"El día que se paralizó el mundo "
Por: Adelis Fréitez
Saludos amigos y amigas en agradecimiento por la solidaridad manifestada y demostrada les quiero regalar un adelante de mi libro "Vivir para cantarla" (Vivencias y canciones de Adelis Fréitez), muy pronto a "bautizar" mas bien a presentar. Se trata de un cuento que en este momento tiene una gran vigencia por "los acontecimienos en pleno desarrolo" que ocurren en el IMCA (Instituto Municipal de Cultura de Iribaren), con los compatriotas y colegas músicos de la Orquesta Típica Municipal de Iribarren, a quienes por reclamar sus derechos laborales hoy se les amenaza con intervenirle la Orquesta, para dejarlos a todos sin trabajo, gracias a la actitud prepotente e intolerante de la alcaldesa de Iribarren Prof. amalia Saez, quien no entiende que los procesos culturales y la revolución van a la par, e irremediablemente tendran que converger y por supuesto los que no entienden este devenir de la historia en polvo cósmico se han de volver...
“El día que se paralizó el mundo"
“Sin la música la vida sería un error”
Nietzche
“Una vez los músicos del mundo cansados de tanta injusticia, de que no se les tomara en cuenta y no se les respetara su profesión y su arte decidieron declararse en huelga y no volvieron a cantar ni a tocar más sus instrumentos; se callaron sus gargantas y sus manos no volvieron a acariciar las cuerdas ni las teclas, algunas personas comentaban preocupados “¿ Y ahora que hacemos sin música... ?” y otros los más indiferentes decían : “ Total, pá la falta que hace, al fin y al cabo con eso no se come…”
Pero llegó el segundo día de huelga musical y todo estaba muy oscuro,¡ claro ¡ ese día no salió el sol mayor y no hubo quien alumbrara el planeta y mucho menos pudo salir el sol menor, que por ser menor de edad, Dios no le dio permiso para andar solito por esa oscurana con tanta inseguridad; total nuestro planeta se quedó en la más tétrica penumbra y además había un extraño silencio ...
Las demás notas musicales, algunas andaban trasteando por ahí en los trastes de las guitarras y otras como flotando en el aire sin que nadie las ordenara; huérfanas de amor y para colmo se quedaron sordas, ya no volverían a cantar con la alegría y con la ternura con que ellas solamente podían hacerlo.
El Si Mayor, por ejemplo se convirtió en un NO y andaba pentagrama arriba y pentagrama abajo rezongando y mal humorado hablando solo y diciendo “Ahora NO canto más y punto…”. Esa nota que llaman LA MAYOR, si esa misma que sirve de referencia a los músicos para afinar sus instrumentos, por ser la mayor de todas andaba que se moría de la vergüenza, imagínense ustedes, ella que se la daba de ser la más afinada de todas, ahora sorda como una campana de barro, pues bien ella se encerró en un viejo piano carcomido por el comején y juró no volver a salir nunca más porque no iba a permitir que se rieran de ella, yo por ejemplo no lo haría, sería incapaz de reírme de esa señora porque además a mi me enseñaron a respetar a las personas mayores y más aun cuando son sordas.
Y así todas las notas del pentagrama andaban muy tristes y desorientadas, imagínense ustedes que el FA SOSTENIDO se arrastraba por el suelo, claro como no tenía quien lo sostuviera.
Las corcheas, y no tanto las corcheas, esas que llaman las semicorcheas que siempre andaban por ese pentagrama echando carreras y bochinchando se quedaron paralizadas de la impresión y andaban bostezando y cuajando pereza, y unas a las otras se decían : “ Bueno mijas, si no hay músicos tampoco hay música de aquí no nos mueve nadie ..!” y en efecto así fue, el mundo se quedó prácticamente sin movimiento, el caos de la naturaleza fue total , los pájaros en un gesto solidario no volvieron a cantar y no solamente los pájaros; todas las criaturas de la creación que hacían música se callaron para siempre.
