Cundinamarca registra la peor emergencia en 100 años
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YVKE Mundial / AVN
Todos los municipios de Cundinamarca excepto uno, resultan afectados por las fuertes lluvias. Foto: archivo Noticias y artículos sobre |
A excepción de El Rosal, todos los municipios de Cundinamarca en Colombia enfrentan emergencias y víctimas: 68.000 personas aparecen en los registros como afectadas, 33.000 hectáreas están inundadas (un área superior a la zona urbana de Bogotá) y las pérdidas en la producción e infraestructura agropecuaria suman 215.000 millones de pesos.
La revista Semana detalla en un trabajo publicado este sábado que nunca en la historia del departamento de Cundinamarca se había registrado una emergencia similar. Las incesantes precipitaciones rebasaron la capacidad de los ríos de la región y sus aguas acaban con cultivos, ganado y viviendas. Los deslizamientos mantienen restringidas las vías de comunicación terrestre.
La situación se ha agravado debido a la creciente del río Bogotá, que se inició el viernes 13 de mayo en el Páramo de Guacheneque y cuyas aguas ya anegaron parte del municipio. La inundación más grave se presenta en la Universidad de la Sabana, donde el río abrió de nuevo un boquete en el muro de contención que se había reparado a finales de abril.
El aumento de los niveles del río Frío y del Bogotá han hecho imposible que los habitantes afectados superen la emergencia y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) informó que las lluvias persistirán en los próximos días. Además de la creciente de estos ríos, el río Suárez se desbordó esta semana hacia el lado del departamento de Boyacá e hizo que el Simijaca aumentara su caudal e ingresara al municipio.
Según los reportes de la alcaldía de la zona, 679 familias están damnificadas y cerca de 8.000 cabezas de ganado se perdieron. También los municipios de Fúquene, en Cundinamarca, y San Miguel de Sema y Chiquinquirá, en Boyacá, están en alerta por el riesgo de desbordamiento de la Laguna de Fúquene.
La gravedad de la situación quedó en evidencia a mediados de abril cuando una avalancha proveniente de la quebrada Negra entró con violencia al municipio de Útica y dejó daños en el 85% del casco urbano. Dos personas murieron, 1.050 siguen afectadas y 123 casas quedaron destruidas. El sector floricultor también presenta pérdidas en esa localidad, lo que ha generado angustia en la población porque esa actividad es uno de los mayores generadores de empleo en el departamento.
La revista Semana detalla en un trabajo publicado este sábado que nunca en la historia del departamento de Cundinamarca se había registrado una emergencia similar. Las incesantes precipitaciones rebasaron la capacidad de los ríos de la región y sus aguas acaban con cultivos, ganado y viviendas. Los deslizamientos mantienen restringidas las vías de comunicación terrestre.
La situación se ha agravado debido a la creciente del río Bogotá, que se inició el viernes 13 de mayo en el Páramo de Guacheneque y cuyas aguas ya anegaron parte del municipio. La inundación más grave se presenta en la Universidad de la Sabana, donde el río abrió de nuevo un boquete en el muro de contención que se había reparado a finales de abril.
El aumento de los niveles del río Frío y del Bogotá han hecho imposible que los habitantes afectados superen la emergencia y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) informó que las lluvias persistirán en los próximos días. Además de la creciente de estos ríos, el río Suárez se desbordó esta semana hacia el lado del departamento de Boyacá e hizo que el Simijaca aumentara su caudal e ingresara al municipio.
Según los reportes de la alcaldía de la zona, 679 familias están damnificadas y cerca de 8.000 cabezas de ganado se perdieron. También los municipios de Fúquene, en Cundinamarca, y San Miguel de Sema y Chiquinquirá, en Boyacá, están en alerta por el riesgo de desbordamiento de la Laguna de Fúquene.
La gravedad de la situación quedó en evidencia a mediados de abril cuando una avalancha proveniente de la quebrada Negra entró con violencia al municipio de Útica y dejó daños en el 85% del casco urbano. Dos personas murieron, 1.050 siguen afectadas y 123 casas quedaron destruidas. El sector floricultor también presenta pérdidas en esa localidad, lo que ha generado angustia en la población porque esa actividad es uno de los mayores generadores de empleo en el departamento.
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