domingo, 24 de abril de 2011

A todas las mujeres y los hombres de abajo que luchan en sus territorios por una vida digna, al EZLN, la Otra Campaña y la Zezta Internacional


Compañeras y compañeros,
Ante la muerte cotidiana, producto de la violencia de Estado y que está marcando nuestro presente, ante el asesinato de nuestra hermana Bety Cariño, nos hacemos múltiples cuestionamientos que seguirán marcando nuestro camino. En esta confusión que se vive, difícil es encontrar respuestas si no sentimos y compartimos el dolor del otro y de la otra. Si no vemos y entendemos quién está muriendo y por qué está muriendo, no encontraremos nuevos horizontes y seguiremos preguntando la cifra y los números de esta guerra falsa contra el “crimen organizado”.
¿Hacia dónde caminar con tanta rabia? ¿Hacia dónde gritar con tanto dolor? Preguntas que van retumbando en cada rincón de este país. Pero mientras el tiempo y el desprecio del arriba avancen, abajo se generan nuevas respuestas gracias a los ecos que se intercambian en cada punto cardinal. Respuestas que nos avisan que el camino es abajo y la rabia y la organización deben estar contra el arriba.
Los políticos y su aparato estatal son el rostro público de esta guerra. No hay duda que su crisis y el desmoronamiento que se vive ahí, es síndrome de lo que nos pasa aquí abajo. Hoy más que nunca, el discurso y la palabrería de los gobiernos se convierten en algo opuesto a la necesidad de Nosotr@s, así sus planes de seguridad y sus estrategias sociales son incompatibles con lo que Nosotr@s tejemos a diario, en silencio.
Nuestras muertas, nuestros muertos, han dejado claro que en esta guerra abierta contra la población, hay quien gana y quien pierde. Tal vez se podría pensar que ellos ganan al imponer el miedo, pero no es así, ese miedo se está venciendo. Los daños colaterales no existen: son nuestras hermanas, hermanos, padres, hijos, los que día a día están siendo asesinados; en ciudad Juárez, Oaxaca, Chiapas, Monterrey, Tamaulipas, Morelos, donde la el dolor y la rabia, nos llaman a gritar “Estamos hasta la Madre! “Nuestro ¡YA BASTA!” crece y nuestros muertos, nuestras muertas, dejan de ser números para volverse rostro, rostros de la digna rabia.
El poder pensó ganar cuando la represión se hizo presente en el 2006, en Oaxaca, en Atenco y en Pasta de Conchos… NO!, ahora vemos cómo estos sólo fueron procesos de gran aprendizaje para el pueblo, que cada día se organiza, lucha y resiste para poder construir otras formas de vida y lograr que la solidaridad se manifieste como principio.
Del proceso del 2006, nace una propuesta que verá la luz en enero del 2007, el Municipio Autónomo de San Juan Cópala, en la Región Triqui de Oaxaca. Ahí se fue desarrollando el trabajo de los compañeros Triquis ante las diferentes problemáticas que vivían en su territorio. También ahí se hizo presente la solidaridad con el Municipio: CACTUS fue partícipe de lo que ahí se generaba y fue conociendo la propuesta de los compañeros. Sin embargo, frente a esa propuesta no se hizo esperar la represión, el asesinato de Tere y Feli (locutoras de la radio comunitaria “La Voz que Rompe el Silencio”), era un inicio, una muestra de lo que venía. A pesar de intentos de paz, hacia finales del 2009, el acoso y la represión contra la población de San Juan Copala aumentaron.
Para romper el silencio surgió una iniciativa que se llamó “Caravana Humanitaria”, el 27 de abril del 2010, partió de Huajuapan de León, con la esperanza de poder visibilizar la situación tan grave que se vivía en San Juan Copala. Ahora se cumple un año de esta acción donde fueron asesinados Bety Cariño y Jyry Jaakkola.