Los sapos , las ranitas y los grillos nocturnos no volvieron a dar sus hermosos conciertos porque cómo ellos le cantaban a la luna, y esa señora cuando supo lo de la huelga de los músicos y lo del caos del planeta se negó a salir, y hasta razón tenía si ya no estaban los poetas que le cantaran coplas bonitas como por ejemplo:
“Hermosa que está la luna,
Redonda cómo una arepa,
Si se llegara a caer,
Qué golpe para mi testa.”
Y es que los poetas y los músicos son casi lo mismo, ellos son locos y se entienden, yo he visto por ahí algunos músicos hablando solos, pero no es que hablan solos, no señor lo que pasa es que algunos músicos tienen un poeta por dentro, y como los poeta por lo general son hablachentos y conflictivos; a veces parece más bien que no se entienden; como unos locos pues ...! por eso será que dicen por ahí “De músico poeta y loco todos tenemos un poco”.
Pero volviendo al cuento, con lo de la huelga de los músicos, los instrumentos se vieron seriamente afectados; por lo menos el violín como no tenía quien le rascara su barriguita se puso ¡ flaquiiiito ..! Los instrumentos de viento no volvieron a sonar nunca más, ¡claro ..! si el viento no volvió más nunca a cantar sobre las copas de los árboles, cómo puede sonar por ejemplo una flauta dulce si no tiene viento; y además la flauta en referencia, era tan dulce pero tan dulce que se la comieron las hormigas.
Al pobre San Antonio, ya nadie le volvió a cantar “Los Sones de Negros”, esos que últimamente llaman “tamunangue,” por cierto que, el que le puso ese nombre debe ser que le tiene rabia a los negros.
Bueno, cómo les vengo diciendo, los instrumentos de “los Sones de Negros” se quedaron en algún rincón, y los usan... ¿ustedes saben para que los usan...? los tienen cómo escaparate para guardar los recuerdos y las nostalgias y van a tener que ponerles bastante neptalina porque a los recuerdos también se los carcome el tiempo... Los tambores están por allá tirados en el solar de una casa, ayer pasé y vi a una gallina que hizo un nido en uno de ellos, para nada porque las gallinas también se declararon en huelga y cómo no podían cacaraquear tampoco volvieron a poner.
Mientras tanto la huelga seguía su curso, apenas habían transcurrido tres días y ya la oscuridad y el silencio eran insoportables, sobre todo el silencio, nadie se imaginó que el silencio absoluto afectara tanto la tranquilidad de los seres humanos.
Era imposible conciliar el sueño y cómo no podían dormir todos los habitantes del planeta aplicaron el viejo e infalible método de contar ovejas, en menos de tres días contaron todas las ovejas que poblaban el planeta, y no dejaron nada que contar, y cómo ya no tenían nada que contar, optaron por ponerse a cantar, pero las palabras les salían sin música, era cómo si todos hablaran a la vez.
Caos total en el planeta, fue entonces cuando todos los gobernantes del mundo decidieron tomar cartas en el asunto, y se reunieron urgentemente en una ciudad que llaman “La Capital Musical”. Discutieron por más de diez días pero no lograron ponerse de acuerdo, decidieron entonces tomar un refrigerio y se recostaron a descansar para luego seguir con la discutidera. Cuando estaban descansando alguien dijo: “Pero bueno pongan una musiquita”, y gritaron los demás: “Que musiquita vale, tu no sabes que los músicos están en huelga..? ¡ “Oye si es verdad hay que ver que la música si hace falta es cómo una necesidad”. En ese momento se les prendió el bombillo a todos. “!.. Ah ya sabemos lo que vamos a hacer, haremos un decreto que diga lo siguiente: “Los pueblos no pueden vivir sin música, porque la música es una necesidad para los hombres”, “Hay que llamar a todos los músicos del mundo para que lo sepan y además les vamos a dar todo lo que pidan para que sigan cantando y tocando”.
Pero cómo éste es un cuento, y los políticos muy pocas veces cumplen lo que ofrecen y sé además que los músicos se conforman con un gran aplauso, vamos pues a brindarle un gran aplauso a los músicos del mundo...” y con éste aplauso volvemos a la realidad de éste otro cuento que les voy a seguir contando...”
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