Venezuela inició el camino de la Libertad
El 19 de abril de 1810 renació una nueva conspiración, pero, esta vez, fue apoyada por toda la población e incluso los mantuanos, quienes en definitiva decidieron acabar con el yugo español
YVKE Mundial /Juan Lara
LUNES, 18 DE ABR DE 2011. 3:51 PM
El 19 de abril de 1810, un Jueves Santo, fue el escenario de la proclamación de la independencia de Venezuela (Foto: archivo). Noticias y artículos sobre Noticias y artículos sobre |
El 19 de abril de 1810, un Jueves Santo, en Caracas, el cabildo con el apoyo de parte del pueblo y de importantes sectores de las fuerzas armadas, entre los veteranos y las milicias, así como de destacados personajes del clero, la sociedad e intelectuales, se despojó de sus funciones colonialistas al gobernador y capitán general, Vicente Empáran, y a todo su equipo imperial español, enviándolos al exilio.
Camino hacia el 19 de abril de 1810
Fueron muchos los levantamientos en armas que se suscitaron antes del 19 de abril de 1810, pero los más resaltantes fueron: la conspiración de Gual y España en 1797, la expedición libertadora de Francisco de Miranda en 1806 y la conspiración de los Mantuanos en 1808.
En cuanto a la conspiración de Gual y España se puede decir que este movimiento se llevó a cabo en Caracas y La Guaira, por parte de la población de aquel entonces, a excepto de los mantuanos. Fue un proyecto revolucionario fundamentado en los principios de igualdad, fraternidad y libertad de la Revolución Francesa. El nombre de esta rebelión se debió a Manuel Gual, hijo de un militar distinguido que había defendido La Guaira 50 años antes, y José María España, teniente de justicia de Macuto, quienes lideraron la revuelta independentista. Proclamaban que en nombre de la Santísima Trinidad se proponían restituir al pueblo americano su libertad. En la revolución de Gual y España circuló un folleto de los derechos del hombre, que fue impreso en la isla de Guadalupe. Sin embargo, esta movida fracasó antes de estallar. Aunque la conspiración fue bañada en sangre, conmovió la tranquilidad de la sociedad colonial, y generó una honda preocupación en los mantuanos caraqueños, quienes vieron amenazada su posición hegemónica dentro de la sociedad.
Para el año de 1806 vuelve a perturbarse la tranquilidad en las colonias venezolanas, debido que Francisco de Miranda había emprendido una expedición libertadora desde Nueva York hasta Venezuela. Al mando de de tres barcos con oficiales y soldados, en su mayoría norteamericanos, Miranda intentó desembarcar en Ocumare de la Costa, pero varios buques españoles se lo impidieron, teniendo que replegarse. Meses después intentó un nuevo desembarco en Coro, pese a que en esta ocasión logró poner pie en tierra, la población huyó, pues los mantuanos emitieron informaciones como: Miranda viene a quitarnos la religión, las mujeres, el dinero, entre otras más, que tuvieron su efecto. En el buque "Leander", el único que quedó luego de su último enfrentamiento, traía una imprenta con la cual sacó varias hojas con proclamas que incitaban a los venezolanos a combatir por su libertad e independencia. Al fracasar su expedición, Miranda se trasladó a Trinidad y posteriormente a Inglaterra, desde donde prosiguió promoviendo la independencia de Venezuela y de América Latina.
España fue invadida en 1808 por las fuerzas militares de Napoleón Bonaparte, quien alcanzó arrestar al rey Carlos IV y a su sucesor Fernando VII. Este hecho creo un vacío de poder que motivó a los mantuanos caraqueños a promover un golpe de Estado y más aún, que tenían el poder económico a través del control del Cabildo, el Real Consulado y la agricultura, por lo cual aspiraban a obtener el poder político ya fuera Venezuela independiente o por lo menos autónoma. No obstante, la conspiración de 1808 fracasó debido a que el capitán general no accedió a las demandas de los mantuanos, poniendo en prisión a los más exaltados y enviando a sus haciendas a los más moderados.
Sucesos del 19 de abril de 1810
El 19 de abril de 1810 renació una nueva conspiración, pero, esta vez, fue apoyada por toda la población e incluso los mantuanos, quienes en definitiva decidieron acabar con el yugo español. Una vez eliminada la más mínima resistencia en la Península, los notables caraqueños concibieron la constitución de una junta, similar a las formadas en España a fin de regir los destinos de la provincia.
