Nuevamente queda demostrado que la ONU no es más que una instancia internacional donde se legaliza – desde la perspectiva imperialista - las atrocidades cometidas por EEUU y sus aliados.
Repugnante e Indignante ha sido la decisión tomada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas este jueves 17 de marzo, por tanto la repudiamos. La aprobación de la intervención militar de las potencias mundiales sobre territorio libio, no es más que una nueva campaña del terrorismo mundial imperialista contra la humanidad.
La voracidad capitalista es insaciable, no importa cuánta sangre deban derramar, cuantos seres inocentes deban asesinar, cuántos niños deban destruir moral y físicamente. Sin lugar a dudas las manos del imperio yanqui están llenas de sangre inocente de todas las etnias, religiones e ideologías, lo cual queda demostrado con la política guerrerista impulsada desde la Casa Blanca en todas las administraciones que por allí han pasado.
Consideramos que ha sido vergonzoso que países como Rusia, China y Brasil se conformaran con abstenerse de votar y no fijar una posición más firme en contra del intervencionismo militar yanqui. A estos gobiernos les hacemos un llamado de atención; Indistintamente las contradicciones que podamos tener o no, es fundamental frenar la política xenófoba y genocida del gobierno norteamericano, así como la de sus más cercanos gobiernos mercenarios (Francia, Reino Unido, Israel, Colombia, etc.).
Todo indica que el pueblo libio transitará el mismo cruento recorrido que le ha tocado peregrinar a Irak y Afganistán.
Aprovechamos para expresar la solidaridad de la militancia del movimiento Tupamaro con el pueblo libio; rechazamos la decisión intervencionista emanada en la ONU, organismo el cual, se deslegitima cada día más con este tipo de decisiones.
Asimismo, ratificamos nuestro absoluto respaldo, a la posición asumida por el gobierno revolucionario venezolano liderado por el camarada Hugo Chávez, en cuanto al rechazo del intervencionismo extranjero en los problemas internos del pueblo libio, lo mismo que la propuesta hecha en torno a la necesidad de conformar una comisión internacional que abra los caminos de la paz en el país norafricano.
El gran error de Gadafi fue creer que abriendo las puertas de Libia a las grandes corporaciones transnacionales, estos les perdonarían el haber sacado a patadas el colonialismo imperial, debemos vernos en ese espejo y estar claro que cualquier concesión o conciliación con nuestro enemigo de clases será aprovechada por estos para destruir a nuestra revolución bolivariana.
NI PACTO NI NEGOCIACIÓN PROFUNDICEMOS LA REVOLUCIÓN
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