Por: Eleazar Díaz Rangel
Hace poco el presidente Evo Morales hizo un anuncio oficial que debió conmover a los bolivianos y sorprender a los chilenos. Dijo que su país reclamará en los tribunales y organismos internacionales la salida al mar que perdieron hace 128 años en "la guerra del Pacífico" (1879-1883).
Inmediatamente pidió al Congreso que ratificara el llamado Tratado de Bogotá de 1948 para la solución pacífica y negociada de los problemas en la región. Bolivia fue el único país cuyo Congreso nunca lo ratificó y es lo que se hará ahora para abrirle paso a esa vía de rescate no sólo de la salida al mar, sino de 158 mil kilómetros cuadrados perdidos con Chile, vencedor de esa guerra contra bolivianos y peruanos. Valga recordar que en octubre de 1885, después de tres años de ocupación, el Ejército chileno se retiró de Lima.
Antes ambos países fueron obligados a firmar, el 4 de abril de 1884, un tratado mediante el cual Bolivia perdió sus 480 kms de costa y un territorio casi tan extenso como el de los estados Zulia, Guárico y Barinas juntos, y Perú 36.000 km2.
La respuesta chilena fue inmediata: es inaceptable una burla al proceso de negociación. Deben escoger entre seguir negociando o ir a los tribunales. Parece que se romperá ese proceso de búsqueda de solución que mantiene las relaciones rotas desde hace décadas, y que se armonizaron con el gobierno de la Bachelet cuando Evo estuvo en su toma de posesión. Mientras, en La Paz se preparan para el litigio internacional y creen ingenuamente que será posible recorrer ambos caminos, negociar y litigar.
La respuesta chilena fue inmediata: es inaceptable una burla al proceso de negociación. Deben escoger entre seguir negociando o ir a los tribunales. Parece que se romperá ese proceso de búsqueda de solución que mantiene las relaciones rotas desde hace décadas, y que se armonizaron con el gobierno de la Bachelet cuando Evo estuvo en su toma de posesión. Mientras, en La Paz se preparan para el litigio internacional y creen ingenuamente que será posible recorrer ambos caminos, negociar y litigar.
¿De dónde le salió a Evo Morales ese brusco cambio en algo de tanta importancia y proyecciones? El canciller Choquehuanca ha dicho que "es un asunto de interés interno", sin mayores explicaciones. Rastreada la prensa boliviana, se deduce que la oposición pensará que es una manera de distraer la atención del país en momentos de dificultades internas, otros que se trata de presiones de sus Fuerzas Armadas. Quién sabe que hay detrás de esa decisión.
Esa guerra empezó hace 132 años por razones económicas. Entre Chile y Bolivia existió siempre el desierto de Atacama, inhóspito, improductivo, "triste, pobre, árido", que no les llamaba la atención a sus vecinos, hasta que se descubrieron, en 1840, grandes depósitos de salitre y guano, que, codiciadas por los chilenos, comenzaron lentamente a avanzar hacia el Norte, incluso se posesionaron del territorios miles de trabajadores para explotarlo. Habían llegado las compañías y, por debajo, el capital inglés.
Esa guerra empezó hace 132 años por razones económicas. Entre Chile y Bolivia existió siempre el desierto de Atacama, inhóspito, improductivo, "triste, pobre, árido", que no les llamaba la atención a sus vecinos, hasta que se descubrieron, en 1840, grandes depósitos de salitre y guano, que, codiciadas por los chilenos, comenzaron lentamente a avanzar hacia el Norte, incluso se posesionaron del territorios miles de trabajadores para explotarlo. Habían llegado las compañías y, por debajo, el capital inglés.
La guerra del Pacífico. El caso es que en febrero de 1878, Bolivia estableció un impuesto de 10 centavos por cada quintal de salitre que se exportara. Las protestas de la Compañía del Salitre y del Ferrocarril fueron apoyadas por el gobierno chileno, que la hizo cuestión de Estado, y las relaciones se hicieron tensas. Un disparo iniciaría la guerra. El 14 de febrero de 1879, la marina chilena se apoderó del puerto boliviano Antofagasta. La guerra había comenzado. Bolivia la declara formalmente el 1° de marzo, y un mes después lo hace Perú en virtud de un acuerdo secreto de alianza.
Como pocas veces, en esta guerra también muere la verdad en las primeras de cambio. La agencia Havas se había establecido en 1876 pero no alimentaba a la prensa suscrita, por carecer de noticias del conflicto. Apenas noticiaron el hundimiento del peruano "Huascar" por el "Esmeralda". El boletín diario de Havas sólo publicó en todo el año 1880 dos notas sobre América Latina, una de ellas "referido a la advertencia de EEUU ante cualquier potencia europea que pretendiera intervenir como mediador", en el conflicto. En ese año, el 25 de mayo, ocurre la batalla de Alto de la Alianza en Tacna, donde son derrotadas las fuerzas de Bolivia y Perú, y en 1881 el ejército chileno entra en Lima; el 14 de octubre del 83, rendición de Arequipa de peruanos y bolivianos, y el 4 de abril, Chile les impone un tratado de paz.
Hasta el sol de hoy, cuando Bolivia, por razones de orden interno, ha creído llegado el momento de formular la reclamación en La Haya y organismos internacionales para tratar de recuperar lo perdido hace más de un siglo.
edrangel@cadena-capriles.com
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