Para la mayoría de salvadoreños, 1000 dólares representa una fuerte cantidad de dinero. Mil dólares por cada miembro de la familia sería casi imposible de pagar para muchos, especialmente cuando la familia es numerosa (una familia de cinco personas tendría que pagar $5,000 dólares). Ahora imagínense tener que pagar $1000 dólares por cada habitante de El Salvador!
Así de enorme es la deuda externa que el Gobierno de El Salvador -en el fondo nosotros, el pueblo- tendría que pagarle al mundo si a Mauricio Funes le aceptan los mil quinientos millones de dólares de financiamiento que busca con diligencia. De acuerdo a los números proporcionados por Indexmundi.com la deuda externa per cápita de El Salvador es actualmente $770 dólares. Al sumarle los $1,500,000,000 de préstamos, la deuda externa de El Salvador subirá a $1000 dólares por cabeza, o 19% del producto interno bruto per cápita. ¿Cuántos salarios mínimos? Haga usted la cuenta!
Mientras esta gigantesca deuda no se reduzca significativamente, ningún gobierno de El Salvador (pasado, presente, o futuro) podrá bajar o eliminar impuestos....que nunca pagan los ricos! Es por esto que El Salvador cuenta con un Impuesto al Valor Agregado (IVA) mucho más alto que el de Estados Unidos (13% versus 8.75%). Con la diferencia de que en Estados Unidos no se cobra IVA sobre alimentos ni medicinas.
Si sumamos el impuesto sobre la renta (entre 10% y 20%) que en promedio es 15% y asumimos que el 100% de los salarios se gasta en consumo, hablamos de que el trabajador salvadoreño promedio paga, más o menos, 28% de su salario al fisco. Nueve puntos porcentuales arriba que la deuda externa per cápita dirán algunos; sin embargo, hay que tomar en cuenta que la fuerza laboral salvadoreña es sólamente 40% de la población total. En otras palabras, Hacienda recolecta sólo el 11% del salario per cápita salvadoreño. Es decir, 8 puntos porcentuales abajo de la deuda externa por cabeza.
Si a lo que el Fisco dice que recolecta en concepto de IVA y Renta le restamos el presupuesto de los Ministerios y demás entidades estatales, el monto en dólares restantes sólo alcanza para pagar los intereses acumulados sobre la deuda de la nación. Ahora es fácil comprender el racimo de impuestos secundarios que nos lastiman la billetera día a día. Impuesto sobre la gasolina, sobre las llamadas desde el exterior, FOVIAL y pare de contar.
Si a esto le sumamos el derrumbe económico mundial y la marejada de extorsiones y homicidios que matan los incentivos para invertir y generar empleos, así como la evasión fiscal, robo de cotizaciones, contrabando, etc. nos da como resultado un país que se revuelca en la bancarrota, esperando un Gobierno milagroso de funcionarios honestos que abogue por la condonación de la deuda.
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