El capitán general, Vicente Empáran, deseoso de ganar tiempo e indeciso ante el camino a seguir, suspendió la sesión del Cabildo. Presionado por los factores de poder presentes en el Cabildo de Caracas, Empáran pronunció las palabras que señalaron el principio del fin del régimen español en Venezuela. Dirigiéndose al pueblo congregado en la plaza, desde el balcón del cabildo, les preguntó si deseaban que él continuase mandando; ante la respuesta negativa de las personas presentes, exclamó Empáran: "¡Pues yo tampoco quiero mando!".
De esta forma, fue redactada el acta en la cual se consignaba el establecimiento de un nuevo gobierno. En la misma se precisaba que el gobernador y capitán general, el intendente de Ejército y Real Hacienda, el subinspector de artillería y el auditor de Guerra y asesor general, así como la Real Audiencia, quedaban privados del mando que ejercían, a la vez que suprimían esas instituciones. El acta del 19 de abril fue firmada por todos los asistentes al Cabildo extraordinario de ese día, incluyendo a los funcionarios españoles depuestos. Los ex funcionarios fueron conducidos luego a La Guaira y encerrados en las fortalezas o confinados a bordo de buques anclados, hasta que se les expulsó. En conclusión, aunque el 19 de abril de 1810 no fue declarada jurídicamente la Independencia de Venezuela, políticamente se produjo un cambio radical que culminó con la declaración 5 de julio de 1811.
Tras años de luchas y perdidas de vidas, por fin, el triunfo de los movimientos revolucionarios logró el propósito anhelado: una patria libre e independiente. Pero, lamentablemente, las riendas de la nación cayeron en manos de los mantuanos, quienes dividieron las fuerzas de unión y hermandad dentro del sur de América y, luego, de forma sistemática, vendieron el patrimonio de estas tierras venezolanas.
El accionar independentista de ese glorioso día repercutió en toda Suramérica y aún permanece vivo; ahora, 200 años más tarde, continúa la lucha por el pueblo venezolano con el fin de que sea el verdadero dueño de las riquezas que la Madre Patria heredó a los hijos e hijas de esos hombres y mujeres, quienes se levantaron en armas contra la hegemonía de los intereses de naciones invasoras. Doscientos años más tarde, el gobierno bolivariano le devolvió la soberanía a los venezolanos y trabaja para que todo el continente se libere de las fuerzas opresoras como es el imperio estadounidense.
Camino hacia el 19 de abril de 1810
Fueron muchos los levantamientos en armas que se suscitaron antes del 19 de abril de 1810, pero los más resaltantes fueron: la conspiración de Gual y España en 1797, la expedición libertadora de Francisco de Miranda en 1806 y la conspiración de los Mantuanos en 1808.
En cuanto a la conspiración de Gual y España se puede decir que este movimiento se llevó a cabo en Caracas y La Guaira, por parte de la población de aquel entonces, a excepto de los mantuanos. Fue un proyecto revolucionario fundamentado en los principios de igualdad, fraternidad y libertad de la Revolución Francesa. El nombre de esta rebelión se debió a Manuel Gual, hijo de un militar distinguido que había defendido La Guaira 50 años antes, y José María España, teniente de justicia de Macuto, quienes lideraron la revuelta independentista. Proclamaban que en nombre de la Santísima Trinidad se proponían restituir al pueblo americano su libertad. En la revolución de Gual y España circuló un folleto de los derechos del hombre, que fue impreso en la isla de Guadalupe. Sin embargo, esta movida fracasó antes de estallar. Aunque la conspiración fue bañada en sangre, conmovió la tranquilidad de la sociedad colonial, y generó una honda preocupación en los mantuanos caraqueños, quienes vieron amenazada su posición hegemónica dentro de la sociedad.
