miércoles, 30 de marzo de 2011

AGRICULTURA SUSTENTABLE

Pueblos del Mundo cultivan alimentos en azoteas y terrenos urbanos

La propuesta del presidente Hugo Chávez para el cultivo orgánico y el aprovechamiento de espacios urbanos para la agricultura fue objeto de burlas por sectores de la derecha que, aunque darían la vida por Estados Unidos, en su profunda ignorancia, no saben que hasta este pueblo lo practica.
  
YVKE Mundial / Shauki Expósito / Agencias

Al lado de parques infantiles en ciudades latinoamericanas ya se ven este tipo de cultivos. (Foto: Archivo)

Al lado de parques infantiles en ciudades latinoamericanas ya se ven este tipo de cultivos. (Foto: Archivo)
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En Estados Unidos se cultiva casi cualquier semilla en los jardines.(Foto: Archivo)
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La propuesta es que las edificaciones aprovechen sus espacios para el cultivo de alimentos. (Foto: Archivo)
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Las verduras y hortalizas salen directamente del suelo a las manos de quien las comerá. (Foto: Archivo)
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El cultivo en huertos urbanos lo desarrollan barriadas en Estados Unidos desde 1990. (Foto: Archivo)
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Los vegetales vienen frescos sin necesidad de ningún aditivo químico. (Foto: Archivo)
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En Madrid, los huertos urbanos también son utilizados como sitios para el turismo ecológico. (Foto: Archivo)
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Las terrazas mexicanas son ahora productivas en materia alimentaria.(Foto: Archivo)
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Cualquier rincón en un gran hotel o en una pequeña y humilde casa es un lugar propicio para esta práctica. (Foto: Archivo)
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Azoteas en toda Europa comienzan a ser "cultivadas". (Foto: Archivo)
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El cultivo hidropónico es una opción viable. (Foto: Archivo)
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Ingeniería popular, un nuevo macetero hecho con bolsas de desecho y ganchos para vitrinas, en este lugar en vez de adornos de cerámica, crecen lechugas. (Foto: Archivo)
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Terrazas elevadas ayudan a mantener a los alimentos libres de contaminación. (Foto: Archivo)
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Cualquier tipo de estructura urbana es un espacio útil. (Foto: Archivo)
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Comunidades completas están entusiasmadas con la iniciativa ecológica y económica. (Foto: Archivo)
Para muchos científicos, biólogos, ecólogos, economistas y políticos, la salida a la crisis alimentaria, sanitaria y social que actualmente atraviesa el Planeta puede encontrarse aprovechando los espacios que el mismo hombre ha afectado, esos lugares dónde habita y en los que se han destruido ecosistemas completos.

Esta idea no es nueva se habla desde la década de los 90, de aprovechar espacios para los llamados cultivos urbanos, desde un balcón hasta una azotea de un importante hotel pueden servir para este fin.

Experiencias inteligentes locales se hacen globales en la necesidad de garantizar una mejor calidad de vida, por ejemplo un hotel puede contar con su propio terreno de cultivo en su azotea o ventanas, y así garantizar alimentos para sus restaurantes.

Este tipo de ideas han motivado a Gobiernos africanos y árabes, a vecindades y comunidades en Europa y Norte América, y por supuesto ha sido promovido por nuestro proceso revolucionario, pese al descrédito que algunas mentes ancladas y vencidas han querido hacer del mismo.

La experiencia en Estados Unidos

Desde 1991, el Proyecto de Alimentos, por su nombre en inglés The Food Project, ha construido un modelo nacional de participación de los jóvenes en el cambio personal y social a través de la agricultura sostenible urbana.

Cada año, un centenar de adolescentes y miles de voluntarios de Estados Unidos se instalan en la granja de 37 acres para producir alimentos de calidad, este terreno se encuentra en el este de Massachusetts cerca de las ciudades de Beverly, Boston, Ipswich, Lincoln y Lynn.

Los alimentos se distribuyen a los mercados de agricultores, y organizaciones no gubernamentales de alivio del hambre.