El conflicto en la Región Triqui no es nuevo, sin embargo los gobiernos estatal y federal nunca garantizaron las condiciones para que se pudieran desarrollar diálogos que permitieran un proceso de paz, buscando sólo administrar el conflicto y mantener intacto su poder. Por eso propiciaron la estrategia paramilitar, que permite responsabilizar a los habitantes de sus propias muertes. Su política nunca buscó resolver el conflicto, sino controlar a la población. Así lo vemos en Oaxaca, así lo vemos en Chiapas.
La caravana humanitaria fue un acto de solidaridad ante la muerte, ante el desprecio por el otro, pero lo que logró, no sólo fue visibilizar el conflicto, sino que además mostró el nivel tan alto de impunidad que padecemos, la ausencia total del Estado de derecho que tanto pregonan los gobiernos federal y estatal, y su responsabilidad directa en las muertes que desde el 2009 provocó el cerco paramilitar, incluyendo las muertes de Bety y Jyri.
Matar a una luchadora social y a un compañero solidario internacionalista, se convierte en una herramienta para profundizar el miedo a quienes protestan por un mundo con dignidad y justicia.
Los malos gobiernos dicen que buscan la paz, pero ya nadie cree, ya nadie quiere seguir escuchando. Sabemos que ellos son los responsables, sabemos que ellos profundizan la impunidad y se esconden tras sus falsos argumentos. Sabemos que junto a los autores materiales de los asesinatos y atropellos, sus órdenes están presentes. ¿Así pueden administrar un conflicto? ¿No tienen vergüenza?
Cosecha de la Esperanza
Ante este panorama, para nosotr@s el horizonte es claro. No hay duda que lo que tenemos que hacer ya se dijo y en esta época de incertidumbre lo estamos escribiendo a diario. Ante el dolor y la rabia, aparecen mujeres como tú que deciden caminar contra el opresor, mujeres que están dispuestas a permanecer protestando fuera de un palacio de gobierno y no tener miedo, porque primero están sus hijos, sus hijas, hombres como ese padre poeta que nos llama a trastocar los débiles cimientos de las estructuras que promueven la muerte para seguir operando. Compañer@s que están escribiendo la historia sin quererlo y que nos guían en esta insurrección por la vida, ante ustedes nuestro más profundo respeto y solidaridad.
Para ti Pitaya Roja.
Recordamos, Bety, que nos decías que había que sembrar sueños en donde pudiéramos, que sembráramos semillas de rebeldía y que las esperanzas brotarían como flores. Su cosecha representaba el mañana, la posibilidad de construir nuestro propio camino.
Cosechamos la esperanza hermana, cosechamos con los pies descalzos para oír el vibrar de tu tierra y así avanzar contra quien nos desprecia y nos humilla. En este ciclo del sol que se cumple este 27 de abril, te decimos con la cabeza en alto, que aquí estamos, que eres raíz de nuestra rebeldía. Que tu muerte no fue en vano y que tu ejemplo da fuerza a tu pueblo Ñuu Savi y a otr@s a las que tu palabra ha llegado. Como se dijo en tu siembra, no moriste, no te fuiste, no te olvidamos, aquí más que nunca sigues presente. Tus herman@s de lucha, tus compañer@s de vida, tus hij@s, te recordamos con el corazón ardiendo, contigo y con nuestr@s muert@s cosechamos la esperanza, fruto para la vida y la historia por venir.
Gracias Bety Cariño, gracias por la enseñanza profunda.
Gracias Bety Cariño, gracias por trotar el mundo rebelde.
Gracias Bety Cariño, gracias por luchar y defender tu pueblo.
CACTUS
Mixteca Oaxaqueña
2011
Invitación al encuentro político-cultural, a un año de la siembra de Bety Cariño y Jyri Jaakkola:
LA COSECHA DE LA ESPERANZA” [en el marco de la Acción Comunitaria-Global por la Justicia y la Dignidad] http://tiempodelospueblos.saltoscuanticos.org/es/node/41

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