento de las piezas por parte de EEUU y la OTAN, dueños absolutos de la tecnología militar, para el control de áreas estratégicas y de importantes materias primas, estos movimientos lanzados en diferentes partes del mundo y principalmente la zona del Medio Oriente, pero obviamente con excepción de territorios de Europa y los mismos EEUU,  hoy día ya no solo afectan a países lejanos ubicados en el otro extremo del mundo sino que se concretan aquí, en nuestra propia realidad, en nuestro propio día a día, afectando ya directamente nuestros intereses económicos como Estado y País soberano y donde comenzamos a descifrar la agenda de un plan orquestado desde los principales laboratorios de guerra y colonización para apropiarse del mundo energético, a lo que por ende no escapa Venezuela como principal reserva petrolífera del mundo.  Por ello, a escasos días de haberse tomado el fallo de sancionar a nuestro país, limitando nuestra principal industria: PDVSA a poder efectuar operaciones comerciales y solicitar ayuda financiera a organismos públicos estadounidenses y bajo el argumento del “evidente” apoyo prestado a “países terroristas o que apoyen el terrorismo”, entendemos que es otra la razón para tal medida y no la excusa motivada por la venta de crudo a Irán, país que no solo es miembro de la OPEP y con el cual Venezuela tiene más de 40 años de relación comercial petrolera, sino que y casualmente, acaba de promover una reunión pro países de las reservas del mar caspio, vale además señalar, que esta operación comercial venezolana forma parte de una política de apertura de negocios con países de escasa tradición comercial con la Nación, como lo son China, Libia etc., negociación a la cual, como señalamos ya anteriormente Venezuela tiene derecho autónomo como Estado soberano, pero que obviamente va en contra de los intereses de EEUU.  Es por todo lo anteriormente expuesto, que es inevitable ser más reflexivo y crítico en el análisis del tema para poder explicar y entender la razón de fondo para tal decisión.  Cuando vemos en retrospectiva el “fenómeno político”, o los eventos y estallidos sociales de características homogéneas, que han determinado el acontecer político de los últimos seis meses en el Medio Oriente, han sido estos sucesos, levantamientos y crisis planteada desde un 19 de diciembre del 2010 en países como Túnez, Marruecos, Egipto, Libia, etc., acontecimientos no solo inesperados en la manera de su detonante y la rapidez cómo se desarrollaron, sino también, por el efecto dominó causado en un tiempo tan breve que pocos hubiesen podido vaticinar.  La situación actual en la zona del Magreb, ubicada entre los paralelos 20 y 40, conocida también como  la zona de la crisis y conflicto eterno o el arco de la crisis, la cual acumula más del 70 % de la población mundial y de una fuerte influencia de sunitas y chiitas, es la de un escenario de diferentes crisis políticas en Estados que habían imperado hasta hace muy poco monarquías dictatoriales, e incluso algunas planteadas de manera vitalicia, evidenciándonos en principio y de manera obvia, el fracaso de algunos de estos sistemas de gobiernos y la necesidad de un cambio en su estructura, forma y manera de poder político y de gobierno, casos como el de Egipto y Túnez, donde la crisis social, el hambre, la corrupción, etc., han hecho mella en la prosperidad del ciudadano común y que ha cercenado las oportunidades a las generaciones jóvenes, voces principales en el clamor y gritos de protesta que exigen sistemas de administración política más acordes a las necesidades de los pueblos y los cuales estos últimos vale señalar hicieron gala del uso de medios digitales como el Facebook para la convocatoria a la protesta (“Guerra Digital”) y de You tube para mostrar las barbaries del régimen en el caso de Yemen.  Sin embargo, sería ingenuo creer que en dicho escenario, estos sucesos, son totalmente espontáneos, así como su desarrollo y consecuencias.  Países en los que hasta hace poco EEUU encontraba sus mayores “aliados” y en los cuales aplaudía y apoyaba sus sistemas de gobierno de dictaduras hereditarias, hoy son atacados, señalados  y sumergidos en criticas propias a la de las peores dictaduras y sanguinarios dictadores, hoy EEUU y la OTAN obedeciendo a los grandes intereses económicos y en lo más parecido a una guerra de cuarta generación, atacan, agreden y señalan a quienes hasta hace poco eran sus principales aliados en la zona señalada, en un conflicto bélico que no es otro que la “Guerra por los Recursos”. Tal es el caso de Yemen, Libia, Egipto, Túnez, Argelia, Marruecos, países que hoy se caracterizan tal vez no con la envergadura de vacío de poder producto de la crisis política de Somalia, pero si por contener crisis socio políticas y guerras civiles motivadas por diferentes razones entre ellas históricas, económicas, climáticas, políticas y sociales, todas estas, que muy bien explica Ramonet en su obra “Cinco Causas de la Insurrección Árabe” y de las cuales solo haremos mención, pero que resumiremos en la importancia del elemento geográfico de territorio y de población que conlleva esta zona, en la cual, la OTAN y EEUU buscan decidir la suerte del nuevo enclave tecnológico militar por la importancia estratégicas de estas áreas, para tomar el control del océano indico, el estrecho de Gibraltar, el mar rojo y el estrecho de Ormuz, transito del 60 % del crudo del mundo. Esto con el único objetivo de controlar y garantizar el abastecimiento energético necesario, que ya proyectado para el 2020 y tan solo para cubrir la necesidad del parque automotriz se establece en un consumo de 120 millones de barriles de petróleo por día y que solo en el caso especifico de china, hablamos de un país con una población de 3.000 millones de habitantes, por lo que se vislumbra a futuro una guerra energética y una guerra geo-financiera china, motivadas por su avance significativo en los cinco continentes.  Es por ello, que mucho más allá de las especulaciones podemos afirmar que: EEUU y los países de la OTAN buscan garantizar su suministro energético obligatorio para la sobrevivencia necesaria en los años venideros, para ello harán lo necesario a través del dominio de territorios que garanticen dicho suministro y buscaran en principio intimidar y frustrar  bajo medidas de “exhortación diplomática, vetos y sanciones en reprimenda”, cualquier intento de organización entre los diferentes países dueños de las grandes reservas del mundo que puedan afectar a los intereses directos del imperio, pero incluso serán capaces de ser necesario, de invadir y conquistar por medios bélicos cualquier territorio y dominar cualquier gobierno, que intente enfrentar tal dominio y oponga resistencia al plan establecido, cualquier duda de ello solo habría que preguntar a Muamar el Gadafi y a Hosni Mubarak.
(*) Abg. 
Postgrado en Propiedad Intelectual. ULA.
Est. Maestría Ciencias Políticas. ULA.

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