Los jóvenes que trabajan en el programa tienen una experiencia laboral valiosa y una conexión personal con el sistema alimentario y los temas de la justicia alimentaria, ante la carencia de una política clara en materia educativa de esta área en los Estados Unidos.

Además de producir y distribuir alimentos, The Food Project ayuda a otros grupos a desarrollar sus propios programas a través de sus comunidades.

Los Jardineros-Vecindarios

Personas profesionales que nunca han tomado un rastrillo se convierten en jardineros durante varias horas en su tiempo libre en los barrios de Roxbury y Dorchester desde 1998. Dentro de un radio de cinco kilómetros hay más de 160 jardineros.

Estos nuevos jardineros aprenden en sus propios vecindarios la importancia de producir alimentos libres de químicos, seguros y sanos.

El trabajo en estos barrios ha sido muy duro, sus suelos tenían el doble de plomo que normalmente se encuentra en tierra ya contaminada, pero a través de procedimientos y esfuerzo se logró rescatar áreas para el cultivo seguro.

Estrategias de limpieza como terrazas altas, la excavación con compost, y fitorremediación han sido efectivas en el rescate del suelo urbano.

Cada primavera, el Proyecto de Alimentos en Estados Unidos distribuye más de 30 metros cúbicos de compost gratuito para los jardineros de vecindario, para mejorar la calidad de sus suelos, también se les proporciona semillas, injertos, una Guía de talleres de crecimiento, y apoyo adicional cuando sea necesario.

La Organización de las Naciones Unidas predice que en los próximos 25 años casi todo el crecimiento poblacional tendrá lugar en las ciudades del mundo en desarrollo. Al ritmo actual, se espera que para el año 2030 un 60% del total de la población mundial viva en ciudades, crecimiento que viene de la mano con el aumento de los pobres en la ciudad y por ende el desempleo, el hambre y la desnutrición.

El escaso dinero que los pobres logren traer a casa en el futuro inmediato, será para comprar comida y mantenerse vivos. Cualquier alimento que puedan obtener gratis es beneficio extra, por eso que cada vez hay más personas que tratan de cultivar lo que pueden para complementar su dieta y módicos ingresos.

San Diego y nuevas raíces

La huerta New Roots (Raíces Nuevas), situada en San Diego, en el occidental estado de California, es parte de un experimento inusual de activistas alimentarios, que buscan crear una agricultura sostenible dentro de los límites de la ciudad.

Bajo la órbita del Comité Internacional de Rescate, una organización sin fines de lucro que trabaja con refugiados en todo el Mundo, la comunidad de inmigrantes de City Heights ha iniciado una huerta urbana para los residentes del lugar.

Inaugurada a mediados de julio, la Huerta Comunitaria New Roots es un terreno que no había sido cultivado y que ocupa unas nueve hectáreas municipales. Tiene el potencial para complementar la alimentación de cientos, si no miles, de personas pobres que viven en el gran San Diego.

Alivio Ecológico

A medida que crece la población de las áreas urbanas, éstas se expanden hacia las afueras. Con frecuencia acaban sobrecargando el medio ambiente, destruyendo ecosistemas y extrayendo recursos a un ritmo que sobrepasa la capacidad natural de estos ecosistemas y recursos para restaurarse. También puede resultar destructiva la dependencia de las ciudades de voluminosas e incesantes importaciones de alimentos, energía y otros recursos desde áreas distantes y, con frecuencia, su dependencia de las exportaciones de sus desechos hacia esas áreas.

Experiencia en Canadá 

El Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá ha sido pionero en promover la importancia de la agricultura urbana.

En 1983, el IDRC se convirtió en el primer gran organismo internacional en iniciar investigaciones formales en este campo, al financiar un estudio sobre seis centros urbanos de Kenya, realizado por el Instituto Mazingira de Nairobi.

En la década siguiente, el interés del IDRC en este campo emergente se expandió y se convirtió en un compromiso con la investigación para el desarrollo de los sistemas alimentarios urbanos.

Se creó un programa específicamente centrado en la agricultura urbana, llamado Ciudades Alimentando a su Gente.
Durante la última década, esta iniciativa ha respaldado muchos proyectos de investigación en África, América Latina y Medio Oriente.

Huertos en México

Los huertos urbanos son el lugar en el que se cultivan los alimentos que adornan y complementan la creación de chefs, producen un promedio de 15 kilos de brotes y 10 de verduras al mes, los cuales son demandados por restaurantes de la talla de Biko, Pujol, DO, Oca, Puerta de Castilla, Bakea y Café de la O de Ciudad de México.

Para los mexicanos dueños de estos terrenos, “El sabor y la cantidad de nutrientes que contiene un vegetal tierno sembrado en un huerto urbano y servido casi en el momento en que es cosechado se eleva de 50 a 100 veces más que cualquier otra planta madura que se trabaja comúnmente”.

En el huerto se siembran vegetales como zanahoria, betabel, rábano y cerca de 30 clases de tomate, además de diversos tipos de brotes como la albahaca, el brócoli, el cilantro, la mostaza, el nabo, el comino y la col.

Todos estos son cultivados a partir de semillas naturales y se nutren de abono de compost y de excremento producido por lombrices rojas que lo generan después de alimentarse de desechos vegetales.

De esta forma, los propietarios de los huertos logran que los alimentos estén libres de pesticidas y químicos

La creación de huertos urbanos surge bajo la necesidad de que las personas siembren y cosechen sus propios alimentos para lograr elevar la calidad de la comida, mejorar la salud y preservar los espacios verdes.

En los huertos urbanos se trabaja con el método natural de polinización abierta, que es el que permite que se auto reproduzcan más semillas fértiles, lo que actualmente ya no es posible debido a los procesos artificiales a los que las industrias someten a los alimentos

Colombia y la agrometrópolis
Se trata de un modelo que en los años recientes ha tomado auge en el país neogranadino como fórmula de solución contra la crisis de alimentos en las ciudades.

Emérita López siembra curuba y pepino dulce. Todos los días riega el cultivo de papa y el de acelga y, cuando la zanahoria está lista para hacer una buena ensalada, los vecinos llegan a comprarle algunas. Emérita no siembra en una finca, ni siquiera cuenta con una hectárea para producir los alimentos, pero, si necesita un poco de manzanilla para una bebida caliente, no tiene que ir a ningún mercado. Desde hace diez años decidió hacer del patio de su casa en la localidad de San Cristóbal, un depósito de alimentos frescos para su familia.

Ella hace parte del grupo de la Mesa Local de Agricultura Urbana, a través del cual 160 habitantes de la localidad de San Cristóbal se dedican a sembrar en sus casas como una alternativa de producción sostenible y saludable. Desde hace seis años se reúne cada jueves con sus vecinos para recibir capacitaciones y discutir nuevas propuestas para promocionar los productos.

De acuerdo al alcalde de la localidad de San Cristóbal, William Roberto Herrera, la administración, a través de la Fundación Ordena apoyará seis nuevas iniciativas de agricultura urbana que se suman a las 35 existentes. Cultivos hidropónicos, producción de plantas aromáticas y extracción de aceites y la agricultura tradicional de hortalizas hacen parte de estas iniciativas que se vienen fortaleciendo en Colombia.

Iniciativas del pueblo

Como hemos podido analizar, estas iniciativas han surgido de ideas de las comunidades, muchas de ellas sin apoyo gubernamental.

En el caso venezolano, el Gobierno Revolucionario ha puesto todo su interés en lograr promover este tipo de organizaciones que produzcan alimentos de alta calidad para garantizar la soberanía alimentaria.

Algunos voceros y medios de la derecha se han empeñado en criticar y hasta hacer mofa de estas propuestas, lo que demuestra su claro desconocimiento de las iniciativas de pueblos en el Mundo que ellos mismos viven colocando como ejemplo. Lo que realmente deja en evidencia que estos actores políticos de la derecha lo que admiran es a los Gobiernos de países como Estados Unidos, y no a sus pueblos y sus iniciativas.

La producción de este tipo de alimentos garantiza la calidad, salud y propiedades naturales de los cultivos, y por ende de quienes los consumen, además de economizar sus costos. 

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