El Día de la Tierra es una fecha festiva celebrada en muchos países el 22 de abril. Se instauró la efeméride para concienciar sobre los problemas de la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger el Planeta
La primera manifestación tuvo lugar el 22 de abril de 1970. En esta convocatoria participaron dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias y centenares de comunidades. En 1972 se celebró la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo, cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales y que se instituyeran las políticas necesarias para erradicarlos.
A partir de entonces, cada año, el mundo entero reflexiona y se moviliza por una Tierra mejor.
Parte del discurso pronunciado por Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en la Cumbre Climática de las Naciones Unidas, en Copenhague, Dinamarca, el 16 de diciembre de 2009:
Señor Presidente; Señores, señoras; Excelencias; amigas y amigos:
Les prometo que no voy a hablar más que el que más ha hablado esta tarde aquí.
Permítanme un comentario inicial, que hubiera querido hacer como parte del punto previo que fue ejercido por la delegación de Brasil, de China, de India, de Bolivia -nosotros estábamos allá pidiendo la palabra, pero no fue posible tomarla.
Dijo la representante de Bolivia -saludo, por cierto, al compañero presidente Evo Morales, quien está por allí (Aplausos), presidente de la República de Bolivia-, entre otras cosas, lo siguiente -tomé nota por aquí-: “El texto presentado no es democrático, no es inclusivo.”
Yo venía llegando apenas y estábamos sentándonos cuando oímos a la Presidenta de la sesión anterior, la Ministra, decir que venía un documento por ahí, pero que nadie conoce. Yo he preguntado por el documento, aún no lo tenemos; creo que nadie sabe de ese documento, top secret. Ahora, ciertamente la camarada boliviana lo dijo: “No es democrático, no es inclusivo.”
Ahora, señoras, señores, ¿acaso no es esa precisamente la realidad de este mundo? ¿Acaso estamos en un mundo democrático? ¿Acaso el sistema mundial es inclusivo? ¿Podemos esperar algo democrático, inclusivo del sistema mundial actual? Lo que vivimos en este planeta es una dictadura imperial y desde aquí la seguimos denunciando: ¡Abajo la dictadura imperial y que vivan los pueblos, la democracia y la igualdad en este planeta! (Aplausos.)
Esto que aquí vemos es reflejo de ello: exclusión. Hay un grupo de países que se creen superiores a nosotros los del Sur, a nosotros el Tercer Mundo, a nosotros los subdesarrollados, o como dice el gran amigo Eduardo Galeano, nosotros los países arrollados como por un tren que nos arrolló en la historia.
Así que no nos extrañemos pues de esto, no nos extrañemos: No hay democracia en el mundo, y aquí estamos, una vez más, ante una poderosa evidencia de la dictadura imperial mundial.
Aquí subieron dos jóvenes; afortunadamente, los agentes del orden han sido decentes, algún empujón por ahí, y ellos colaboraron, ¿no? Allá afuera hay mucha gente, ¿saben?; claro, no caben en este salón. He leído por la prensa que hubo algunos detenidos, algunas protestas intensas ahí en las calles de Copenhague, y quiero saludar a toda esa gente que está allá afuera, la mayor parte de ella jóvenes (Aplausos). Claro, son jóvenes preocupados, creo que con razón, mucho más que nosotros, por el futuro del mundo. La mayoría de los que estamos aquí tenemos el Sol a la espalda; ellos tienen el Sol al frente y están muy preocupados.
Uno pudiera decir, señor Presidente, que un fantasma recorre Copenhague, parafraseando a Carlos Marx, el gran Carlos Marx. Un fantasma recorre las calles de Copenhague, y creo que ese fantasma anda en silencio por esta sala, por ahí anda entre nosotros, se mete por los pasillos, sale por debajo, sube. Ese fantasma es un fantasma espantoso, casi nadie quiere nombrarlo. ¡El capitalismo es el fantasma! (Aplausos); casi nadie quiere nombrarlo, es el capitalismo. Ahí rugen los pueblos, ahí afuera se oyen.
Yo venía leyendo algunas consignas que hay en las calles pintadas, y creo que esas consignas de estos jóvenes algunas de ellas las oí cuando iban el joven y la joven allá. Hay dos de las que tomé nota, se oyen, entre otras, dos poderosas consignas: Una: “No cambien el clima, cambien el sistema” (Aplausos), y yo la tomo para nosotros: No cambiemos el clima, cambiemos el sistema y, en consecuencia, comenzaremos a salvar el planeta. El capitalismo, el modelo de desarrollo destructivo está acabando con la vida, amenaza con acabar definitivamente con la especie humana...
Como usuarias y usuarios podemos proteger el planeta sin salir de casa, la Tierra se verá beneficiada.
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