Para el año de 1806 vuelve a perturbarse la tranquilidad en las colonias venezolanas, debido que Francisco de Miranda había emprendido una expedición libertadora desde Nueva York hasta Venezuela. Al mando de de tres barcos con oficiales y soldados, en su mayoría norteamericanos, Miranda intentó desembarcar en Ocumare de la Costa, pero varios buques españoles se lo impidieron, teniendo que replegarse. Meses después intentó un nuevo desembarco en Coro, pese a que en esta ocasión logró poner pie en tierra, la población huyó, pues los mantuanos emitieron informaciones como: Miranda viene a quitarnos la religión, las mujeres, el dinero, entre otras más, que tuvieron su efecto. En el buque "Leander", el único que quedó luego de su último enfrentamiento, traía una imprenta con la cual sacó varias hojas con proclamas que incitaban a los venezolanos a combatir por su libertad e independencia. Al fracasar su expedición, Miranda se trasladó a Trinidad y posteriormente a Inglaterra, desde donde prosiguió promoviendo la independencia de Venezuela y de América Latina.
España fue invadida en 1808 por las fuerzas militares de Napoleón Bonaparte, quien alcanzó arrestar al rey Carlos IV y a su sucesor Fernando VII. Este hecho creo un vacío de poder que motivó a los mantuanos caraqueños a promover un golpe de Estado y más aún, que tenían el poder económico a través del control del Cabildo, el Real Consulado y la agricultura, por lo cual aspiraban a obtener el poder político ya fuera Venezuela independiente o por lo menos autónoma. No obstante, la conspiración de 1808 fracasó debido a que el capitán general no accedió a las demandas de los mantuanos, poniendo en prisión a los más exaltados y enviando a sus haciendas a los más moderados.
Sucesos del 19 de abril de 1810
El 19 de abril de 1810 renació una nueva conspiración, pero, esta vez, fue apoyada por toda la población e incluso los mantuanos, quienes en definitiva decidieron acabar con el yugo español. Una vez eliminada la más mínima resistencia en la Península, los notables caraqueños concibieron la constitución de una junta, similar a las formadas en España a fin de regir los destinos de la provincia.
El capitán general, Vicente Empáran, deseoso de ganar tiempo e indeciso ante el camino a seguir, suspendió la sesión del Cabildo. Presionado por los factores de poder presentes en el Cabildo de Caracas, Empáran pronunció las palabras que señalaron el principio del fin del régimen español en Venezuela. Dirigiéndose al pueblo congregado en la plaza, desde el balcón del cabildo, les preguntó si deseaban que él continuase mandando; ante la respuesta negativa de las personas presentes, exclamó Empáran: "¡Pues yo tampoco quiero mando!".
De esta forma, fue redactada el acta en la cual se consignaba el establecimiento de un nuevo gobierno. En la misma se precisaba que el gobernador y capitán general, el intendente de Ejército y Real Hacienda, el subinspector de artillería y el auditor de Guerra y asesor general, así como la Real Audiencia, quedaban privados del mando que ejercían, a la vez que suprimían esas instituciones. El acta del 19 de abril fue firmada por todos los asistentes al Cabildo extraordinario de ese día, incluyendo a los funcionarios españoles depuestos. Los ex funcionarios fueron conducidos luego a La Guaira y encerrados en las fortalezas o confinados a bordo de buques anclados, hasta que se les expulsó. En conclusión, aunque el 19 de abril de 1810 no fue declarada jurídicamente la Independencia de Venezuela, políticamente se produjo un cambio radical que culminó con la declaración 5 de julio de 1811.
Tras años de luchas y perdidas de vidas, por fin, el triunfo de los movimientos revolucionarios logró el propósito anhelado: una patria libre e independiente. Pero, lamentablemente, las riendas de la nación cayeron en manos de los mantuanos, quienes dividieron las fuerzas de unión y hermandad dentro del sur de América y, luego, de forma sistemática, vendieron el patrimonio de estas tierras venezolanas.
El accionar independentista de ese glorioso día repercutió en toda Suramérica y aún permanece vivo; ahora, 200 años más tarde, continúa la lucha por el pueblo venezolano con el fin de que sea el verdadero dueño de las riquezas que la Madre Patria heredó a los hijos e hijas de esos hombres y mujeres, quienes se levantaron en armas contra la hegemonía de los intereses de naciones invasoras. Doscientos años más tarde, el gobierno bolivariano le devolvió la soberanía a los venezolanos y trabaja para que todo el continente se libere de las fuerzas opresoras como es el imperio estadounidense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario